Arte y tiempo
Raúl Díaz
En una poco publicitada casa
habilitada como teatro –por lo que le daré pelos y señales adelante– se
presenta una interesantísima recopilación de algunas obras de teatro,
poemas y canciones de Bertolt Brecht, uno de los hombres de teatro más
importantes del siglo XX, cuyas aportaciones, como el rompimiento de la
cuarta pared y el distanciamiento, siguen siendo capitales. La
recopilación es de quien también dirige el espectáculo, Gilberto
Guerrero, quien atinadamente lo bautizó simplemente Viñetas Brechtianas.
Respondiendo a su nombre, las viñetas toman diferentes partes de las
obras de Bertolt Brecht, principalmente las que mejor se adaptan a la
modalidad de teatro-cabaret que tan en boga estuvo en la Alemania de las
entreguerras, así como pasajes que aunque cueste más adaptar, son de
las más conocidas del autor, como Terror y miserias del Tercer Reich,
que es a su vez una sucesión de 24 cuadros que, como se indica, se
refieren a diferentes aspectos de la vida cotidiana en la Alemania nazi,
como La mujer judía y la canción que abre el espectáculo, Mike Navaja, perteneciente a la Ópera de los tres centavos,
posiblemente la más conocida de sus canciones con música de Kurt Weil,
su gran compañero de trabajo, y que abre muy bien en la voz y actuación
de Darinka Olmedo, quien, al igual que sus tres compañeros –Karen
Daneida, Ortus Soyus y Fernando Menije– interpreten no menos de cinco
personajes cada uno.
En una esquina, cumpliendo muy bien su cometido frente a un piano
vertical y acompañando toda la velada está Salvador González de la Vega.
En un escenario
de cámaraen el que prácticamente no hay escenografía y apenas con la utilería indispensable, se desenvuelven todas las acciones, lo que obliga a los protagonistas a realizar un trabajo de actuación constante, además de los cambios de vestuario (estupendo éste, por cierto, en su recreación de época, trabajo de Adolfo Cruz) a la vista del público, con el cual hay gran proximidad debido a lo pequeño de la sala.
Es decir, se tiene que estar en personaje todo el tiempo, y estos
actores y actrices, así como el pianista, superan el reto de manera
holgada.
La selección de las viñetas, que se entrelazan con escenas de los
interrogatorios estúpidos, pero ciertos, sufridos por Brecht – y en otro
momento también por Chaplin– durante su estancia en Estados Unidos a
los que lo sometió el Comité de Investigaciones de Actividades
Antiestadunidenses que funcionó entre 1938 y 1975, van de lo fársico a
lo melodramático cumpliendo así el cometido brechtiano de que el teatro
debe hacer pensar y no sólo entretener y hacer que el espectador no se
olvide de lo que vio y escuchó a los cinco minutos de haber abandonado
el recinto donde se llevó a cabo la representación.
Esa amplitud de géneros dramáticos obliga naturalmente al constante
cambio de tonos, tanto al director como a los actores con apenas
segundos de transición de uno a otro, lo cual es todo un desafío actoral
del que, para fortuna del público, tanto el director como sus huestes
salen bien librados.
Viñetas brechtianas, que realmente merecen la asistencia, se
presentan los viernes a las 20:30 horas y los sábados a las 19 horas en
el Foro el Cubo de la calle Julián Grajeles Robles 28, en la colonia Del
Valle, entre Mier y Pesado y Adolfo Prieto y a una cuadra de la lateral
del Viaducto.
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