Crispim Moreira* Y Gonzalo Hernández Licona**
El hambre en el mundo vuelve a aumentar
después de un periodo de declive. Hoy, más de 821 millones de personas
sufren subalimentación crónica, pero al mismo tiempo hay más de mil 900
millones de personas que tienen sobrepeso, de las cuales 672 millones
son obesas, según el informe más reciente de la FAO.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a la que todos los
países del mundo se han comprometido, prioriza la acción ampliada y
transformadora para erradicar la pobreza y poner fin al hambre y todas
las formas de malnutrición, reconociéndose que la erradicación
permanente del hambre y la realización del derecho a una alimentación
adecuada para todos son metas alcanzables.La generación de información significativa y relevante es fundamental para ayudar a los gobiernos e instituciones a abordar los desafíos que implica el logro de la seguridad alimentaria y nutricional.
En México la medición multidimensional de la pobreza, mandato de ley e instrumento de primer orden para la política social en el país, además del ingreso de los hogares, toma en cuenta el ejercicio de los derechos sociales de las personas, donde el acceso a la alimentación es una de sus dimensiones.
Según datos del Coneval, en 2010 uno de cada cuatro mexicanos presentaba carencia alimentaria. Para 2016 si bien esta proporción se redujo a uno de cada cinco, ésta equivale a casi 25 millones de personas en hogares en los que, por falta de recursos, hubo disminución en cantidad o variedad de los alimentos o incluso se presentó alguna experiencia de hambre entre sus integrantes. Las personas de origen indígena o con discapacidad se encuentran entre las más afectadas (30.5 y 27.9 por ciento en el año 2016, respectivamente), situación asociada a las condiciones de exclusión en las que se han encontrado inmersas en la historia.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Medio Camino del año 2016;
Ensanut 2016 MC(la más reciente) sitúa el sobrepeso y la obesidad en
72.5 por ciento de adultos.
Para contribuir a la implementación de políticas públicas que
promuevan el acceso efectivo a los derechos sociales, el Coneval ha
emprendido la tarea de ir más allá de los indicadores considerados en la
medición multidimensional de la pobreza y acompañarlos de nuevas
medidas que den cuenta de otros elementos esenciales que conforman el
ejercicio de cada derecho. Para el derecho a la alimentación, además del
acceso a los alimentos se estará abriendo paso a aspectos como la
calidad con medidas que orienten, por ejemplo, sobre la malnutrición y
la diversidad de la dieta en los hogares en México.
La información más detallada sobre el estado de la seguridad
alimentaria y nutricional de los mexicanos proporcionará a los
responsables de la toma de decisiones en este ámbito evidencia sólida y
relevante para formular e implementar las políticas públicas,
legislaciones y presupuestos necesarios para hacer frente a las
vulneraciones del derecho a la alimentación en México como la epidemia
de sobrepeso y obesidad, así como contribuir a erradicar la pobreza y
asegurar que personas de todas las edades y contextos tengan garantizado
su derecho a una alimentación adecuada sin dejar a nadie atrás.
* Representante de la FAO en México
**Secretario ejecutivo del Coneval
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