En
diciembre del 2012 decidimos iniciar en enero del 2013, en que se abría
el proceso, una campaña por el registro legal de nuestra Organización
Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT).
Entendimos
siempre este paso como parte del proceso de construir a la OPT como un
amplio partido de la clase trabajadora que es al mismo tiempo
integrante e impulsor de las luchas de resistencia del pueblo contra
las políticas neoliberales y el poder oligárquico.
Aunque desde
el principio sabíamos que la legislación electoral está diseñada para
dificultar el reconocimiento de un partido de los trabajadores,
empezando por la prohibición explícita de que organismos sindicales
impulsen la creación de un partido, y sabiendo que el órgano encargado
de regular y registrar estos procesos -actualmente en vías de
transformación de IFE a INE- no tiene autoridad democrática después de
haber avalado infinidad de trampas y fraudes electorales, decidimos
iniciar el proceso por el registro legal de la OPT por otras razones
políticas. En primer lugar para defender el derecho democrático de que
un partido propio de los trabajadores tenga también reconocimiento
legal y electoral. No existe en la actualidad un partido reconocido
legalmente que represente y defienda cabalmente los intereses de la
clase trabajadora y el pueblo de México y por tanto la soberanía
nacional. La antidemocrática legislación y estructura político
electoral marcadas por el poder del dinero son trabas decisivas contra
el reconocimiento de un partido como el que estamos construyendo. Al
hacer la campaña por el registro de la OPT hemos hecho una campaña
política para explicar y defender el derecho para que un partido propio
de los trabajadores cuente también con reconocimiento y derechos
legales y políticos, no solamente los partidos patronales, neoliberales
o partidos conciliadores con el poder y que no cuestionan el sistema
capitalista.
Hicimos también la campaña por el registro de la
OPT para ofrecer, en el marco de la crisis actual que incluye el
desprestigio y descomposición de todos los partidos políticos, una
alternativa distinta. Mostrar que se puede construir un partido
diferente, que abiertamente se define por la defensa de los intereses
del pueblo trabajador y que se opone al sistema de explotación y
opresión propio del capitalismo en todas sus formas. Pero no hacer
solamente propaganda con estas ideas sino, con motivo de las exigencias
legales para el registro de partidos, hacer campaña concreta de
organización y afiliación a la OPT, al mismo tiempo que manteníamos
nuestro compromiso y participación en las luchas, especialmente la
heroica lucha de los compañeros del SME y también las movilizaciones
magisteriales contra la llamada reforma educativa.
Las asambleas por el registro y la construcción de la OPT
Como se sabe, la ley exige la realización de por lo menos 20 asambleas
estatales con la asistencia certificada por el IFE de por lo menos 3
mil afiliados en cada una. Adicionalmente se exige una afiliación total
mayor de 220 mil personas. Como OPT inscribimos la convocatoria para
realizar asambleas en 23 diferentes estados de la República. De estas
asambleas el IFE solamente certificó como asamblea con el quórum legal
de 3 mil afiliados, la del Estado de México, celebrada el 10 de
noviembre. En otras asambleas de la OPT que contaban con más, o
alrededor de, 3 mil asistentes el IFE sostuvo que los compañeros y
compañeras que se afiliaron en su presencia no llegaban al mínimo legal
debido a que varios -en ciertos casos hasta más de 100 personas- no
contaban o no llevaban credencial de elector que los identificara.
Algunas de estas asambleas fueron tan exitosas en número o
políticamente que las repetimos. Aún así, los representantes del IFE
alegaron que en asambleas tan exitosas como la del DF o la del estado
de Hidalgo que se hicieron dos veces no se alcanzó -por poco- el número
de afiliados que contaran con credencial de elector correspondiente. De
todos modos la realización dos veces de esas asambleas, tanto la del DF
y la de Hidalgo, como las de Puebla o Michoacán, permitieron que los
camaradas asistentes aumentaran de una a otra y sobre todo que la
identificación y defensa del proyecto de la OPT se incrementara también
entre miles de afiliados que reclamaban -a veces a gritos y coreando
consignas o exigiendo ser afiliados a la OPT en la fila a punto de
cerrarse- a los comisionados del IFE nuestro reconocimiento legal. En
unas cuantas semanas de noviembre y diciembre del 2013 y enero de este
año, más de 15 mil compañeros se movilizaron con motivo de las
asambleas estatales de la OPT.
El resultado neto de la campaña
con motivo del registro legal de la OPT es, en realidad, haber iniciado
el proceso de construcción real de la misma. Nunca antes se había hecho
una labor de promoción, organización y afiliación a la OPT como se ha
hecho a partir del mes de noviembre del 2013. Aunque las asambleas no
alcanzaran o no se les reconociera el quórum legal, nunca antes se
habían hecho asambleas amplias de organización y afiliación a la OPT.
Más allá de los requisitos legales, la importancia política de estas
asambleas radica en ello, logrando un proceso de identificación de
miles de compañeros con la nueva organización -una identificación
lograda más allá de la votación formal de los documentos básicos de la
OPT, por medio de la exigencia de que la OPT fuera reconocida como otra
fuerza política real y representativa de los trabajadores- y en el
encuentro con activistas y militantes de otros movimientos y
organizaciones que se han sumado a la OPT, como parte de nuestra
política de alianzas. Las asambleas del Estado de México, del DF, de
Hidalgo, de Puebla, Morelos, Guerrero, Querétaro, San Luis Potosí, más
allá de su importancia numérica reflejaron también la convergencia y
acuerdo con muchos compañeros más de los iniciales de la OPT. Aun en
estados del norte del país, políticamente mas difíciles para una fuerza
de izquierda y de los trabajadores, donde la lucha del SME no es tan
conocida, lograron hacerse asambleas constitutivas de la organización,
convergiendo también con agrupamientos locales. Así fue el caso en
Sonora, Chihuahua, Nuevo León o Baja California. Del total de 23
asambleas que inscribimos realizamos asambleas estatales con la
presencia de representantes del IFE en 11 estados y sin la presencia
del IFE, pero dentro del periodo legal, en otros 6 estados.
La política de alianzas y sus resultados
Si al inicio del proceso de registro de la OPT era evidente que la
columna vertebral la constituyen los camaradas del SME que apoyan la
iniciativa lanzada por Martín Esparza desde el 2010 y la participación
de militantes de organizaciones políticas que se hacen parte del
proyecto, destacadamente el PRT (Partido Revolucionario de los
Trabajadores) y la OST (Organización Socialista de los Trabajadores) y
también al inicio compañeros del MUS (Movimiento de Unificación
Socialista) en el curso del proceso la convergencia política fue
creciendo entre activistas y militantes actualmente sin partido o
presentes en importantes luchas sociales actuales. Así se reafirmó la
participación de compañeros del magisterio, especialmente de Michoacán
de la sección 18, pero también del magisterio de otras entidades, o
activistas del movimiento de usuarios de la energía eléctrica, otros de
la CUT, y en el caso del DF la destacada participación de Tlacaélel,
así como de aquellos que vienen de la experiencia de autorganización
comunitaria de los pueblos de Guerrero. También compañeros de otras
organizaciones políticas como la UCFCP (Unión Cívica Felipe Carrillo
Puerto) que en enero del 2013 también habían notificado al IFE su
intención de obtener el registro legal como partido pero que a mitad
del año desistieron y firmaron un acuerdo político para incorporarse al
esfuerzo de la OPT. Así también se sumaron los compañeros de la Liga
Socialista Revolucionaria del estado de Chihuahua o los compañeros del
PRP (Partido Revolucionario del Pueblo).
El proceso de
crecimiento y convencimiento de la OPT en medio de esta campaña fue
parte también de un proceso de definición política de la gente. Tenía
que haber un proceso de convencimiento y de definición políticas ya que
la OPT no es la única opción en este terreno. Es una opción partidaria
de los trabajadores, pero hay otras que aunque sean proyectos
pluriclasistas se presentan con más recursos mediáticos y de difusión y
que también se proponían. De tal manera que frecuentemente la decisión
de afiliarse a la OPT era parte de una fuerte discusión y decisión.
Legalmente, además, no es posible la afiliación a más de un partido, de
los ya reconocidos o de los que están en curso de solicitar su
registro. También implicó un debate en algunos sindicatos en que
militan trabajadores de otros partidos y frente a los cuales se
garantizó que no se realizaron prácticas corporativas como sería la
afiliación forzosa.
Las nuevas tareas de organización
En las asambleas realizadas, aunque no fueran reconocidas por el IFE,
se eligieron comités estatales provisionales para continuar los
trabajos de organización y coordinación en la lucha de los camaradas
integrados a la OPT. Estos comités estatales se mantienen y continúan
esfuerzos de organización más allá de las asambleas estatales legales
como seguramente lo informarán en esta asamblea nacional de balance.
El resultado neto de la campaña por el registro legal que es el inicio
de una organización y afiliación nacionales es lo que le da sentido a
la consigna que se hizo popular entre nosotros: con registro o sin
registro, la OPT va! Ya explicamos las razones políticas por las que
iniciamos la campaña por el registro legal -básicamente en la defensa
del derecho democrático de que los trabajadores cuenten con su propio
partido- y aunque eso implicaba cubrir los requisitos de ley de
asambleas y afiliados, eso no quiere decir que la OPT corresponde al
concepto de partido que la ley refleja. Para la ley un partido es
exclusivamente para participar electoralmente y nace o muere cuando el
IFE (o ahora el INE) certifica sus asambleas constitutivas y demuestra
cumplir sus requisitos. Si no hay asamblea constitutiva certificada por
ellos, el partido no existe ni tiene derecho a presentarse como tal. La
OPT, en cambio, nació sin registro legal y seguirá existiendo con o sin
registro, por voluntad de sus militantes y para cubrir la necesidad
histórica de que los trabajadores cuenten con su propio partido. La OPT
surgió de la iniciativa lanzada en octubre del 2010 por el compañero
Martín Esparza en el estadio Azteca, en uno de los momentos más álgidos
de la lucha de resistencia del SME. La OPT se fundó en un congreso
celebrado aquí, en el auditorio del SME, en agosto del 2011. A
diferencia del concepto que sostiene el reconocimiento legal de los
partidos ante el IFE, la OPT no se “constituye” con el proceso legal,
sino que viene de antes del trámite de registro y sigue después. No es
un partido “de temporal”, que nace y muere con el registro legal del
IFE. La OPT nace para cubrir una necesidad política de la clase
trabajadora, y no en forma exclusiva para cubrir los requisitos de ley
para el reconocimiento de un partido para las elecciones. Porque la OPT
no es exclusivamente un partido para las elecciones, sino para
organizar la lucha del pueblo trabajador para sacar del poder a la
oligarquía neoliberal. No somos abstencionistas por principio, pero no
nos limitamos a la participación electoral que es el objetivo de los
registros legales de partidos de acuerdo a la actual legislación e
instituciones político electorales. Como partido para la lucha,
eventualmente participamos también en el terreno electoral evitando
diluirnos o confundirnos con otros partidos para en este terreno
también defender y representar los intereses de la clase trabajadora.
Todavía tenemos que continuar la lucha por eliminar las trabas y
restricciones antidemocráticas a la legislación electoral vigente, pero
mientras tanto, reafirmamos que con registro o sin registro, la OPT va.
En consecuencia con lo anterior es que partiendo de lo avanzado con la
afiliación y las asambleas realizadas para el registro legal, ya sin
ese registro, es que tenemos que avanzar más en la construcción y
organización de la OPT. Los comités estatales provisionales electos
durante esas asambleas informarán de lo que han avanzado y las
dificultades que encuentran. En otros lugares donde haya contactos y
afiliados habrá que constituir los comités estatales o promotores que
faltan o realizar las asambleas estatales que se pospusieron, como en
Jalisco o Chiapas, pero que conviene políticamente aunque sean fuera
del plazo legal. Pero para reorganizar todo el proceso después de la
campaña del 2013, necesitamos reconstituir el Consejo Nacional de la
OPT como el órgano nacional de conducción de la organización, al tiempo
que se fortalece y precisa la Comisión Ejecutiva Nacional que ha sido
responsable hasta la fecha de este proceso. En este mismo evento de
balance nacional, la Comisión Ejecutiva dará a conocer la convocatoria
para realizar el 26 de abril la reunión de reconstitución del Consejo
Nacional sobre la base de los comités estatales surgidos en este
proceso y que tienen ya un respaldo de base originado precisamente en
las asambleas realizadas. Este Consejo Nacional tendrá la
responsabilidad de convocar y preparar el necesario Congreso Nacional
de la OPT para que, sobre la base de la experiencia de estos años y
sobre todo los graves cambios políticos ocurridos en el país, redefinir
y precisar o actualizar no solo los documentos básicos cuando sea
necesario, sino sobre todo las perspectivas estratégicas definiciones
para el futuro de la OPT. También profundizar en necesarias
definiciones como respecto a la condición de las mujeres, sometidas
ampliamente a la violencia pero también a diversas formas de
discriminación que requiere ser contestado con mayor profundidad al
nivel de nuestro programa. Todo esto en una circunstancia marcada por
los cambios ocurridos y que el CEN de la OPT de enero de este año
reseñó en el documento titulado “Se cierra una época en nuestra
historia”.
La OPT tiene su fuerza pero también su suerte
determinada por su origen y compromiso en la lucha especialmente del
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Los camaradas del SME
seguirán siendo columna vertebral de este proyecto representado por la
OPT como vía incluso de crecimiento hacia otros sectores de la clase
trabajadora. Pero al mismo tiempo necesitamos consolidar la existencia
y funcionamiento de la OPT como tal y sus propios órganos de dirección
y de militancia. Por eso se requiere además de reconstituir el Consejo
Nacional, fortalecer y precisar a la Comisión Ejecutiva en la nueva
situación. Lograr que la CEN, como hacen ya algunos comités estatales
que toman posición sobre luchas y conflictos locales, lo haga también
tomando posición activa y propia en forma cotidiana en la lucha de
clases. Y no solamente tomar posición como de todos modos ya se hace,
pero darla a conocer regularmente al conjunto de la organización para
orientar y organizar en función de esas posiciones políticas. Y tener
los medios para expresarlo, tanto en las redes sociales como
eventualmente en prensa escrita y propaganda regular, así como en la
información interna. Otra necesaria tarea será la de desarrollar
programas de formación política.
Y la OPT en la lucha política
Pero nuestras tareas se ubican ahora no solamente en la urgencia de
consolidar y avanzar en la organización, sino también en la definición
política en la nueva situación y precisar nuestra estrategia en el seno
de la lucha de clases. La OPT emerge de este proceso con motivo del
registro legal, dando un primer paso nacional de importancia en su
construcción y organización, al mismo tiempo que lo hacemos en medio de
una fuerte crisis política (incluso en el terreno político
institucional con la sustitución del IFE por el INE y el fin del COFIPE
que regulan el registro de nuevos partidos), de descomposición social,
donde destaca el escandaloso incremento del feminicidio en todo el país
y la negativa de gobiernos de todos los colores a declarar la alerta de
género. La descomposición también a nivel institucional como lo muestra
el fin del “monopolio legítimo de la violencia” por parte del Estado o
de otras tareas institucionales como es el cobro de impuestos que ahora
realizan también grupos del narcotráfico; con la imposición de las
“reformas estructurales” de Peña Nieto por medio de los partidos del
Pacto por México (PRI, PAN y PRD básicamente) que han concluido en el
desmantelamiento de los ejes centrales de la Constitución de 1917,
dando prácticamente un golpe de estado técnico, pero al mismo tiempo
manteniéndose fuertes movimientos de resistencia de los trabajadores
pero también procesos de autorganización con policías comunitarias y
grupos de autodefensa como sucede en Guerrero o Michoacán. Reafirmamos
aquí el análisis y gravedad de los cambios impuestos por los
neoliberales como los explicamos en el texto de enero al decir que “se
cierra una época de nuestra historia” especialmente por el
desmantelamiento de la Constitución mexicana y particularmente por la
trascendencia de la reforma energética. No repetimos lo dicho en ese
texto, que reivindicamos aquí, para no extender nuestra exposición,
pero de ese análisis se desprende la necesidad de que la OPT actualice
y precise su estrategia en la lucha por el poder. El cambio histórico y
contrarrevolucionario impuesto el año pasado le da nueva validez y
legitimidad a la lucha por sacar del poder a la oligarquía neoliberal y
la actualidad de un cambio revolucionario. El desmantelamiento de la
Constitución realizado por el Congreso de la Unión le agrega mayor
deslegitimidad aún a las instituciones estatales. En medio de esta
crisis y descomposición es más vigente que nunca la necesidad de un
partido de los trabajadores amplio como apunta a ser la OPT. Aun sin el
registro legal, debe convertirse en la referencia política partidaria
de la clase trabajadora y de los movimientos en lucha y resistencia
pues de todos modos el aparato legal e institucional del Estado se
encuentra también en gran descrédito y crisis. No es solamente el vacío
que hay con respecto al IFE y el COFIPE. Es también y sobre todo el
desmantelamiento de la Constitución heredada de la Revolución Mexicana
que ha hecho (aunque los legisladores habían jurado defenderla) el
Congreso de la Unión, que han avalado los partidos del Pacto por México
y que han avalado también los congresos locales y todo ello subordinado
a un Ejecutivo que se impuso como resultado de un nuevo fraude
electoral marcado ahora por la compra de votos. Es cierto que entre la
actualidad de la urgencia de un cambio revolucionario y la actual
relación de fuerzas hay una brecha que no puede ser llenada con
voluntarismo. Más lucha política y organización se requiere para
cambiar la relación de fuerzas a nivel social aunque ésta no se refleje
en el terreno institucional, sino que más bien apunte a un poder
paralelo.
Se ha convertido en una frase recurrente la necesidad
de la más amplia unidad en la lucha contra las reformas y ofensiva
neoliberales. La unidad contra las reformas estructurales de los
neoliberales, por la abrogación de las reformas energética y educativa.
Pero la unidad no es en abstracto, sino en función de determinadas
luchas, objetivos, consignas y también con métodos democráticos y
unitarios para lograrla. Es una limitada propuesta luchar por una
consulta popular -hasta el 2015- para cuestionar las reformas así como
las demandas legales para tratar de demostrar la anticonstitucionalidad
de las reformas constitucionales aprobadas. Pero sobre todo es una
propuesta del PRD que cínicamente pretende lavar u ocultar la
responsabilidad que le cabe como parte del Pacto por México en la
instalación de Peña Nieto en la Presidencia y la mayoría de las
reformas impuestas por un Congreso dócil al Ejecutivo. Igual que
MORENA, por el otro lado, además quieren imponer una “unidad” que es
subordinación a sus respectivos proyectos políticos. Eso da lugar a la
imagen que alimentan los medios de comunicación que se quejan de “falta
de unidad” pero hablando como si hubiera solamente dos opciones. Y no
hay solamente dos opciones, como se ha comprobado en las recientes
movilizaciones aunque los medios insistan en hablar solamente de dos y
olvidar la que es representativa de los movimientos sociales en lucha y
que generalmente encabeza el SME y que apoya la OPT.
Y aquí se
encuentra la otra perspectiva de unidad que la OPT apoya. Es la unidad
que se construye desde los movimientos en lucha que ha impulsado
también el SME y que la OPT apoya y que tiene dos importantes
referencias: la Nueva Central de Trabajadores que agrupa a fuerzas
sindicales en lucha e independientes, por un lado y por el otro el
Movimiento Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica que agrupa y
organiza a sectores populares que enfrenta nuevos retos como lo muestra
la reciente resolución de la Suprema Corte que rechaza el derecho al
amparo frente a los cobros de energía eléctrica. Son estos esfuerzos
que pueden apuntar a la lógica de cambiar la relación de fuerzas a
nivel social y que pueda imponer la unidad amplia y democrática a otras
fuerzas sociales y políticas. Su debilidad se encuentra precisamente en
su referencia política, pero es ahí donde se ubica también la
responsabilidad y tarea para la OPT. Por eso decimos que además de las
tareas organizativas tiene un nuevo reto en la perspectiva de
construirse como la referencia política partidaria de la clase
trabajadora y de los movimientos en lucha. Después de las reformas
estructurales que el poder oligárquico neoliberal nos ha impuesto se
han creado nuevas condiciones de lucha. Nuevas perspectivas y
definiciones políticas también se requieren en la lucha por el
derrocamiento de este régimen político marcado por la ilegitimidad que
abra la posibilidad para un nuevo Congreso Constituyente que recupere
los derechos democráticos, sociales y de soberanía nacional que han
sido eliminados por ese bloque neoliberal y proimperialista. Pero así
como decimos que es limitada la propuesta de consulta popular para el
2015, lo es agitar en abstracto la idea de congreso constituyente o de
restablecimiento de la Constitución de 1917, como fueron ciertas luchas
en el siglo XIX o identificar a una asamblea constituyente con una
asamblea popular encabezada por intelectuales pero sin la precondición
del derrocamiento del actual régimen político en el marco de la cual
una nueva fuerza social convoque a una real y representativa asamblea
constituyente. Pretender una asamblea constituyente desligada de la
lucha por el fin de este régimen y desligada de los movimientos y
fuerzas sociales en lucha, convierte la idea en mera propaganda, en una
caricatura o en un evento de propaganda que refuerce la necesidad de
una verdadera nueva constituyente surgida de la lucha y no
sustituyéndola o hablando a nombre de ella. Un nuevo constituyente es
necesario para recuperar y defender las conquistas sociales que el
neoliberalismo le ha arrebatado al pueblo y los trabajadores. Pero esto
no es un ejercicio intelectual de elaboración en abstracto de un nuevo
“pacto social” de una nueva Constitución, sino como consecuencia de la
lucha por el derrocamiento del régimen y por la conformación de un
nuevo bloque social alternativo al del poder oligárquico. Muchas de
estas definiciones, discusiones y reflexiones son las que tienen que
ser abordadas por toda la militancia en el futuro Congreso Nacional de
la OPT. Hacia allá es que con registro o sin registro, la OPT va!
México, D. F. a 29 de marzo de 2014.
COMISIÓN EJECUTIVA NACIONAL DE LA OPT
*Texto
leído por Edgard Sánchez, a nombre de la CEN de la OPT el sábado 29 de
marzo de 2014 en la Asamblea Nacional de balance de la OPT en el
auditorio del SME de Insurgentes 98.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario