Pedro Echeverría V.
1. Acaba de anunciar la secretaria de Relaciones Exteriores de
México, que el Papa católico Francisco visitará México los días de
febrero del próximo año. Estará en la ciudad de México, Chiapas,
Michoacán y Chihuahua. Pero estas visitas al país que ya son seis o
siete, a pesar de que seis meses antes se propagan ampliamente por todos
los medios de información, despiertan cada año menos entusiasmo. El
fanatismo religioso en México y otros países de América no parece
estarse derrumbando, aunque sí ha aumentado la desconfianza porque crece
cada visita el número de negocios de todo tipo que se hacen alrededor
del arribo papal. (En 1992 publiqué un folleto de amplia difusión: “El
Papa en Yucatán (antecedentes históricos)”
2. Desde los 18 años, estando en la Preparatoria, abandoné la
religión que me impusieron y comencé a ser crítico de ella gracias a un
libro que encontré por casualidad y leí con pasión: “La religión al
alcance de todos” de un español H. Ibarreta. La realidad es que mis
padres se autocalificaban católicos pero veía que cada año como promedio
acudían al templo y yo visitaba la iglesia porque iba toda la
muchachada. En 1959 con la clausura del internado del Poli, la represión
a los maestros, a los estudiantes de la Nacional, el triunfo de la
revolución cubana, la represión contra los ferrocarrileros, enterré la
religión.
3. Aunque en esos primeros años parecía que había cambiado la
religión católica con la “religión marxista” por la pasión política que
le puse, la realidad es que mientras en la primera lo más importante era
creer, aceptar lo que la iglesia te imponía como verdad; en el marxismo
se hablaba de la dialéctica, es decir, razonar, pensar, reflexionar, en
que todo cambia, todo se transforma y nada habría que creer. Veía en
1958 fotografías del Papa Pío XII que nada significaban para mí; pero a
partir de 1962 comencé a oír que el papa Juan XXIII comenzaba a hablar
del Concilio Vaticano II y una revolución en la Iglesia.
4. En 1963 una de mis actividades políticas, con otros compañeros-
fue salir a pintar muros y paredes denunciando que asesinaban los
imperialistas al Papa Juan XXIII acusándolo de izquierdista y comunista.
Luego de su muerte subiría Paulo VI que organizó la segunda etapa de
Concilio Vaticano II. Fue entonces cuando comencé a comprender el papel
mundial que jugaba la iglesia y el imperialismo de los EEUU. No volví a
discutir sobre doctrinas religiosas y siempre respeté todo tipo de
creencias, pero por ningún motivo debo dejar de denunciar las alianzas
políticas del alto clero con el capitalismo y el imperialismo.
5. No olvido que el presidente de los empresarios, Felipe Calderón,
invitó en 2011 al Papa Benedicto XVI a realizar su primera visita a
México, aunque sería la sexta visita papal. La primera visita de Juan
Pablo II se realizó en enero de 1979 con el objetivo de inaugurar en la
Basílica de Guadalupe la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano
(CELAM) Era el III año de gobierno de José López Portillo y en el país
se vivía aún el gran auge petrolero que dos años después se desplomaría
por la caída de los precios del mercado. Inusitadamente López Portillo
recibió personalmente al papa Juan Pablo II en el aeropuerto de la
ciudad de México y en la residencia oficial de Los Pinos. Esa primera
visita de la máxima autoridad de la Iglesia en vez de contribuir a que
la población supere sus enormes problemas de miseria y desigualdad,
pareciera que vino a anunciar malas noticias. Con la implantación del
neoliberalismo en 1982 todo empeoró.
6. En mayo de 1990 realizó el Papa su segundo viaje a México. La
población mexicana había sufrido siendo presidente Miguel de la Madrid
una terrible crisis económica que había hecho a los pobres miserables y a
los ricos multimillonarios. En 1985 se había sufrido el destructor
terremoto de la ciudad de México, la inflación y el endeudamiento eran
imparables y el descontento de la población se manifestó en las urnas
contra el PRI, pero el priísta Carlos Salinas obtuvo la Presidencia,
avalado por el PAN. En los hechos el Papa pareciera que llegó (a los 18
meses de la toma de posesión de Salinas) a respaldarlo en su gobierno.
Estuvieron juntos altos funcionarios, clero, gobernadores, alcaldes,
empresarios, PRI y PAN en gran tarea de recibir al Papa. Se organizaron
rifas, colectas, concursos, ventas, para ayudar con los gastos de la
visita. Aeroméxico ofreció dos aviones, General Motors el viaje
terrestre, etcétera.
7. Ese viaje fue fundamental porque preparó las condiciones para que
año y medio después se establecieran las relaciones diplomáticas entre
el Estado mexicano y el Estado Vaticano. Basta recordar que tuvo una
duración de ocho días, que se inició en la ciudad de México, para
recorrer luego Chalco, Estado de México, Jalisco, Aguascalientes,
Durango, Chiapas, Chihuahua, Nuevo León, Tabasco y Zacatecas. Esa visita
fue determinante en la consolidación de Salinas que en las elecciones
de julio de 1991 recuperó totalmente el poder. Comparada la situación
económica de la población en la primera visita (1979) con la de la
segunda (1990), en 11 años la población pobre se había convertido en
miserable, pero los grandes empresarios protegidos e impulsados por el
gobierno de Salinas comenzaban ya a figurar en la lista de los hombres
más de ricos de Forbes: Slim, Azcárraga, Cabal Peniche, etcétera.
8. Por eso al concluir la visita, el semanario Proceso publicó una
entrevista a Giancarlo Zizola realizada por la periodista Anne Marie
Mergier: “El Papa Wojtyla ya no aguanta más que un país católico, donde
los cristianos jugaron un papel determinante, se mantenga una tradición
política y social laica, por no decir anticlerical; eso lo saca de
quicio. En México la Iglesia sigue teniendo una actitud dominadora,
tiene compromiso con la clase pudiente, con el poder financiero. Cuando
estuve en México en 1979, para el primer viaje de Juan Pablo II, me
impresionó el binomio Iglesia y capital financiero. La banca publicaba
grandes anuncios en los que aprovechaba descaradamente el viaje del Papa
para lanzar nuevos productos financieros… Si Juan Pablo es sincero en
su mea culpa, si su nueva cruzada contra la devastación del Sur por el
capitalismo es coherente, entonces deberá afirmar su fe en la Iglesia de
los pobres”.
9. En 1991 el presidente Salinas había recuperado ampliamente el
poder con el apoyo del PAN y la iglesia, después que tres años antes se
lo había disputado Cuauhtémoc Cárdenas. Salinas aprovechó esa fuerza
para instruir a Donaldo Colosio, presidente del PRI, y a Mariano
Palacios, presidente de la Fundación Cambio XXI, para que redactaran e
hicieran aprobar una ley que beneficiara a la iglesia. Fue el 10 de
diciembre cuando se presentó el documento al Congreso y, en ese mismo
momento, el presidente Salinas estaba reunido con 100 obispos en Los
Pinos entregándoles el mismo documento. Con ellos estaban, además de
Salinas, Córdoba Montoya, Gutiérrez Barrios, Colosio Murrieta y Patricio
Chirinos. Los legisladores priístas y panistas aprobaron y aplaudieron
esa nueva relación con el Vaticano que también selló el maridaje de PRI
con el PAN.
10. El Papa realizaría su tercer viaje el 1992 para agradecer a
Salinas el abierto apoyo a la iglesia católica mexicana, así como el
establecimiento de relaciones diplomáticas con la santa sede, pero una
enfermedad le hizo posponer el viaje que al fin realizó en agosto del
siguiente año. De hecho tomó a México –“país ideal por su enorme
devoción”- como su “centro de operaciones” para extender el catolicismo
en América. En agosto de 1993 Salinas, en la cumbre de su gobierno,
estaba a punto de anunciar la firma de Tratado de Libre Comercio, así
como la candidatura de Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI a la
Presidencia de la República. La visita papal, otra vez, le funcionó a
Salinas como “anillo al dedo”. ¿Había arreglado Salinas las fechas de as
dos visitas papales de su sexenio? Mientras Salinas anunciaba su gran
triunfo diciendo que México se convertía en país de primer mundo, el
pueblo sufría mayor miseria y desempleo.
11. Cuando en enero de 1999 Juan Pablo II realizó su cuarto viaje a
México gobernaba Zedillo. Desde dos años antes el PRI había perdido la
mayoría en el poder legislativo y el gobierno de la ciudad de México
estaba en manos de Cuauhtémoc Cárdenas. La visita papal le sirvió más al
PAN y al precandidato Fox, pero también al presidente Zedillo para
acercarse más a los panistas. Éste andaba peleándose con los dirigentes
de su partido (el PRI) que le impedía decidir sobre la candidatura. El
Papa llegó a México justo a tiempo, en el momento en que el precandidato
oficial (Labastida Ochoa) necesitaba más fuerza. Pero el gobierno de
Zedillo estaba ya de caída porque la misma campaña de Labastida,
Madrazo, Bartlett y Roque lo había hecho a un lado. Fue el momento en
que Zedillo comenzó a pensar en un gobierno panista que viniera a
introducir el “aire fresco” con que estuvieran contentos los
inversionistas yanquis.
12. La quinta visita fue en julio de 2002, cuando el presidente Fox
le besó el anillo al Papa. Esta visita, que Fox la usó para respaldar a
su gobierno, se centró en la canonización del indio Juan Diego y de los
“mártires de Cojonos del año de 1700”. Esa canonización, declaró un
dirigente indígena, es para decirnos: “Si los explotan no se rebelen. Si
el patrón les paga poco, no se molesten. Si sufren aquí, gozarán allá
en el cielo. La cuestión indígena ha sido manipulada de esta manera. Es
falso que la Iglesia se preocupe realmente por los indios”. Te dicen:
“Te canonizamos a un indio para que te sientas incluido en la Iglesia”.
En conclusión: parece que las cinco visitas papales fueron usadas
políticamente para fortalecer el poder del presidente de la República en
turno. Millones de personas rodearon esas visitas, pero su situación
económica y espiritual empeoró de la primera a la quinta.
13. La sexta visita que debió realizarse en 2004, fue cancelada
porque el Papa ya no estaba en condiciones de salud para realizarla. Es
la que hizo Benedicto XVI en marzo de 1912. ¿Qué es lo que quiere el
clero después de más de seis años del gobierno del Fox y después de
impulsar con todas sus fuerzas al gobierno de Felipe Calderón? Lo han
dicho sin rubor: La iglesia quiere que se modifique el artículo 24
constitucional, que garantiza la libertad de culto y de creencia. Que se
amplíe la libertad religiosa abarcando todo el derecho humano a la
expresión, asociación, gestión y servicio de una fe. Dicen: “Queremos
que en todas las escuelas públicas se dé instrucción religiosa, que se
respete el derecho de los padres a que sus hijos sean educados conforme a
su fe, que los ministros de culto puedan postularse a cargos de
elección popular”. No tengo duda: de la primera visita en 1979 a la
sexta que pronto se realizará México está más jodido que nunca.
14. La visita del papa Francisco que ahora se anuncia para febrero de
2016, será para respaldar al gobierno de Peña Nieto y al de Obama que
está de salida. Francisco, por sus discursos parece ser un Papa no tan
reaccionario o derechista como Juan Pablo II; sin embargo, como todos
los papas, no tiene la fuerza para llevar a la práctica lo que piensa.
La población mundial no puede olvidarse que el Estado Vaticano es casi
la institución más rica y poderosa del mundo y todos los pasos de los
papas son medidos y vigilados con la mayor precisión por los EEUU y
demás imperios económicos y militares. Al Papa le redactan todos sus
discursos poniéndolos a tono con los tiempos y le dan su itinerario de
visitas como a todos los grandes gobernantes. Existen fuerzas mucho más
poderosas que mandan en el mundo y entre ellas no está dios. (12/XI/15)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario