Mujeres de Atenco reafirman: sí hubo graves violaciones a DH
Con todo y las tropelías, trampas y mentiras del Estado mexicano, en
próximos meses la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH)
juzgará la responsabilidad de éste, en la tortura sexual de once mujeres
detenidas durante los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006
en Atenco, Estado de México, lo que es un triunfo de la palabra y
dignidad de las sobrevivientes.
Así lo dijeron las sobrevivientes, al celebrar la decisión del organismo
internacional, y es que luego de una década de declaraciones ante el
Ministerio Público, peritajes médicos, psicológicos e indagaciones, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que las
denunciantes fueron víctimas de tortura sexual por lo que caso debe ser
juzgado en la CoIDH.
Luego de que el 17 de septiembre la CIDH remitiera el expediente de las
mujeres de Atenco –conocido como “Mariana Selvas y otras”– al máximo
tribunal regional, las mujeres reunidas esta mañana ante los medios de
comunicación, aseguraron que atrás de esta disposición estuvo su
historia de lucha y dignidad, y su demanda de llegar hasta las últimas
instancias.
Ana María Velasco, Yolanda Muñoz, Norma Aidé Jiménez, Patricia Torres,
Bárbara Italia Méndez y Claudia Hernández, hablaron en nombre de las
once sobrevivientes, del proceso que han seguido para demostrar que en
los operativos de Atenco, ordenados por el entonces gobernador Enrique
Peña Nieto, se cometieron graves violaciones a los Derechos Humanos.
Hace 10 años cuando 47 mujeres fueron detenidas y 27 de ellas violadas
sexualmente y recluidas en prisión por haber estado en el lugar donde la
policía impidió la venta de un grupo de floricultores, el comisionado
de Seguridad Pública del Estado de México, Wilfrido Robledo Madrid, las
llamó “mentirosas y cómplices de una estrategia para desestabilizar el
Estado”, así lo recordó Claudia Hernández.
Al rememorar aquel episodio, Claudia, quien vivió cinco años en proceso
penal, respondió a las declaraciones del entonces funcionario estatal y a
la posición que mantuvo el gobierno mexicano: “Nuestra dignidad en
realidad está en alzar la voz , en caminar durante 10 años para
demostrar que el Estado es el grande responsable de las grandes
violaciones cometidas en Atenco”.
Este camino que para ellas ha sido largo y doloroso, estuvo lleno de
estrategias para causar miedo; sin embargo para Claudia, las mujeres van
a lograr que se nombre a los responsables de los operativos de Atenco,
de un pueblo que desde 2001, cuando logró echar para atrás el proyecto
para expropiar sus tierras y construir un aeropuerto, ha sido ejemplo de
resistencia.
A pesar de la tortura, Patricia Torres, que en ese entonces tenía 23
años de edad, asegura que hoy nadie puede decir que fueron los agentes
policiales quienes orquestaron la represión, y es que los responsables
de las agresiones fueron los que dieron las órdenes. Con todo, dijo,
ellas están vivas, han logrado decirlo y denunciar que fueron
violentadas por apoyar a sus compañeros campesinos.
“Yo volvería a estar ahí, para defender mi tierra, para defender mi vida
porque eso es lo que están robando al pueblo de San Salvador Atenco”,
dijo la mujer que aseguró que a diferencia de los agentes del Estado sus
manos están llenas de las marcas del trabajo y de la lucha por la
justicia.
En los operativos de Atenco participaron más de tres mil policías
municipales, estatales y federales en un despliegue que dejó como saldo
207 personas detenidas; dos muertos: Javier Cortés Santiago, de 14 años,
y Alexis Benhumea, estudiante que murió un mes después del operativo; y
decenas de personas torturadas, entre ellas las mujeres víctimas de
violencia sexual.
De este episodio y demanda de largo aliento, Bárbara Italia Méndez, dijo
que a todas luces el litigio será complicado porque estos años
estuvieron marcados de tropelías, trampas y mentiras, “hoy de manera muy
contundente, muy fuerte, salimos a decirle al Estado mexicano: Nosotras
teníamos razón y tuvimos que acudir a la justicia internacional para
que este momento llegara”.
Para Bárbara Italia, en Atenco se castigó la rebeldía, pero ello no
impedirá que continúen en su exigencia de justicia; y en la libertad
para sus pueblos y aunque advierten que el Estado continuará en su
intento por detenerlas, ellas mantendrán la lucha para romper el círculo
de impunidad. “Es para mandar un mensaje al Estado que tiene que
detenerse, esto no va a poder continuar así”.
Conferencia de Prensa este martes en el Centro Prodh | Cortesía: Centro Prodh
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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