10/06/2016

Padres de los 43 testigos del luto que regresa a Ayotzinapa


En lo que el gobierno estatal difundió como un asalto y la comunidad estudiantil valora como una estrategia de Estado para cerrar la escuela

lasillarota.com

AYOTZINAPA, Guerrero (La Silla Rota).- Unos padres todavía no alcanzan la justicia por el crimen de sus hijos y otros siguen en espera de noticias de sus desaparecidos, y se convirtieron en testigos de cómo el luto vuelve a Ayotzinapa.
 
En lo que el gobierno estatal difundió como un asalto y la comunidad estudiantil valora como una estrategia de Estado para cerrar la escuela, el martes por la tarde mataron a otros dos normalistas, Jonathan Morales Hernández y Filimón Tacuba Castro.
 
Los padres estuvieron durante eL miércoles en la puerta de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, para recibir, primero, el féretro con el cadáver de Jonathan, a quien sus compañeros y amigos lo despidieron entre flores y copal.
 
Por la tarde, llegó el cortejo fúnebre con Filimón, a quien llevaron por los pasillos de la escuela hasta su dormitorio.
 
Al lado de los normalistas, animándolos, estuvo Bertha Nava, la madre de Julio César Ramírez, uno de los muchachos asesinados en Iguala.
 
La academia de cuarto suspendió todas sus actividades y repartidos en autobuses siguieron a sus compañeros hasta sus pueblos.

Desde 2011 a la fecha en Ayotzinapa ya suman nueve normalistas asesinados: Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino, en la autopista del Sol el 12 de diciembre de 2011; Fredy Vázquez y Eugenio Tamarit, el 7 de enero de 2014, al embestirlos el chofer de un camión pesado en la carretera federal de Atoyac; Julio Cesar Ramírez, Daniel Solís y Julio César Mondragón en la noche y madrugada violenta de Iguala (26 y 27 de septiembre de 2014), y Jonathan Morales Hernández y Filimón Tacuba Castro, asesinados ayer por la tarde, en el trasporte público, de regreso a la Normal.
 
Jonathan y Filimón cursaban la misma academia, cuarto año; el primero en el grupo A y el segundo en el grupo B. Coincidían también en sus orígenes, ambos de la Costa Chica de Guerrero; Jonathan de los Los Saucitos, Tecoanapa, y Filimón de Apantla, Ayutla.

La primera versión del crimen de los jóvenes, se conoció por las redes sociales, narrado en un audio por una familiar de una sobreviviente, que antes del asalto los muchachos hablaban de sus prácticas profesionales. Resulta que los alumnos de la academia de cuarto año comenzaron el lunes sus observaciones en las escuelas, que significan una etapa previa a las prácticas programadas del 24 de octubre al 11 de noviembre. Filimón andaba con el pendiente de que aún no le asignaban escuela, y después de ir a visitar a su familia en el pueblo, pasó a Chilpancingo a un trámite para ubicarse en una primaria en Atliaca, un pueblo de Tixtla.A Jonathan lo asignaron a una escuela de Chilpancingo y el martes llevaba su segundo día en las observaciones. Sus compañeros deducen que se encontraron en la base del servicio público de la ruta Chilpancingo-Tixtla, ubicada muy cerca del mercado Baltasar Leyva Mancilla, y salieron para Ayotzinapa.  
 
Los dos normalistas tenía más coincidencias con otros de la lista de los nueve antes mencionados. Junto a Fredy y Eugenio, habrían terminado su carrera de maestro el próximo fin de cursos.
 

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