Ciudad de México. La violencia que las mujeres están
viviendo durante el confinamiento aún no puede cuantificarse totalmente
en México, pero eso no quiere decir que no exista; por lo que urgen
acciones para atenderla y sistematizarla con una mejor procuración de
justicia y mayor profesionalización en el tema por parte del
funcionariado público.
Así lo aseveró la investigadora y secretaria académica del Centro de
Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), Amneris Chaparro Martínez, en entrevista con
Cimacnoticias.
Desde el inicio de la pandemia, este Centro de Investigación se ha dedicado a recopilar en un micrositio que puedes consultar aquí
datos sobre la violencia contra las mujeres durante la contingencia
sanitaria, basadas en diversas fuentes de información: datos oficiales,
reportes de organizaciones no gubernamentales y una encuesta digital
sobre violencia al interior del hogar que tiene por ahora resultados
preliminares.
Con base en ello, Chaparro Martínez afirmó que la violencia contra
las mujeres sí ha aumentado durante la pandemia. “Una quisiera pensar
que no, que la pandemia pone a las personas en otro tipo de dimensión y
que no van a actuar de manera violenta, pero eso es un deseo. La
realidad es otra”, expresó.
Los datos recopilados por el CIEG reflejan un incremento en las
llamadas de auxilio y en la solicitud de refugio por parte de mujeres
que viven con sus agresores la mayor parte del día, de acuerdo con la
también doctora y maestra en teoría política por el Departamento de
Gobierno de la Universidad de Essex (Reino Unido).
No obstante, de acuerdo con la experta en feminismo y estudios de
género, en México hay expresiones de violencia que no se perciben como
tal pero que sí están tipificadas en la legislación, como la violencia
económica y la violencia sexual. Al no identificarse estos actos como
violencia por parte de las víctimas y la sociedad, no quedan reflejadas
en las estadísticas.
“Tenemos un fenómeno que no es posible cuantificarlo del todo, pero
que no sea cuantificable en su totalidad no significa que no esté ahí y
que no es un problema de política pública”, señaló Chaparro.
Para la investigadora del CIEG, la política pública para atender la
violencia contra las mujeres durante la emergencia sanitaria debe poner
el acento en los siguientes aspectos: mayor sensibilización de distintos
sectores de gobierno sobre qué significa la violencia, qué
repercusiones tienen a nivel estructural (en la economía), políticas
públicas más efectivas para la recopilación de datos, mejorar el aparato
de justicia para que las mujeres tengan la certeza de que van a ser
escuchadas, mayor capacitación del funcionariado en los Ministerios
Públicos para la atención de víctimas y, principalmente, mayor
presupuesto.
“La violencia continúa y eso significa que no tenemos todavía una
estructura sólida para atenderla. Hay que poner el acento en todos esos
lugares y por parte del gobierno es necesario escuchar a las mujeres, no
sólo a las investigadoras, funcionarias o de organizaciones civiles,
sino a las mujeres que todos los días están enfrentando la violencia”
detalló Chaparro.
Como parte de este análisis, el CIEG lanzó una campaña antagónica a
la que presentó el gobierno federal el pasado 26 de mayo para prevenir
la violencia familiar contando hasta 10 o sacando una banderita blanca.
La contracampaña del CIEG se llama “No voy a contar hasta 10 porque” y
desglosa cifras que demuestran que la violencia contra los hogares ha
aumentado durante el COVID-19 y no ha sido atendida.
De acuerdo con Chaparro, esta es una respuesta a lo que les pareció,
como Centro de Estudios de género, una invitación errada por parte del
gobierno a entender y atender la violencia dentro de los hogares, en
particular la violencia contra las mujeres. “Era una campaña que no
tenía una sensibilidad ni un conocimiento a fondo del tema. El gobierno
tiene un campo de oportunidades, pero si no considera que el tema de la
violencia contra las mujeres es de primer orden, va a ser muy difícil
que tengamos acciones más concretas”, expresó la investigadora.
De acuerdo con el CIEG, lo que se busca con su campaña es mostrar la
complejidad del fenómeno de la violencia y señalar porque no puede
pensarse que va a ser resuelto con “contar sólo hasta 10”.
Respecto a que el gobierno federal decidió mantener su campaña pese a
las críticas, la investigadora expresó: “También es digno de una
democracia fuerte aceptar cuando hay errores en las cosas que hacemos,
sobre todo a nivel de política público y de mensajes específicos. Lo que
alcanzamos a ver con estas primeras imágenes nos dice que no hay un
conocimiento muy profundo sobre lo que significa la violencia contra las
mujeres o cómo atenderla”.
20/AJSE/LGL
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