6/11/2014

Línea 12: el DF en juego


Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
El caso de la Línea 12 del Metro hará historia. Porque puede ser el mayor escándalo de corrupción —y en el mejor de los casos de ineficiencia— de todos los tiempos. Indiscutiblemente el desafío más preocupante que haya enfrentado una administración perredista en cuatro periodos de gobierno: desde Cuauhtémoc Cárdenas de 1997 a 2000; Andrés Manuel López Obrador del año 2000 al 2006; Marcelo Ebrard de 2006 a 2012 y ahora Miguel Ángel Mancera que inició hace apenas dos años mediante una votación histórica para la izquierda de la capital mexicana.
Alguien recordará las crisis provocadas por el incendio en el Lobohombo y la tragedia del New´s Divine; el linchamiento en Tláhuac y, más recientemente, los secuestrados y ejecutados del Bar Heaven. Sí, pero en esos casos los respectivos gobiernos podrían alegar en su descargo factores fortuitos o la intervención criminal de terceros. En cambio, en la Línea 12, la totalidad de la responsabilidad es de los gobiernos anteriores y actual; porque aún considerando la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras, ello no eximiría de responsabilidad a las administraciones correspondientes. Sobre todo si, como se sospecha, hubo arreglos por debajo del agua para favorecer a ciertas empresas con contratos fast track y sin licitación alguna, que representaron miles de millones de pesos. 
Por lo pronto ahí nos tiene usted haciendo cuentas. Porque si la Comisión encabezada por el diputado aliancista Jorge Gaviño determina que las fallas que originaron la suspensión del servicio y la millonaria rehabilitación son estructurales, la mayor parte de la responsabilidad recaerá en el gobierno anterior que encabezó Ebrard. Pero si el dictamen establece que es la falta de mantenimiento la causante principal, entonces la culpa se derrumbará sobre el actual director Joel Ortega y los ladrillazos podrían alcanzar al mismísimo Dr. Mancera. Así de cruel este asunto. 
Por lo pronto, la credibilidad de la Asamblea Legislativa del DF está en un grave riesgo, porque ahí comenzó a prohijarse la ineptitud; ahí se propagaron los rumores y ahí deberá responderse. Siempre y cuando quieran ir por la verdad sin importar sus consecuencias y el nivel de los responsables. Lo malo es que ayer después de diferirlo tres veces, a la hora de este cierre no se había ingresado aún el dictamen que supuestamente rechina de limpio. 
Lo cierto es que desde ahora ya hay quienes hacen cuentas —alegres o tristes— según sea el caso, no sólo para el 2015 en que se renuevan jefaturas delegacionales y la mismísima Asamblea, sino para la contienda del 18 en la que los mexicanos habremos de elegir presidente. PRI y PAN apuestan a que el distanciamiento entre Mancera y Ebrard, incentivado por un dictamen necesariamente favorable a algunos de los dos, será una granada de fragmentación que pulverice todavía más a las numerosas tribus perredistas que habitan el territorio comanche del DF. Priístas y panistas creen que tienen tiempo de reconquistar o alcanzar por vez primera la joya de la corona. 
Ayer por la mañana, el diputado Cuauhtémoc Velasco me juraba y perjuraba en entrevista que el dictamen venía en esos términos: “como un problema de mantenimiento y no de fallas estructurales”. 
—¿Tú nos aseguras que así vendrá? —Hasta ayer en la noche así estaba elaborado el dictamen. Que ese dictamen pudiera modificarse en el transcurso de esta mañana (ayer) no estoy seguro; pero de que esas son las conclusiones de la Comisión, indudablemente; son 150 mil documentos y más de cien horas de comparecencias grabadas. 
Mientras tanto, nosotros seguimos aprendiendo: disponibilidad, factibilidad, nivel de actuación, desalineamiento, bamboleo y, por supuesto, desgaste ondulatorio. No hablo de política, es pura tecnología. 
ddn_rocha@hotmail.com

Periodista 

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