No.
No son puntos suspensivos. No es, tampoco, un punto y seguido. Vamos,
ni siquiera es un punto y aparte. En este momento, en materia de
derechos políticos de las mujeres ¡se está escribiendo otra página!
Muchas personas siguen pensando que en este tema seguimos poniendo puntos suspensivos. ¡Y nada más alejado de la realidad!
Tras muchos años de acciones, protestas y demandas, conseguimos el
reconocimiento legal a nuestro derecho a votar en 1953. Una nueva
página se abría en nuestra historia. ¡Por fin las mujeres fuimos
consideradas ciudadanas! Podíamos votar, pero ser votadas…
Así, los puntos suspensivos hicieron su aparición en nuestra historia,
porque las mujeres eran postuladas de una en una y a duras penas.
Fue hasta 1996 que legisladoras, en alianza con feministas y mujeres de
otros movimientos, consiguieron la primera ley de cuotas de género.
Esta ley fue reformada en 2002 y en 2008, siempre con la pretensión de
garantizar que los partidos políticos postularan mujeres, primero en 30
y luego en 40 por ciento de sus candidaturas propietarias.
Toda esta etapa, me parece, significó escribir esta historia con puntos
y seguidos que a menudo sabían a puntos suspensivos. Porque los
partidos políticos encontraron una y otra vez la manera de no cumplir
la ley o de escabullirse o de colocar el obstáculo infranqueable o de
simular cumplir.
De manera que la presencia de mujeres avanzaba en un proceso electoral y retrocedía en el otro. Puntos suspensivos, le digo.
Pero en 2009, tras el fraude a la ley que cometieron los partidos al
postular mujeres que, una vez electas, solicitaron licencia para dejar
el cargo a sus suplentes, hombres en todos los casos, el punto y aparte
estaba por escribirse.
Mujeres de casi todo el país, que en distintos espacios estábamos
construyendo igualdad, nos organizamos en la Red Mujeres en Plural. Un
movimiento que contribuyó a la apertura de una nueva página.
Resulta que en el proceso electoral de 2012, varias mujeres, con una
estrategia diseñada por integrantes de Mujeres en Plural, interpusieron
un juicio que dio lugar a la histórica sentencia 12624 del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Y el muro de la exclusión comenzó a ser derribado. Porque la sentencia
le quitó a los partidos la posibilidad de seguir excusándose para
cumplir la ley de cuotas.
En este punto abrimos la nueva página en la que, de 2014 a la fecha, se ha escrito de manera vertiginosa.
Se normó la paridad en nuestra Constitución. En las leyes secundarias
se estableció que debe postularse en paridad para las cámaras federales
y para los congresos estatales; fórmulas del mismo sexo, alternancia en
las listas de representación proporcional, entre otras.
Y luego, movimientos organizados de mujeres en varios estados, Mujeres
en Plural y hombres demócratas permitieron que diversos juicios dieran
como resultado tres jurisprudencias que garantizan que los partidos
deben postular en paridad vertical y horizontal en sus candidaturas a
los ayuntamientos, y garantizan la posibilidad de que cualquier mujer
demande si algún partido incumple la ley.
Por si fuera poco, se reformó la Constitución para garantizar que los
Usos y Costumbres, mediante los cuales se eligen autoridades en muchos
municipios, no estén por encima de la paridad.
Entonces, en este proceso electoral y en el que viene, cabe esperar que
entren más mujeres que nunca a los cargos de elección popular.
Así que, bajo ninguna óptica estamos en puntos suspensivos ni en punto
y seguido ni en punto y aparte en la historia por la plena garantía,
goce y ejercicio de los derechos políticos de las mujeres.
Estamos, sin lugar a dudas, escribiendo una nueva y luminosa página.
Y es vital que la miremos y la apreciemos, porque necesitamos energías
renovadas para enfrentar los nuevos retos y los crecientes obstáculos
sostenidos, eso sí, por las mismas viejas resistencias del siglo XVIII.
Miremos bien la nueva página. Y tomemos con firmeza y alegría la pluma para escribir en ella.
¡Por fin estamos paradas en el horizonte que imaginaron las mujeres que
legislaron las cuotas de género! Y, ¡por fin!, podemos abrir horizonte
para las generaciones por venir.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
Cimacnoticias | México, DF.-
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