3/15/2016

Por un diálogo multiplicador



Tatiana Coll
La Jornada
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha convocado a un gran diálogo nacional por la educación, por una verdadera transformación educativa. Se han realizado ya dos encuentros que cimentan el arranque de esta iniciativa que pretende desarrollarse a lo largo y ancho del país, no sólo entre maestros, estudiantes y padres de familia, sino entre todos los interesados por reflexionar, analizar y proponer un nuevo horizonte educativo frente a la embestida desmanteladora y estandarizadora que el Estado y sus aliados han impuesto. Un diálogo que permita multiplicar las voces. Un diálogo que se multiplique por todos lados.
Se trata de rescatar la voz de la sociedad frente a un proceso de contrarreforma tan amañado como el que se ha desarrollado, en el cual Mexicanos (empresarios) Primero se asume como representante de los intereses de la sociedad, secuestrando su representación y anulándola; el SNTE se erige en la instancia única y legítima de los maestros, a pesar de que permanece intacta su esencia gordillista y, salvo un último asunto judicial pendiente, el señor Limón y su organización como voceros de los padres de familia. Representaciones tan falsas como la estabilidad de la moneda. Un conjunto tan lamentable de representantes como las reformas que defienden.
Un diálogo diferente que, por lo pronto, cuenta ya con 70 académicos convocantes de la UNAM, UACM, UPN, UAM, IPN, INAH, Colmex, normales, institutos de investigación, así como de 35 organizaciones sociales. Coinciden todos en la imperiosa necesidad de realizar un verdadero diálogo, abierto, significativo, constructivo, frente al despliegue coercitivo y unilateral que caracteriza a toda la implementación de las medidas gubernamentales desplegadas en torno a su reforma educativa. Todos los convocantes repudian, en primer término, la militarización, la campaña de estigmatización y los ceses anunciados, acompañados de sonoras campañas mediáticas donde la demagogia y la grandilocuencia intentan encubrir las amenazas y acciones.
La convocatoria al diálogo señala: Desde finales de 2012 y, como continuidad y profundización de las políticas y reformas neoliberales, el gobierno ha decidido imponer por todos los medios su contrarreforma educativa fortaleciendo la burocracia, el centralismo y la uniformidad, a través de un caudal de controles y reglas sobre la escuela y el magisterio, apoyados en una evaluación nodalmente punitiva para acosar y despedir maestros.
Frente a ello, se propone un diálogo que permita construir una verdadera transformación educativa, que recoja planteamientos, experiencias, reflexiones y propuestas desde los diversos núcleos de los procesos educativos, de los múltiples sujetos de la educación. Que sea capaz de movilizar y activar en torno suyo a fuerzas sociales, colectivas e individuales, dentro y fuera de la educación. El diálogo entendido como la ruta hacia la educación que necesitamos los mexicanos. Una ruta que irá caminando en diferentes niveles, en las escuelas, en foros locales y regionales, en espacios y plataformas virtuales, en todos aquellos que decidan incluirse e impulsar acciones de diálogo.
Han empezado a llover análisis, consideraciones, sugerencias, advertencias y, sobre todo, ideas en torno a los procesos educativos. La CNTE cuenta, además, con un número nutrido de documentos de diferentes años y espacios, resultado de largas discusiones. La CNTE, a través del proceso de su conformación como polo de aglutinamiento autónomo del magisterio democrático, no sólo desató las luchas sindicales por una verdadera representación y defensa de los derechos de los maestros, sino que al mismo tiempo llevó a que los profesores se apropiaran de su materia de trabajo, que es precisamente lo educativo. Primero se dio el análisis y rechazo a su papel de meros reproductores u operadores de lo que la SEP mandataba sexenalmente, al mismo tiempo que los procesos de lucha y reivindicación los acercaron y reconstituyeron la relación de las escuelas con las comunidades, afinando su sensibilidad social.
Este camino ha llevado a los maestros democráticos a estar permanentemente preocupados por desarrollar iniciativas que les permitan afincar una educación humanista e integral que sustituya los valores de mercado, consumismo y competitividad por la práctica de valores como los que reivindica el propio artículo tercero constitucional, hoy día letra muerta, como la democracia, el cuidado y aprovechamiento de recursos naturales, la comprensión de los verdaderos problemas nacionales, el trabajo científico, el acrecentamiento de la cultura, el respeto a los derechos humanos, al trabajo digno, a la diversidad y multiculturalismo, el verdadero fortalecimiento de una educación pública equitativa y no profundamente desigual, un proceso educativo sólidamente arraigado en las necesidades del desarrollo de las personas y sus comunidades.
Se camina por la ruta de recuperar los procesos históricos en que los maestros, desde los inicios del siglo XX, sembraron el país de las bases sociales para un país diferente. Se impulsa un diálogo que permita identificar y establecer los elementos que determinan una educación crítica que forme sujetos capaces de pensar y reconstruir una práctica social, una educación dialógica que construya condiciones de aprendizaje diferentes, una educación vinculada a la justicia social, a la emancipación, una educación política en el mejor sentido freireano.

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