Arrecian feminicidio, agresiones sexuales y muertes maternas
Además
de mantener en la impunidad el 80 por ciento de las agresiones contra
mujeres, en el estado de Baja California (BC) van en incremento las
muertes de mujeres por VIH/Sida, así como la negación de servicios de
salud en casos de violación sexual, y la tasa de mortalidad materna
(MM) entre las jóvenes.
Este fin de semana el Grupo de Trabajo que investigó la violencia
feminicida en BC –con miras a decretar una Alerta de Violencia de
Género (AVG) para la entidad– emitió 14 recomendaciones al gobierno
estatal a fin de que detenga las agresiones contra las mujeres.
En caso de que la administración local acepte las recomendaciones,
éstas deberán cumplirse a más tardar en seis meses para que no se
declare la AVG.
De la indagación que realizó el Grupo de Trabajo (conformado por gente
de la academia y funcionarios federales) sobre la realidad que
enfrentan las bajacalifornianas, se desprenden otras cifras,
estadísticas y datos que demuestran que en la entidad no existe una
plena garantía sobre los Derechos Humanos (DH) de las mujeres.
Por ejemplo, para el Grupo uno de los focos de atención en los que es
necesario impulsar investigaciones que identifiquen prácticas de riesgo
en la población y que se dirijan acciones específicas para limitar este
problema, es la alta tasa de muertes de mujeres por VIH/Sida.
Lo anterior porque, en los años 2005, 2010 y 2013, en términos
absolutos, BC ha ocupado los primeros cinco lugares respecto a la
mortalidad por VIH en mujeres. En 2005 ocupaba el quinto lugar, en 2010
subió al segundo lugar, y actualmente se ubica en el cuarto lugar.
La tendencia en estos últimos 15 años ha ido en aumento. La tasa de
mortalidad femenina más elevada por VIH ocurre en la fronteriza ciudad
de Tijuana (83 por ciento del total), con un índice cinco veces mayor
que la del municipio de Mexicali, seguido por las localidades de Tecate
y Ensenada.
El 83.6 por ciento de la población femenina que falleció en 2013 tenía
entre 20 y 49 años de edad, lo que se traduce en que “las infecciones
por VIH están llevando a un número significativo de mujeres a la muerte
en edad reproductiva”, y es factible que un número importante de
portadoras del virus puedan presentar embarazos e incrementar la
transmisión perinatal de la enfermedad.
En un monitoreo de servicios de atención a la violencia familiar en el
sector salud, realizado por el Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social (CIESAS-Sureste) y el Instituto
Nacional de las Mujeres (Inmujeres) –retomado en el informe del Grupo
de Trabajo–, uno de los hallazgos fue que el desconocimiento de la
atención de los casos de violencia familiar y sexual permea a los
diferentes niveles de los servicios de salud.
Sólo en el 50 por ciento de los casos se otorga atención de lesiones
leves si se presenta maltrato físico y únicamente el 15 por ciento
llena los datos de identificación y resumen clínico correspondiente.
Aunque en los servicios de salud se da aviso al Ministerio Público
sobre los casos de violencia contra las mujeres en un porcentaje más
significativo que el relativo a nivel nacional, no se llega a dar aviso
en más de una tercera parte de los casos, a pesar de los niveles de
repetición de eventos.
Al recordar que la maternidad en edades tempranas “no sólo significa un
obstáculo al sano desarrollo de niñas y adolescentes, sino que
frecuentemente entraña el fin de la escolarización y el truncamiento de
sus oportunidades de desarrollo personal”, y que puede ser el resultado
de una violación sexual, el Grupo de Trabajo manifestó su preocupación
de que entre 2009 y 2013 se registraron un total de 23 mil 810
nacimientos en los que la madre era menor de edad.
De esos casos, mil 578 correspondieron a nacimientos en los que la madre era menor de 15 años de edad.
A esto se suma que lejos de alcanzar la meta de reducir los niveles de
Razón de Muerte Materna (RMM), “la posición de Baja California en el
contexto nacional ha empeorado”.
De 2009 a 2013, el 14.1 por ciento de las mujeres que fallecieron por
MM eran menores de 19 años, tres cuartas partes vivían en unión libre o
eran casadas, y una de cada 20 era hablante de alguna lengua indígena.
Destaca que alrededor de una tercera parte murió en una clínica u
hospital del servicio federal o estatal de salud, y que, por el
contrario es muy pequeño el porcentaje de MM ocurridas en el hogar,
mientras que no se registraron nacimientos atendidos por una partera.
“La MM implica una negación de los DH de las mujeres, pues se trata de
defunciones que en su gran mayoría se hubiesen podido evitar con una
atención médica oportuna y de calidad”, dijo el Grupo de Trabajo.
Imagen retomada del sitio pruebadeadnmexico.com.mx
Por: Anaiz Zamora Márquez, Cimacnoticias | México, DF.-
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