Abundan abusos y no hay claridad en leyes de Pakistán
Aaasia
Riaz, de 24 años, es una de los 8,5 millones de trabajadores domésticos
de Pakistán, gana unas 8,500 rupias (unos 82 dólares) al mes
Sumaira
Salamat, de 40 años de edad y con tres hijos, trabaja todos los días de
10 de la mañana a 2:30 de la tarde en tres casas distintas, en las que
realiza diferentes tareas domésticas como barrer, quitar el polvo,
lavar platos y ropa, entre otras, por lo que gana unas 3 mil rupias (29
dólares/434 pesos mexicanos) al mes.
Ella es una de los 8.5 millones de mujeres que trabajan en el servicio
doméstico y que diariamente realizan cientos de tareas en casas y
apartamentos para mantenerlos limpios y ordenados.
Casi todos los hogares de clase media de Pakistán cuentan con algún
tipo de servicio doméstico. Pero las condiciones laborales de las
empleadas no están claras, no tienen horario fijo ni beneficios ni
jubilación ni contrato. Son comunes los abusos, y las leyes que rigen
el trabajo en hogares particulares son imprecisas, según especialistas.
Pero las cosas comenzaron a cambiar. La creación del primer sindicato
de trabajadores del servicio doméstico y varios proyectos de ley en el
Parlamento dan esperanzas de que en breve cambien las condiciones
laborales.
VIOLACIÓN DE DERECHOS
Salamat vive en la oriental ciudad de Lahore, capital de la provincia
(estado) de Punyab, desde donde conversó por teléfono con
Cimacnoticias/IPS sobre los cuatro años de lucha para asegurar algunos
derechos básicos a las empleadas en el servicio doméstico.
“Recién en el último año y medio, estas mujeres se dieron cuenta de qué
significa convertirse en una fuerza unida”, explicó. “Queremos que nos
reconozcan como trabajadoras al igual que nuestros compañeros en las
fábricas y hospitales. También nos gustaría tener una jubilación, pero
sobre todo queremos mejores salarios y condiciones de trabajo
adecuadas”, detalló Salamat.
A muchas las engañan con la promesa de una buena vida y de un salario
decente, pero lo que encuentran cuando comienzan a trabajar es muy
distinto.
“Cuando nos entrevistan nos presentan un panorama muy prometedor”,
contó Sonam Iqbal, soltera de 22 años, quien realiza trabajos
domésticos desde los 15. “Pero de a poco aumenta el trabajo y ni
siquiera podemos protestar”, apuntó.
El director del Departamento de Trabajo, Tahir Manzoor, no se atrevió a
dar ni siquiera una cifra conservadora de la cantidad de trabajadoras
del hogar que hay en Pakistán. “Son bastante invisibles, están aisladas
y distribuidas entre miles de casas y apartamentos”, explicó.
La Oficina de Estadísticas de Pakistán señala que la mayoría del 74 por
ciento de la población activa en el sector informal se dedica a tareas
domésticas, lo que incluye a hombres y menores de edad, aunque los
especialistas coinciden en que la mayoría son mujeres rurales sin
formación que emigran a las ciudades en busca de trabajo.
Pero sus esperanzas de un futuro mejor se frustran cuando se dan cuenta
de que sus ingresos están por debajo del salario mínimo de 10 mil
rupias (unos 97 dólares/mil 452 pesos mexicanos) al mes, como en la
provincia de Sindh, con 30 millones de habitantes.
MECANISMOS LEGALES
El ministro de Coordinación Provincial presentó en enero una reforma a
la Ley de Salario Mínimo para Trabajadores no Capacitados, de 2015, que
de aprobarse lo aumentará de los actuales 97 dólares a 116 dólares (mil
736 pesos mexicanos) al mes en todas las provincias.
Pero no hay garantías de que se aplique para las trabajadoras del
hogar, pues no existe un mecanismo para fiscalizar su implementación.
De hecho, salvo por la mención de las trabajadoras del hogar en dos
leyes, no hay ninguna norma específica que proteja sus derechos en
Pakistán, precisó Zeenat Hisam, investigadora del Instituto de
Investigación y Educación Laboral.
Las dos normas que las mencionan son el Decreto de Seguridad Social de
Empleados Provinciales de 1965, que establece que “las empleadas del
servicio doméstico” deben hacerse cargo de la atención médica “a sus
expensas”; y la Ley de Salario Mínimo de 1961, que cubre a los
trabajadores del hogar.
Sin embargo, “el gobierno nunca notificó el salario mínimo aplicable a
las trabajadoras domésticas en el marco de esa ley en los últimos 53
años”, remarcó Hisam en entrevista con IPS/Cimacnoticias.
PROTEGER A MUJERES, NIÑAS Y NIÑOS
En diciembre pasado, la Federación de Trabajadores de Pakistán formó el
primer sindicato de trabajadores del sector, con 235 afiliados, de los
que 225 son mujeres.
La agrupación quedó registrada en el marco de la Ley de Relaciones
Industriales de Punyab, de 2010, y del proyecto Equidad de Género para
un Empleo Decente, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
financiado por el gobierno de Canadá.
“La OIT trabaja con Pakistán para lograr cambios en leyes y políticas
de acuerdo con el Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores
Domésticos de 2011 (número 189)”, indicó Razi Mujtaba Haider, oficial
de programa de la organización.
Ratificado por 17 países, el Convenio garantiza los derechos
fundamentales de las y los trabajadores del hogar, como a un empleo
seguro y decente. Con unos 52.6 millones de personas empleadas en el
trabajo doméstico en el mundo en 2010, el documento abarca a una enorme
fuerza laboral dispersa en todo el orbe.
Según Manzoor, el Departamento de Trabajo se concentra “en varias áreas
construyendo las capacidades de los trabajadores domésticos para que
tengan poder de negociación, elaborando un formulario de contrato entre
empleado y empleador, fijando un salario por hora para frenar la
explotación, dando beneficios y seguridad social y, lo más importante,
limitando el trabajo infantil, en especial de niñas de 14 años o menos”.
En Pakistán, un menor es una “persona de menos de 14 años”, pero no declara el trabajo doméstico como peligroso.
La asamblea de Punyab está por aprobar la Ley de Prohibición del Empleo
Infantil de 2014, que se espera que limite el uso de niñas y niños en
el servicio doméstico.
Según medios locales, Hamza Hasan, responsable de investigación y
comunicaciones de la Sociedad para la Protección de los Derechos de la
Infancia, dijo que entre 2010 y 2013 “se denunciaron 51 casos de
tortura de menores trabajadores domésticos en diferentes partes del
país, que dejó 24 niñas y niños muertos”.
Solo en 2013 murieron ocho niños y niñas que prestaban servicios domésticos por agotamiento o abuso, precisó Hasan.
*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
Foto: Zofeen Ebrahim/IPS
Por: Zofeen Ebrahim*
Cimacnoticias/IPS | Karachi, Pakistán.-
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