La “espotización” del modelo que en nada aporta al debate de las plataformas de los desgastados y desprestigiados partidos políticos.
lasillarota.com
En una línea de tiempo que comienza desde el 2007, con la reforma
constitucional en materia electoral, se puede constatar la permanente
oposición de los industriales de la radio y la televisión al modelo de
comunicación político electoral que les canceló un negocio que les
dejaba miles de millones de pesos en ganancias. Desde aquel entonces han
utilizado a sus conductores estrella para denostarlo bajo el manto de
la defensa de la libertad de expresión.
Desde el inicio de la implementación del modelo han desarrollado
estrategias para incentivar una animadversión a la autoridad y la ley
electoral, lo hicieron las televisoras desde el 2009 cuando en un hecho
inédito programas infantiles de caricaturas y encuentros de fútbol
fueron interrumpidos durante tres minutos cada hora para insertar los
spots del aquel entonces IFE y de los partidos políticos con una
cortinilla en pantalla que rezaba “Los siguientes promocionales son
ordenados por el IFE en cumplimiento a la ley electoral y se
transmitirán hasta el 5 de julio”, misma que se adosaba con comentarios
de los conductores de TV Azteca y de Televisa lamentando los cortes para
ver los spots, con lo cual se generó una molestia en la audiencia.
Con la visita del Papa a México, y sabedores de la expectación de
millones de personas para la cobertura de sus actividades y mensajes
repitieron la estrategia para descalificar la interrupción de la
cobertura informativa porque así lo obliga la autoridad electoral, aún
cuando con frecuencia se trató de cortes para transmitir publicidad
comercial ¿alguna vez esos conductores se quejarán de las constantes
interrupciones de los spots comerciales?
Se trata de una oposición que tiene como fin descalificar a la
autoridad electoral y revertir el modelo de comunicación política. Desde
2007 los medios, especialmente las televisoras, no han dejado de
litigar en contra de la reforma, no se resignan a la pérdida económica y
de control que tenían. No pierden la esperanza de que el clima de
acritud que han generado pueda llevar tarde o temprano a una
contrarreforma para cambiar el modelo en favor de sus intereses.
Ante la resolución de la Sala Regional Especializada del Tribunal
Electoral en el sentido de que los conductores no violaron la ley
durante la cobertura papal, las radiodifusoras y televisoras comerciales
se han dado vuelo para darle una amplia difusión remarcando que la
norma electoral viola la libertad de expresión.
Como también se puede constatar en la línea de tiempo el Tribunal
Electoral ha impuesto multas de pertinencia y legalidad discutibles,
como igualmente resoluciones contradictorias para la aplicación del
modelo, lo que ha sido aprovechado por los industriales del ramo para
generar confusión sobre el tema, abona también a ese clima de confusión
la falta de explicación clara y concisa del propio Instituto Nacional
Electoral (INE).
Esta sistemática campaña en contra de la ley y la autoridad tiene por
objetivo regresarles a los radiodifusores el jugoso negocio electoral,
como puede constatarse con la iniciativa presentada el 19 de mayo del
2015 por el entonces diputado Tomás Torres Mercado del Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), partido que por cierto tiene record en la
violación de la ley electoral, que en su primer punto plantea la
eliminación del acceso gratuito por parte de partidos políticos y
candidatos a puestos de elección popular a los tiempos de radio y
televisión administrados por el INE, dicha eliminación abre la
posibilidad de que partidos y candidatos contraten como antaño tiempos
en cualquier modalidad de radio y televisión, con cargo al
financiamiento público, porque según ese legislador, así se garantiza la
libertad de expresión.
En coordinación con esa iniciativa, como lo consigné en mi
colaboración del 24 de noviembre del año pasado, el presidente del PRI
Manlio Fabio Beltrones declaró que se debe cambiar el modelo de
comunicación política electoral y aceptó que se podría abrir la puerta a
la compra de espacios en los medios electrónicos. Le falta memoria al
político sonorense quien fue uno de los principales defensores de la
reforma electoral del 2007. De igual manera se ha pronunciado
recientemente el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el panista
Roberto Gil Zuarth.
Si bien es cierto que existe el hartazgo por millones de spots que se
transmiten, especialmente en procesos electorales, el problema central
no es su comercialización o no, sino la “espotización” del modelo que en
nada aporta al debate de las plataformas de los desgastados y
desprestigiados partidos políticos.
De concretarse lo que muchos llamamos una contrarreforma en este
terreno, se derrocharán nuevamente ingentes recursos públicos que irán a
parar a las arcas de los medios comerciales, pero también se concretará
la claudicación de la clase política ante el poder mediático.
En otros temas
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) emitió el decreto
por el que se crea el Organismo Promotor de Inversiones en
Telecomunicaciones (OPITEL) que será el organismo que tenga la concesión
de la Red Compartida Mayorista (Banda 700 Mhz), ya despejada una vez
que se hizo el apagón analógico en televisión abierta. Este proyecto que
es el más ambicioso de la reforma en telecomunicaciones ha tenido
muchos obstáculos y críticas, pero es clave para llegar a la meta de
conectar a la banda ancha a millones de personas, así que habrá que
seguir con cuidado su desenvolvimiento.
También está en puerta la discusión en la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para determinar si da la razón a las comunidades y emisoras
comunitarias que interpusieron un amparo en contra del artículo 89 de
la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que les deja casi
como única fuente de financiamiento el acceso a la publicidad oficial,
lo cual se considera desde organismos internacionales de libertad de
expresión como una medida discriminatoria que puede funcionar como vía
indirecta de restricción a la libertad de expresión.
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