6/12/2014

Desaparición forzada a la orden del día


Utopía 
 
Eduardo Ibarra Aguirre

Durante los 18 meses del gobierno de Enrique Peña "ocurrieron 7 mil 615 personas desaparecidas" y ello "representa el 60 por ciento del total" de las víctimas de desaparición forzada "durante la totalidad del gobierno de Calderón". Lo anterior sostiene organismos civiles mexicanos de defensa y promoción de los derechos humanos que presentaron oficialmente lo que llaman "informe sombra" al documento que entregó al Estado mexicano el Comité de Desapariciones de la Organización de las Naciones Unidas.

El miércoles 11 le compartí el párrafo medular del comunicado de las ONG aztecas, pero es preciso detenerse en este gravísimo problema de seguridad pública y también de seguridad nacional, que el mismo relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, enuncia en los siguientes términos: "El derecho a la vida está seriamente amenazado en México y atender esta situación debe ser una prioridad nacional". Las violaciones al derecho a la vida cometidas contra grupos vulnerables ocurren a "nivel alarmantemente alto", en medio de "una impunidad sistémica", a pesar de las reformas impulsadas por el gobierno mexicano en años recientes.

Christof Heyns, quien visitó México del 22 de abril al 2 de mayo de 2013 y presentó ayer su informe de trabajo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, no da cifras que se empaten con las de Fundar Centro de Análisis e Investigación, Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y Servicios y Asesoría para la Paz, autores del informe, pero no cabe duda que los juicios son no sólo de plena convergencia, sino de alarma.

Y no es para menos, si tomamos en cuenta que para el funcionario de la ONU la impunidad sigue siendo una preocupación seria a "nivel individual y sistémico". También recordó lo evidente: "Un enfoque militar severo es poco proclive a mejorar la situación", y recomendó: "Lo que se requiere es un fortalecimiento sistemático, integral y exhaustivo del estado de derecho".

Como es sabido, donde la impunidad no tiene límites categóricos, legales y prácticos, y acaso en México más prácticos pero apegados a la ley, todo puede suceder, como que "son 17 víctimas" las que cada día se incorporan a este listado de la muerte, sin que la sociedad lo registre y mientras el gobierno "se niega a realizar acciones" que lleven a "sancionar a los responsables". Y, al decir de varios dirigentes de organismos civiles, "forma parte de una estrategia de encubrimiento", de "invisibilizar" el gravísimo problema para que la opinión pública y publicada "considere que va en descenso". Al parecer se acude a la máxima de que si el tema no lo registran las pantallas del duopolio de la televisión, no existe. El hecho es que suman seis las sentencias condenatorias por este delito de lesa humanidad.

Para hacer frente a cualquier problema de orden público con una base mínima de realismo, es indispensable tener claridad de su magnitud y profundidad. Nada perderían los que diariamente hacen discursos sobre el "estado de derecho" (que no de derecha) y las reformas estructurales para el "bienestar de los mexicanos" si realizaran una labor de cotejo entre su apreciaciones numéricas y las de las organizaciones mencionadas, entre otras.

El perfil independiente de los organismos civiles que son escuchados por la ONU, es deseable, elemental, que tengan una mejor interlocución con la Secretaría de Gobernación para formular un buen diagnóstico y atender con mayor precisión este gravísimo tema. Salvo que, como en los tiempos de Felipe Calderón, sólo las ONG "buenas", alineadas a su estrecho pensamiento e intereses, tengan hoy cabida en Los Pinos.
Acuse de recibo

Abigail Bello Gallardo apunta desde Xalapa, Veracruz: "(…) impecable su Utopía 1403: Interrupciones madrileñas imprevistas (11-VI-14). Y de verdad es muy preocupante que las desapariciones forzadas de personas durante el gobierno de Peña Nieto sean tan altas, es de terror este hecho. No creo que sólo sean en Tamaulipas, Guerrero y Michoacán, hay muchos otros estados que lloran lágrimas de sangre porque les han secuestrado a sus familias. Todo se comenta en voz baja en los cafés y centros de trabajo. La gente se siente impotente y desesperanzada, con temor, y no creen en las autoridades, no quieren denunciar los hechos delictivos de los que son objeto porque temen, con mucha razón, que el crimen organizado haya infiltrado a las policías, el Ejército, la Marina, etcétera. Y otra casa, soy médico y hay razón en decir que el Presidente se ve enfermo, más específicamente parece que de una enfermedad crónica (de mucho tiempo de evolución) y a veces se le ve demasiado pálido, desganado y con un timbre de voz que parece va a desmayarse; y a no ser por el equipo de logística que lo asiste, veríamos a un hombre joven con serios rasgos de enfermedad grave. Lo bueno es que no le pasa siempre y hay algunas veces que hasta se le ha visto en videos trotando cual adolescente, o sea que tiene rachas buenas".



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