Foro de la cineteca
Carlos Bonfil
Una comedia áspera. Aquellos que están bien (Dene wos guet geit,
2017), primer largometraje del realizador suizo alemán Cyril Schäublin,
explora de modo novedoso el territorio de las comunicaciones humanas en
tiempos de la Internet, el Whatsapp y los mensajes de voz, formas de
interrelacionar a las personas que paradójicamente han propiciado el
anonimato y el aislamiento voluntario, un déficit de reciprocidad y
empatía afectiva, y como muestra la cinta, la posibilidad incluso de
realizar estafas financieras a individuos tan vulnerables como los
ancianos que no logran familiarizarse con las nuevas tecnologías o
protegerse de ellas.
Ambientada en Zúrich, capital europea de la precisión metódica y las
transacciones bancarias discretas, la película describe el universo
impersonal de los centros de llamadas telefónicas que proponen planes
ventajosos de conexión a Internet o de seguros de vida. En uno de ellos,
personas tan expertas e inexpresivas, como la joven veinteañera Alice
(Sarah Stauffer), dominan a tal punto el arte de extraer información
confidencial de sus interlocutores incautos, que bien pueden aprovechar
dicho privilegio para estafar a mujeres ancianas, recluidas en
hospitales o en sus domicilios, haciéndoles retirar de sus cuentas
bancarias sumas cuantiosas que destinarán a socorrer a un supuesto
familiar joven en desgracia. Y aunque la suplantación de identidades no
resulte del todo convincente, la destreza de Alice haciéndose pasar por
amiga de ese familiar necesitado combinada con el deterioro mental o la
soledad inmensa de las ancianas, hacen que el enorme fraude prospere y
que sus beneficios sean incluso protegidos por un sistema bancario
garante siempre de una confidencialidad extrema.
Resulta hilarante ver los contrastes extremos de una memoria humana
que las nuevas tecnologías han vuelto muy aleatoria. Mientras unos
personajes se esfuerzan inútilmente por recordar el título de una
película sobre estafas, otros individuos pueden repetir, sin esfuerzo
aparente, contraseñas o claves de acceso de más de 10 dígitos. El mundo
virtual impone su dominio sobre la realidad cotidiana, deshumaniza las
conductas, automatiza los edificios y los negocios en las ciudades, y
empequeñece al individuo hasta volverlo una sombra insignificante en la
mancha urbana. ¿Por qué no habrían de deshacerse entonces con tanta
facilidad las ancianas del filme de todos sus ahorros cuando previamente
la sociedad las ha despojado ya de todo lo que daba un poco de sentido a
sus propias vidas? ¿Y de qué herencia o beneficio gozarán jóvenes como
Alice cuando esa misma sociedad las convierta definitivamente en
autómatas sin escrúpulos ni asideros morales?. El joven cineasta Cyril
Schäublin demuestra ser, en este su primer trabajo, un discípulo
original y aventajado de su colega austriaco Ulrich Seidl (Días perros,
2001). Su observación y disección de las conductas humanas poseen el
mismo filo áspero y crítico de su maestro, matizado, sin embargo, por un
sentido del humor todavía más fino.
Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional, a las 12 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1
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