5/26/2015

Voto razonado contra los verdugos

revoluciontrespuntocero.com

Es obvia la inutilidad de los llamados de Enrique Peña Nieto, a miembros de su gabinete, a “impulsar el desarrollo social y abatir la pobreza”. En efecto, pues los objetivos de su “gobierno”, sin necesidad de que lo exprese de manera tajante, son frenar el progreso nacional e incrementar la miseria. Sin embargo, no tuvo empacho en hacer pública una reunión con sus principales colaboradores, dizque para exhortarlos a redoblar el paso a fin de mejorar los niveles de vida de los mexicanos y “fortalecer el respeto a la ley y los derechos humanos”, y sobre todo lograr que las reformas estructurales entren en su fase de operación.

Así lo dio a conocer la Presidencia en un boletín, aunque lo que seguramente no se mencionó fue el motivo real de dicha reunión de gabinete: asegurar para el PRI un triunfo inobjetable en los próximos comicios del 7 de junio. En Los Pinos deben tener claro, independientemente de las encuestas, que el partido tricolor ha estado perdiendo simpatías entre la población que emite su voto de manera inercial por éste, debido a que las clases mayoritarias están cada vez más conscientes de que sus sufrimientos son ocasionados por la minoría que detenta el poder.
El problema a enfrentar, para cambiar esta dramática realidad, es convencer al electorado que vota mecánicamente por el PRI a cambio de las limosnas que recibe, de que emita un sufragio razonado, que lo llevaría a darse cuenta de que sufragar por el grupo en el poder es incurrir en un masoquismo absurdo, equivalente a felicitar al verdugo que me va a cortar la cabeza. Porque en los hechos este ha sido el papel de los partidos al servicio de la oligarquía, motivo por el cual el sistema de partidos en México está completamente desacreditado.
Con todo, es preciso darse cuenta que no tenemos otra opción mientras no haya un cambio de régimen. Porque no votar o anular el voto no es un acto de rechazo al sistema, sino un mecanismo más del que se vale el grupo en el poder para ganar en las urnas con el conteo de su voto duro, el de las bases que se conforman con la despensa que reciben a cambio, y mientras menos votos tenga la oposición real, menos oportunidades tendrá de crecer y participar con menos desventajas que las que de por sí tiene. Por eso la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) tiene como principal objetivo asegurar el voto de los marginados. Lo terrible será que lo consiga.
De ahí que sea equivocada la postura de los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Guerrero, de querer sabotear el proceso electoral, pues así le da gusto a la oligarquía y le proporciona argumentos para exigir medidas más drásticas al régimen. Acabar con la dictadura de la mafia en el poder no se logrará con actitudes irracionales que aplaude la oligarquía, como oponerse a que la ciudadanía vote, sino aprovechando los pocos resquicios democráticos del propio sistema para dar pasos adelante y, si se opone, poner en evidencia su hipocresía y sus verdaderas intenciones.
Es preciso que se entienda que la derecha quiere sacar de sus casillas al pueblo, ponerlo a tirar patadas al viento, pues no otra cosa es lo que se logrará con actos desesperados, como querer sabotear las elecciones. Con ello lo único que se conseguiría es que la tripleta PRI-PAN-Partido Verde tenga más presencia en las cámaras y en los poderes ejecutivos estatales, situación que de lograrse en este proceso electoral equivaldrá definitivamente a ponerle cadenas a la población mayoritaria. Entonces el trabajo de la verdadera oposición será más difícil, más cuesta arriba, y tendrían que surgir más luchadores sociales decididos a sacrificar sus vidas.
En esta etapa en la que la derecha todavía se presta a pantomimas “democráticas”, es posible una resistencia civil embrionaria, como la que se da en el sufrido estado de Guerrero y en el complejo estado de Michoacán. Se puede saber que hay activistas en prisión por su labor social, como la valiente luchadora Nestora Salgado, en riesgo de muerte por su actitud ejemplar. Pero una vez que se instaure un Estado totalitario, como lo quiere la oligarquía más reaccionaria, no habrá posibilidad de conocer la situación real del país.

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