Es una de las 25 naciones que concentran la mitad de todos los crímenes cometidos en contra de mujeres y niñas a escala global. Juárez fue un detonante del incremento de feminicidios, pero en Guerrero el problema está al alza, advierte un estudio.
En seis años más de mil 900 mujeres y niñas fueron asesinadas de forma violenta en México y casi la mitad de ellas con armas de fuego. Esto ubica a nuestro país, junto con otras nueve naciones latinoamericanas, entre los 25 países con la mayor tasa de feminicidios del mundo y en el top ten de los que se cometen con disparos de armas.
La
crisis de seguridad en Ciudad Juárez, donde la tasa de homicidios de
mujeres llegó a niveles 20 veces superiores al promedio global, disparó
el nivel de feminicidios, pero el contexto del narcotráfico y la
violencia creciente en estados como Guerrero, amenazan con mantener a
México entre los países más peligrosos para las mujeres en el mundo.
Los datos y análisis corresponden al estudio denominado “Carga Global de la Violencia Armada 2015. Cada Cuerpo Cuenta”
elaborado y publicado cada tres años por dos organizaciones no
gubernamentales europeas con el apoyo de Naciones Unidas, y el cual
dimensiona los costos humanos de la violencia a escala global a partir
de información oficial.
De acuerdo con el diagnóstico, aunque el
80 por ciento de las víctimas de homicidios intencionales en el mundo
son hombres, en promedio cada año 60 mil mujeres pierden la vida en circunstancias violentas.
Una situación preocupante, además de la cantidad de los feminicidios, es la concentración de los mismos. Apenas 25 países acumulan la mitad de todos los crímenes de mujeres en el planeta y con índices que a diferencia de los del resto de naciones van en incremento.
América
Latina es la región de mayor violencia en contra de las mujeres. De los
25 países con la mayor tasa de feminicidios, diez se encuentran en esta
zona. Además, Honduras, El Salvador y México están entre los cinco
países del mundo con el mayor crecimiento en las tasas de homicidios de
niñas y mujeres.
“Estas naciones que son testigos de una alta
actividad del narcotráfico además padecen un crecimiento en su tasa de
feminicidios que incluso, han llevado a los actividades en Derechos
Humanos a considerar la guerra contra las drogas como la nueva guerra
contra las mujeres” señala el análisis.
La opacidad es el otro
problema. De acuerdo con el estudio, aunque se ha avanzado en la
recolección de información sobre los crímenes en contra de las mujeres
en el mundo, existen naciones principalmente en África y Asia donde no
hay una contabilidad precisa o confiable y por tanto, donde la gravedad
del problema se desconoce.
México, triste protagonista
En
el periodo del 2007 a 2012 se cometieron en México mil 909 feminicidios
en el país (ya comprobados y verificados), cantidad que significa un
tasa de 3.2 crímenes por cada 100 mil mujeres. Dicho promedio de
homicidios ubica nuestro país por encima de la tasa mundial de
feminicidios.
En el comparativo con otros países, México se encuentra en la posición 23 con la mayor tasa de feminicidios.
Si se toma en cuenta solamente la cantidad total de homicidios de
mujeres sin el factor demográfico, nuestro país escalaría hasta la
sexta posición global.
El balance de cualquier forma es negativo. Una escala elaborada por el propio estudio pone a México con un rango “alto” de feminicidios junto 17 países más,
los cuales solo están por debajo de otros siete cuyo rango es “muy
alto”. En total, fueron analizados y comparados más de cien naciones
que tenían datos consolidados.
En la revisión de los feminicidios que se cometen con armas de fuego la situación es aún peor, pues México es el décimo lugar en este rubro,
con un porcentaje de casi la mitad de los homicidios de mujeres
cometidos de esta forma. El primer lugar lo ocupa Guatemala, donde la
proporción de feminicidios con armas de fuego supera el 70 por ciento.
En
comparación con los otros dos países de América del Norte, la situación
de México es muy desfavorable. La tasa de feminicidios en los Estados
Unidos es de 1.9 por cien mil mujeres, es decir, la mitad en
comparación con nuestro país. Con Canadá la brecha es aún más alta pues
ese país tiene un índice de 0.9 feminicidios.
Otro dato significativo es que nuestro país fue, entre el 2011 y el 2014, el quinto con el mayor crecimiento en su tasa de feminicidios -pasó de 2.4 a 3.2- solo detrás de Honduras, El Salvador, Bahamas y Surinam.
La letal Juárez y el riesgo en Guerrero
Una
“ciudad letal para las mujeres”. Así calificaron las organizaciones
detrás de este análisis a Ciudad Juárez, municipio que tuvo un papel
protagónico en el disparo de los feminicidios en México sobretodo en el
periodo del 2008 al 2012.
De acuerdo con los datos del estudio, la ciudad fronteriza del estado de Chihuahua llegó a tener una tasa de casi 60 homicidios por cien mil mujeres en 2010.
Para ponerlo en proporción, este índice cuadruplica a la tasa de
feminicidios de El Salvador, actualmente el país con la mayor
incidencia de crímenes de niñas y mujeres.
Aunque la violencia en
Juárez fue generalizada e impulsada sobre todo por la operación y
rivalidad de grupos del crimen organizado, la proporción en los
homicidios de mujeres creció 20 por ciento más que la de los hombres.
Cifras
del Observatorio para la Violencia de Juárez, retomadas por el
análisis, detallan que de los 673 feminicidios registrados entre 2009 y
2012, casi la mitad ocurrieron en las calles o en un espacio público,
mientras que el 25 por ciento fueron en domicilios privados y otro
siete por ciento en zonas comerciales.
“Pero además de la
tasa extremadamente alta de feminicidios en Juárez, llama la atención
la violencia con lo que se cometieron los crímenes, con varias
víctimas que mostraban signos de tortura o mutilación, antes de ser
arrojadas en sitios públicos” subraya el estudio.
Los analistas
advierten que si bien, a partir de 2010, el nivel de feminicidios en
Juárez comenzó a descender, en parte por la estrategia de seguridad
implementada en el estado, en otras zonas del país la violencia contra
las mujeres ya dio señales de crecimiento.
En 2012 Chihuahua tuvo
una tasa de feminicidios de 15.2 por cien mil mujeres, cuatro veces más
que el promedio nacional pero a su vez, un descenso significativo
respecto a años anteriores. En cambio, Guerrero acumuló dos años consecutivos al alza hasta alcanzar una tasa de casi 14 feminicidios en el mismo año. Un fenómeno similar ocurrió en otros estados como Durango y Nayarit.
América Latina, feminicidios y narco
Según los datos del estudio América Latina es la región del mundo en donde las mujeres corren el mayor riesgo de ser asesinadas.
El Salvador tiene la tasa más alta de feminicidios a escala global con
17 crímenes en promedio por cada cien mil mujeres, seguido de Honduras
con un índice de 14 feminicidios.
En tercer sitio aparece
Sudáfrica y en cuarto de nuevo otro país latinoamericano, Guatemala,
con una tasa de poco más de diez feminicidios. Belice, Venezuela,
Colombia, Brasil, República Dominicana y Panamá son los otros países de
la región junto con México que se encuentran entre los 25 con más
feminicidios.
En el análisis por regiones América central, el
Caribe y América del Sur están por encima – en ese orden- del resto de
en cuanto a la incidencia de homicidios violentos de mujeres. En el
otro extremo, Europa es la zona con la menor tasa de feminicidios,
exceptuando a Rusia que es uno de los países ubicadas en el top ten de
crímenes de mujeres.
Los analistas destacan que aun cuando en
América son pocas las regiones en un conflicto armado convencional,
exceptuando a Colombia, la presencia del crimen organizado y el
narcotráfico es uno de los principales motores en el homicidio de
mujeres.
“Mujeres y niñas son vulnerables en el contexto del
narcotráfico. Son blancos fáciles cuando se les utiliza como “mulas”
para transporte de droga. También son ejecutadas para enviar mensajes a
las autoridades y en varias ocasiones resultan víctimas en las luchas
entre bandas rivales” indica el estudio.
A escala global los
feminicidios se redujeron de 66 mil en promedio cada año en 2007 a 60
mil en 2012. El problema, destaca el estudio, es que esta reducción no
es un fenómeno generalizado pues en los 25 países con mayores tasas de
homicidio se ha mantenido por lo menos la misma tasa delictiva.
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