5/30/2015

En México 28 mil muertes maternas, 3 mil 473 de niñas; “gobierno provoca la muerte de menores embarazadas”



   


(28 de mayo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- En 2012 una niña de 8 años quedó embarazada. El 27 de enero de 2013 fue atendida en un hospital de Jalisco. La madre de la niña acudió a la agencia especializada en agravio de menores de la fiscalía estatal para denunciar el caso, que podría ser catalogado como violación, abuso sexual y corrupción de menores.
De acuerdo con la madre de la niña -una trabajadora de intendencia, con 10 hijos más- supo que su hija estaba embarazada a los 7 meses de gestación, pero en lugar de recurrir a instancias jurídicas, visitó al padre -un adolescente de 16 años-, para pedirle que asumiera su responsabilidad. Según su versión, el chico aceptó que la menor viviera con él, pero ella finalmente se negó. Poco después él se fue del estado y no se conoció su paradero.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año aproximadamente 16 millones de niñas entre 10 y 14 años dan a luz, lo que supone el 11 % de los nacidos en el mundo. En las recientes cifras de esta problemática, dadas a conocer en el Informe “Maternidad en la niñez”, México ocupa el primer lugar a nivel mundial, de embarazos en menores, con una tasa de natalidad de 64.2 por cada 1000 nacimientos.
Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el país las hospitalizaciones por causas maternas, las cuales han aumentado, evidencian las elevadas cifras de embarazos infantiles, demostrando que en la última década, en el país hubo 28 mil muertes maternas, entre ellas 3 mil 473 fueron de niñas.
Haciendo énfasis en que el embarazo infantil es el resultado de la falta de interés e inversión por parte de la Secretaria de Salud, en las menores, a quienes se les deja en el abandono sin que exista interés alguno en generar estrategias intersectoriales para garantizarles el derecho a la educación sexual, tan importante como la general.
La periodista y feminista Sara Lovera, afirma que el aumento del embarazo infantil en el país se detectó hace 39 años e inició acciones en 1976, cuando se reformó la Ley de Población, sin que hasta ahora haya verdaderos cambios. Exponiendo que “el gobierno supo apenas en 2001 que nacía medio millón de niñas o niños de madres niñas. Sin embargo, a lo largo de más de 35 años y una veintena de programas, es un problema que no se ha podido contener”.
De acuerdo con el informe de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENPEA), entre 1976 y 2013 se pusieron en marcha 21 programas federales para prevenir el embarazo en niñas sin resultados efectivos. Revela además, que  las cifras se dispararon entre 2000 y 2012, durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Lo anterior, a decir por Lovera, fue producto de una inclinación por una idea “familista”; ambos gobiernos consideraron que las y los menores no debían decidir sobre su cuerpo, eliminando cualquier información sobre educación sexual y reduciendo drásticamente los presupuestos en ese rubro.
Recientemente el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señaló que los embarazos derivan en su mayoría de un contexto social marcado por la desigualdad, dando a conocer que en México anualmente se registran alrededor de 450 mil nacimientos en madres menores de edad.
Dentro de las recomendaciones del UNFPA, se encuentra la necesidad de que las menores sean reconocidas como sujetos de derecho y no como objeto de políticas, promoviendo su participación en los distintos niveles de diseño y evaluación de los programas y servicios para afrontar el embarazo infantil.
Sin dejar de mencionar la tolerancia cero a la violencia sexual en niñas y adolescentes, incluyendo la erradicación del matrimonio infantil, que aunque no es generalizado en todo el país, sí existen regiones donde se aplica.
El doctor en Ciencias, Salvador Buendía afirma: “las cifras evidencian la necesidad urgente de implantar políticas públicas con sentido humano, eficaces que trabajen en garantizar y proteger el pleno acceso de la población, especialmente a las menores, a sus derechos sexuales y reproductivos. Recientemente Peña Nieto ha dado a conocer su estrategia de prevención del embarazo en menores, que tiene como puntos clave la educación, salud, perspectiva de género y derechos humanos, pero nunca menciona el tema de la pobreza y pobreza extrema, los factores de hacinamiento y los peligros del incesto en familias disfuncionales. Su propuesta parece haber salido de una enciclopedia, sin análisis a fondo de mecanismos de salud que se adapten al tipo de país y principalmente se relacionen con los factores que provocan el embarazo en niñas, en su mayoría de clase baja”.
A su vez, explicó que la estrategia presentada por el gobierno federal para la prevención de dicha problemática, contempla el aborto legal y los anticonceptivos de emergencia como medidas para evitar que los menores tengan hijos a su corta edad y pongan en riesgo su salud, futuro y bienestar, lo cual constituye una absoluta irresponsabilidad de parte de un gobierno que “de vez en cuando voltea a ver qué política pública puede desviar la atención de otras problemáticas y al mismo tiempo que le ayuden a suavizar su tosca y desgastada imagen presidencial”.
Explicando que, “el aborto y los anticonceptivos de emergencia en niñas que son acosadas frecuentemente, o adolescentes presionadas, para mantener relaciones sexuales, es una equivocación grave. Ya que estamos hablando de personas en un proceso de crecimiento físico y psicológico, se necesita una educación sexual que prevenga, pero también jurídica, que enseñé qué derechos tiene la niña en caso de estar siendo hostigada, que sienta seguridad y reconozca lo que no es correcto ni benéfico para su persona, no métodos que por su corta edad y proceso de desarrollo las perjudiquen de forma permanente, proyectos como ese son una confirmación más de la ineptitud del gobierno y sus secretarios de estado, en este caso los de la Secretaría de Salud”.
La psicóloga Estefanía Salva asegura: “en México, la falta de políticas públicas dirigidas a las personas y no a la captura de simpatía y votos; la inexistente preocupación gubernamental por la salud sexual y reproductiva hacia las mujeres, especialmente las menores, se encuentra con frecuencia relacionado con embarazos infantiles. Esta nula educación sexual, basada en derechos, condiciona de forma brutal la vida y el futuro de estas chicas y por lo tanto el futuro de la sociedad mexicana, porque los embarazos en niñas da como resultado un estancamiento educativo, así como mayor exclusión y pobreza, situaciones que nunca han sido atendidas por los responsables políticos. Porque la implementación de proyectos educativos sexuales deben servir para padres y madres, hijos, y maestros”.
Y argumenta: “además de los problema de salud física que conlleva un embarazo a temprana edad, la mayoría de las menores padecen burlas y provocaciones de los niños o adolescentes, dando como resultado depresión, que podría derivar en una enfermedad psicológica más acentuada. El embarazo en niñas siempre mantendrá un grado de estigmatización, lo que convierte a la paciente en objeto de comentarios despectivos y de burlas groseras, todo esto también es provocado por la falta de patrones culturales que insten al respeto y aprendizaje sobre el tratamiento de estos casos, que constituyen una de las problemáticas más graves del país, y también de las más minimizadas“.
Salva explica que otro problema que ha provocado la desatención por parte del gobierno y la Secretaria de Salud, es el incremento de la discriminación y el aislamiento social, situaciones que ya son comunes entre las niñas que se embarazan, quienes mantienen una extrema distancia de los sitios públicos y de sus amistades, porque un elevado número de personas (de diversas edades), no quieren ser vistos con alguien que rompe con las expectativas sociales, siendo aún más difícil enfrentar a la sociedad en general.
Buendía puntualiza: “el gobierno federal y estatales forman el contubernio, que en muchas ocasiones provocan la muerte de menores embarazadas, ya que en estados como Morelos, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Aguascalientes, Guanajuato y Yucatán, Chiapas, se resisten a la incorporación de programas de salud sexual y jurídica preventiva”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario