Eduardo Ibarra Aguirre
Aunque
no facilite elementos de juicio e informativos suficientes, resulta
plausible que el secretario de Educación Pública no dé por segura y
definitiva la reforma estructural “más importante” o “estratégica” de
las 11 que promovió Enrique Peña Nieto, jefe institucional y amigo de
Aurelio Nuño.
Plausible
porque revela cierta dosis de realismo con todo y que según diversas
voces “vivimos en el país del no pasa nada”. ¡Ah! pero cuando pasa es
preciso tener mucho cuidado por parte de gobernantes, poderes fácticos e
incluso también los gobernados.
Realismo
con el que pareciera se asume que por muy “estructurales” y hasta
“históricas” que sean las reformas negociadas en el Pacto por México por
las dirigencias partidistas que sustituyeron a sus legisladores, todas
son reversibles, incluida la energética, en dependencia de la coyuntura
política, la correlación de fuerzas, el grupo gobernante y sus
imprescindibles apoyos en hombres y mujeres del gran capital.
Dijo
Nuño Mayer nada menos que ante la 99 asamblea general de la American
Chamber of Commerce, que si no se hace un gran compromiso político la
reforma educativa “enfrenta riesgos” ante las advertencias de “un
precandidato” (Andrés Manuel López Obrador) de “echarla abajo”. De plano
reconoció que “se requiere de un gran esfuerzo para alcanzar los
cambios de la reforma” y evitar el riesgo de que ésta “no pueda
trascender el sexenio”. Y remató: “(…) vamos muy bien, seguiremos
acelerando, pero no es algo fijo para los siguientes años y eso es una
de las luchas que se tiene que dar”.
Si
esta interpretación de la coyuntura preelectoral tiene los propósitos
declarados, pues cada quien su lucha, la del secretario es, de acuerdo a
su confesión ante los delegados de la American Chamber of Commerce,
“hacer un país competitivo”.
Ahora
que si se trata del viejo recurso de asustar sobre el arribo del “coco”
para distraer la atención, lo que es prácticamente imposible con los
hombres del capital en Estados Unidos, pues podría significar que “la
gran comilona de los ricos y poderosos” (Federico Arreola dixit) con motivo del cumpleaños número 75 del Jefe Diego –también conocido como “La Ardilla porque no salía de Los Pinos”–,
tendrá consecuencias que culminarán el día de la elección presidencial.
Y no hablo de ningún compló, sólo de la firme decisión de los dueños de
México de que nadie sin su venia llegue a Los Pinos, como lo
demostraron en julio de 1988 y de 2006. Por eso entre los comensales
estaban Carlos Salinas y Felipe Calderón, actores centrales de aquellos
capítulos estelares por negros de la política a la mexicana.
Las advertencias de Nuño, sin embargo, no convencen ni a los “aliados” del grupo gobernante en la aplicación de la reforma –que
“no es educativa, sino laboral, la cual ha arrebatado a los docentes
derechos laborales conquistados históricamente”, le dijo el profesor de
historia José Fernando Calva Alvarado, con 39 años de trayectoria
académica–, como lo puso en relieve Juan
Díaz, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, cuando alertó sobre las “tendencias privatizadoras y
comercializadoras que amenazan a la educación y la escuela pública”, en
diversas regiones del mundo, incluido México, donde hay “intereses
económicos (que) pretenden simularse bajo falsos pronunciamientos por la
calidad de la educación”.
Televisa
y sus intelectuales a sueldo, junto con Mexicanos Primero de Claudio X.
González hijo, son impulsores decididos de la reforma que busca hacer
de México “un país competitivo”.
Acuse de recibo
Mi
sentido pésame al colega Francisco Rodríguez… La Orquesta Filarmónica
de la Ciudad de México informa: “Este sábado 19 y domingo 20 de marzo,
concluye el primer segmento de la Temporada 2016, el programa que
presentaremos es: Sinfonía no. 1 de Ludwig van Beethoven y Sinfonía fantástica de
Héctor Berlioz, la dirección estará a cargo del maestro Juan Carlos
Lomónaco”. Más información en el 56 06 81 91. F: OFCMex. T: @OFCM… La
relección y la permanencia prolongada en la Presidencia es rasgo común
de los gobiernos progresistas o no subordinados a Washington, en América
del Sur. Hugo Chávez ejerció como presidente desde 1999 hasta su
fallecimiento 13 años después. Néstor Kirchner y Cristina Fernández
sumaron más de 12 años en sucesivos mandatos (de 2003 a 2015). Rafael
Correa cumplirá en 2017 una década como jefe de Estado. En contextos
distintos al mexicano la relección no es un rasgo antidemocrático. En
Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt acumuló cuatro mandatos
consecutivos. François Miterrand presidió Francia de 1981 a 1995 y su
sucesor, Jacques Chirac, despachó 12 años en el Palacio del Elíseo.
Felipe González encabezó el gobierno español durante casi 14 años.
Resultan, entonces, hipócritas las acusaciones en contra de los
gobiernos de Suramérica a quienes gobernantes y medios occidentales
tildan de autoritarios por mantenerse en el cargo durante periodos
similares.
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