CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La difusión de encuestas de intención
del voto con respecto a las elecciones presidenciales de 2018, así como
un par de entrevistas que el presidente Enrique Peña Nieto concedió a
los diarios capitalinos El Universal y Excélsior, fueron el banderazo de
salida que esperaban los integrantes de su gabinete que aspiran a
sucederlo para iniciar los ataques en contra de los precandidatos más
aventajados de la izquierda y la derecha…
De hecho el presidente Peña Nieto empezó desde el año pasado las
condenas explícitas al populismo, sin especificar a quién se refería,
pero obviamente dando suficientes pistas para identificar al candidato
presidencial permanente, Andrés Manuel López Obrador, y a quienes
pretenden arribar a la silla presidencial por la vía de una candidatura
no partidista.
Pero ahora con la autorización explícita del presidente, al responder
–en la entrevista con Pascal Beltrán del Río, del Grupo Multimedia
Imagen– a la pregunta de si todavía operaba la conseja popular de “quien
se mueve no sale en la foto”:
–Hoy, más bien, creo que es el desempeño de cada quien en su
responsabilidad lo que, a final de cuentas, da espacio de oportunidad o
no de estar en la consideración de los partidos políticos para
convertirse en sus abanderados (considerando la) oportunidad que tenga
la ciudadanía de poder elegir, de poder contrastar opiniones,
trayectorias personales, profesionales, de historias personales y perfil
para, eventualmente, desempeñar distintas responsabilidades.
Inmediatamente se hicieron presentes los secretarios de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, y de Educación Pública, Aurelio Nuño, para
dirigir sus misiles contra Margarita Zavala, por la vía de la condena a
la estrategia de combate al narcotráfico del expresidente Felipe
Calderón; y contra Andrés Manuel López Obrador, por su respaldo a la
lucha de la CNTE oaxaqueña, respectivamente. Casualmente, ambos
precandidatos encabezan las preferencias electorales, junto con el
titular de Gobernación.
López Obrador, por su parte, aprovechó la resolución de la Sala
Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, que le ordena retirar los spots donde criticaba la compra
del avión presidencial, para asegurar que la instancia jurisdiccional
simplemente obedecía órdenes del titular de Gobernación. Margarita
Zavala, a su vez, utilizó el Día Internacional de la Mujer para relanzar
su campaña electoral, buscando proyectar una imagen ciudadana y
condenando el derrumbe ético del actual gobierno federal.
La gran mayoría de las encuestas que se han publicado en los últimos
tres meses muestran claramente cuatro realidades: una, el derrumbe de
los tres partidos políticos con mayor preferencia electoral (PRI, PAN y
PRD), tanto en el porcentaje de ciudadanos que se identifica con ellos,
como en la intención de voto por ellos; dos, los bajos porcentajes de
preferencia que logran los llamados punteros (Margarita Zavala, por el
PAN; Miguel Ángel Osorio Chong, por el PRI; y Andrés Manuel López
Obrador, por Morena), quienes no alcanzan 30%; tres, el impacto que
pueden tener las alianzas entre las distintas fuerzas políticas en la
elección presidencial; y cuatro, que la pulverización del voto al que
menos afecta es al PRI, que puede lograr el triunfo aun con un muy bajo
porcentaje de sufragios, por la dispersión entre los candidatos
opositores.
Las diversas encuestas juegan con diferentes escenarios en los que
combinan distintos candidatos de las principales fuerzas políticas con
varias fórmulas de coaliciones y rupturas, y, en algunos casos, con la
presencia de un candidato independiente. Tales anticipaciones tienen
múltiples impactos, pero en todos los casos los mejor librados son
Zavala, Osorio Chong y López Obrador.
El mejor escenario para López Obrador es cuando participa en una
alianza de toda la izquierda, es decir, en caso de que su partido
(Morena) se coaligue con el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano, pues
la presencia de Miguel Ángel Mancera en la boleta con el respaldo del
partido del sol azteca le resta posibilidades.
En lo que respecta a Osorio Chong, el mejor escenario es en coalición
con el PVEM y Panal, y el peor, si el Verde postula por su cuenta a
Manuel Velasco, dado que, aun cuando consigue rescatar un muy bajo
porcentaje de los votos, sí alcanza los suficientes para impedir la
victoria del tricolor.
Por lo que toca a Margarita Zavala, siempre participa como candidata
del PAN, sin ninguna alianza, y nunca se explora la posibilidad de que
vaya como independiente, posibilidad que ella misma ha estimulado; por
otra parte, es la que más se beneficia con la división de la izquierda y
con una eventual ruptura de la alianza del PRI y el PVEM.
Las candidaturas presidenciales se empezarán a definir a finales de
2017, es decir, dentro de unos 20 meses, y seguramente con una realidad
nacional diferente a la que se vive en la actualidad, por lo cual lo más
probable es que no ocurra ninguno de los escenarios que hoy imaginan
las casas encuestadoras; no obstante, lo que sí resulta muy probable es
que varios de los que hoy aparecen entre los precandidatos figuren en
las boletas.
En el caso de la izquierda parece muy difícil que alguien desplace
del primer lugar de las preferencias a López Obrador, y lo único que
está por definirse es si finalmente se logra una alianza integral o no;
en el PAN, prácticamente es un hecho que la disputa se centrará entre
Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya; pero en el del
PRI sí puede haber muchos cambios, en virtud de que hoy es Osorio Chong
quien encabeza todas las encuestas, aunque hay varios precandidatos
(Aurelio Nuño y José Antonio Meade, destacadamente) que apenas están
saltando a la palestra y pueden empezar a sumar algunas simpatías.
Por otra parte, es un hecho que surgirá al menos un candidato no
partidista. No está claro quién será, pues los que se han declarado
interesados (Jaime Rodríguez y Jorge Castañeda) apenas pintan en las
preferencias.
Para el PAN, el mejor escenario es lograr mantener la unidad en el
partido y, eventualmente, lograr la alianza con el Panal; que la
izquierda participe dividida; y que el PRI no logre mantener la alianza
con PVEM y Panal.
Para López Obrador, lograr la unidad de toda la izquierda; que el PRI
rompa su alianza con el PVEM y el Panal; y que el PAN se divida y
Margarita Zavala vaya como independiente.
Mientras tanto, para el PRI conseguir la alianza con el PVEM y el
Panal; que la izquierda vaya dividida; que el PAN se fracture y que, por
lo mismo, Margarita Zavala participe como independiente.
A todos los puede afectar la participación de independientes, según
su origen y propuesta, ya que eso determinará a quién le quitan más
votos; pero, desde luego, salvo que sea producto de una fractura del PRI
(como sucedió en Nuevo León), al que menos perjudica es al tricolor,
por su disciplina y cobertura nacional.
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