6/10/2014

La salud del Presidente


POLÍTICA

By Salvador García Soto 


Con Vicente Fox fue su dependencia del Prozac y una operación de la espalda que lo inhabilitó por varios días; con Felipe Calderón un supuesto alcoholismo y una fractura de clavícula que también requirió de una operación; y ahora con Enrique Peña Nieto, luego de una operación de un nódulo tiroideo en la garganta realizada el año pasado, el tema de la salud presidencial vuelve a ser noticia a partir de rumores y versiones esparcidas en las redes sociales por sus opositores políticos.

Aunque el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, reaccionó de inmediato a la versión difundida por Andrés Manuel López Obrador, y atajó y desmintió lo dicho por el ex candidato presidencial en las redes sociales el jueves pasado, el tema de un supuesto deterioro en la salud del presidente Enrique Peña Nieto no es nuevo y ha circulado en forma de rumores sin fuentes precisas desde hace más de un año en internet.

“Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo, ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad”, afirmó López Obrador en la red social Twitter en un tuit enviado a las 8 de la mañana con 38 minutos. Nueve horas y media después, a las 18:05 horas del  mismo jueves, y luego de tres mil 338 retuits al mensaje, el vocero presidencial le respondió también desde su cuenta en la misma red social. “Afortunadamente @EPN goza de cabal salud. Gracias por preguntar @lopezobrador_”, escribió el funcionario de la Presidencia en su cuenta “ESanchezHdez”.

Hasta ahí paró la polémica en redes sociales, pero el rumor lanzado por López Obrador dio pie para que algunos articulistas lanzaran varias preguntas sobre estas versiones que nadie confirma oficialmente como un tema del que tienen derecho a estar informados los mexicanos si hubiera algún problema médico que limitara las funciones del gobernante. Tanto en Los Pinos como en Gobernación afirman que no hay nada que informar sobre la salud del Presidente y que su constante actividad, tanto en giras dentro del país como en su actual gira por Europa, es el reflejo de que no hay ningún problema en el desempeño físico del Presidente.

Ciertamente no hay hasta ahora ninguna evidencia o hecho confirmado que hable de que el presidente Peña Nieto haya experimentado en público algún problema o malestar físico, ni se ha sabido que sus giras o su agenda sean interrumpidas de manera abrupta. Los rumores se basan en un supuesto desgaste físico y en un envejecimiento en la imagen del Presidente que, por lo demás, es común observar en quienes ejercen un cargo de tal responsabilidad.

Al igual que en su momento ocurrió con Felipe Calderón, cuando se rumoraba de una supuesta adicción al alcohol que lo imposibilitaba en sus funciones y diputados exhibieron una manta en San Lázaro acusándolo de ser alcohólico, nunca hubo ni existió ninguna evidencia o acto público en el que alguien pudiera afirmar que Calderón estaba alcoholizado.

En aquel episodio, retomando la acusación de los diputados, el viernes 4 de enero de 2011 la periodista Carmen Aristegui preguntó en su noticiero radiofónico: “¿Tiene o no tiene Felipe Calderón problemas de alcoholismo?”, lo que desató toda una tormenta política y mediática en la que la periodista fue despedida de MVS por transgredir el Código de Ética de la empresa y varias semanas después, el 21 de febrero, fue recontratada en medio de versiones de que hubo presiones de la Presidencia para su despido.

Algo similar ocurre ahora con los rumores sobre la salud presidencial. Más allá de las versiones que circulan por internet, no hay un hecho o evidencia contundente de una incapacidad física del Presidente por enfermedad, por lo que el tema, por ahora, parece más un intento de sus opositores de meter ruido político ante el avance de reformas como la energética en el Congreso. Muy distinto sería el tema de la salud de un gobernante si se demuestra, de manera evidente, que hay un problema de salud o que públicamente se haya exhibido una debilidad o incapacidad física. En un caso así, sería una obligación del gobierno y un derecho de los gobernados saber con exactitud cuál es el estado de salud de quien los gobierna, pero mientras no existan esas evidencias, todo cae en el terreno de la rumorología intencionada.

NOTAS INDISCRETAS…A propósito de la salud de los gobernantes, en el caso del gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, y su nueva petición de licencia a finales de este mes para ausentarse del cargo, en Morelia hay versiones de que esta vez ya no regresará a la gubernatura y que a nivel federal ya preparan las condiciones legales para un relevo por incapacidad médica…El que reaparecerá en la política es Gabriel Quadri, ex candidato a la presidencia. El presidente de Nueva Alianza, Luis Castro, lo convenció de ser candidato a diputado por su partido el próximo año, por lo que el ambientalista volverá a defender sus propuestas de campaña…El que se incorporó a la gira por España fue el director de Pemex, Emilio Lozoya, después de anunciar aquí la venta de acciones de Repsol y explicar las razones que tuvo Pemex para desinvertir en la petrolera española. Los dados mandan escalera.

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