Leonardo García Tsao
A estas alturas es extraño encontrar una película con muchas ideas en el tintero, pero que cabalmente no sabe expresar ninguna. El círculo, quinto
anodino largometraje de James Ponsoldt (cuya extracción televisiva se
nota demasiado), se supone un planteamiento distópico sobre la
tecnología diseñada para liberarnos, aunque en realidad oculta una forma
de control de un orwelliano Big Brother.
Adaptada por Ponsoldt y Dave Eggers de la novela homónima del
segundo, la trama se centra en Mae Holland (Emma Watson), joven
convocada por una amiga a probar entrar en una organización llamada El
Círculo, precisamente, cuyo jefe, Eamon Bailey (Tom Hanks), es una
especie de Steve Jobs, que el actor interpreta con la misma untuosa
bonhomía que utilizó para encarnar a Disney en El sueño de Walt (John
Lee Hancock, 2013). El tono es apropiado, pues su empresa –una mezcla
de Apple y Facebook– se presenta como una especie de Disneylandia para
tecnócratas, donde lo importante en teoría es la convivencia humana,
borrar las fronteras que nos separan, mediante inventos como una
minicámara de video susceptible de ser colocada en cualquier sitio y
registrar todo lo que ocurre a su alrededor.
Aunque Mae se desempeña con eficiencia, un par de compañeros le
llaman la atención porque no ha compartido lo suficiente con la
comunidad. Por ejemplo, no ha informado que su padre (Bill Paxton) sufre
de esclerosis múltiple, pues hay en la compañía un programa de ayuda.
Pronto, la chica entra al programa a pesar de las advertencias que le
hace un misterioso personaje llamado Ty Lafitte (John Boyega), y pronto
se convierte en la figura más pública de El Círculo al permitir que su
vida se vuelva totalmente transparente al trasmitir sus acciones las 24
horas del día –salvo las idas al baño, se aclara– con lo cual gana
millones de seguidores que le mandan mensajes.
La decepción, claro, está a la vuelta de la esquina con otra
ocurrencia que permitirá la delación comunitaria. Todos participan en la
búsqueda y pronta captura de una asesina… y eso se extiende hasta
causar daño a un amigo de Mae, un tal Mercer (Ellar Coltrane, el
olvidable protagonista de Boyhood), quien ha cometido el pecado de procurar su privacidad.
Todo lo anterior suena más interesante de lo que es, pues El círculo es
tan insípida que evade su filiación genérica. No es ciencia ficción,
dado que propone realidades ya existentes, sólo que en versión
exagerada. No es un thriller, pues carece de tensión y
suspenso. No hay ni siquiera un sentido de amenaza; en ningún momento
llegamos a pensar que Mae corre peligro. Por otra parte, tampoco ejerce
el suficiente humor como para calificar como sátira.
Curiosamente, todos los participantes comparten esa tibieza y
chambean a medio gas. Watson se la pasa frunciendo el ceño para expresar
perplejidad y conflicto. El único mérito de Hanks es ocultar su
impaciencia por ir a cobrar su cheque. Boyega aparece gratuitamente como
Pepe Grillo sólo para dar consejos. E incluso se desperdicia la
presencia de Paxton y Glenne Headly como los padres de la protagonista.
Que El círculo sea la película más reciente en la filmografía
de esos estupendos intérpretes es la única emoción resonante. Hasta la
partitura del habitualmente cumplidor Danny Elfman es una muestra fofa
de música electrónica.
Me sorprende haber podido escribir tanto sobre El círculo, pues es uno de esos productos destinados al archivo del olvido inmediato.
El círculo
(The Circle)
D: James Ponsoldt/ G: James Ponsoldt, Dave Eggers, basado en la
novela de Eggers/ F.en C: Matthew Libatique/ M: Danny Elfman/ Ed: Lisa
Lassek, Franklin Peterson/ Con: Emma Watson, Tom Hanks, Patton Oswalt,
Ellar Coltrane, Bill Paxton/ P: Imagenation Abu Dhabi FZ, Likely Story,
Parkes+MacDonald Image Nation, Playtone, Route One Entertainment. EU,
2017.
Twitter: @walyder
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