OPINIÓN
Por: Georgina Rosado R.*
“Feminazis”, así nos llaman a todas aquellas personas que nos oponemos a
la violencia de género y protestamos ante una imagen, discurso, actitud
o acción que normaliza o reproduce el sometimiento a las mujeres.
Tristemente una de esas imágenes nos la encontramos en un cartel
promocional de la Feria Internacional del Libro del Estado de Yucatán
(FILEY), donde una mujer, de espaldas y con un fuete en su cuello
suplica a un hombre; “Castígame pero déjame leer”. Es decir asume el
poder de un hombre de castigarla y/o de permitirle hacer o no algo, en
este caso leer, recreando la realidad de millones de mujeres que viven
diferentes formas de violencia y de dominación, física, sexual,
psicológica, económica, en México y en otras partes del mundo. Violencia
que causa la muerte de muchas de ellas.
Y algunos argumentarán en defensa de ese cartel, y en el colmo de la
misoginia, que a las mujeres nos gusta ser dominadas o violentadas, que
somos por “naturaleza” masoquistas. Ignorando los procesos psicosociales
por los que algunas mujeres, efectivamente, sólo sienten placer cuando
son violentadas. La forma en que la sociedad patriarcal nos ha formado,
sintiendo culpas y avergonzándonos por nuestra sexualidad, generando que
el inconsciente nos exija ser castigadas, vinculando el placer con el
dolor y el sometimiento. El erotismo patriarcal está basado en el
sadismo masculino y el masoquismo femenino, es verdad, pero esto es una
construcción social posible de desmontar promoviendo una conciencia
crítica, y dejando de difundir imágenes que refuerzan el estereotipo del
hombre dominador y la mujer sumisa.
No podemos ni debemos dejar de lado una realidad que ya lleva milenios,
los grupos dominantes de la sociedad han promovido la desvalorización de
todo lo femenino, generado la cosificación de las mujeres, y que ambos
géneros naturalicemos la violencia hacia nosotras.
Pero lo más triste de todo es que pareciera ser que todos los años que
las mujeres universitarias con perspectiva de género hemos dedicado al
estudio científico de las condiciones sociales y culturales que generan
desigualdad y violencia hacia las mujeres, no han servido de nada, ya
que cualquier publicista o mercadólogo ignorante en estas cuestiones,
puede impunemente reproducir los estereotipos que tanto daño nos han
causado.
Es verdad, los organizadores de la FILEY ya retiraron ese cartel y se
disculparon por “ofender a un grupo de personas”, pero en ningún momento
admitieron la gravedad del hecho, nunca reconocieron que el cartel es
misógino y promueve la violencia hacia las mujeres. Por el contrario se
repitió en varias ocasiones, durante una conferencia que transmitieron
mediante las redes, que las ofendidas somos un grupo minoritario al cual
amablemente consideran y por tanto quitaron el cartel. Palabras muy
lejanas a una verdadera disculpa y reconocimiento de la gravedad del
hecho que no involucra a un grupo, sino a toda la sociedad.
El “error” no fue ofender a un grupo minoritario, sino promover la
violencia y la misoginia, y es claro que los organizadores no lo
entienden, por lo que seguramente seguirán reproduciendo el machismo en
la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Y no se trata de descalificar la Feria por un hecho (para algunas
personas asunto menor), estamos ciertas que en ella están programados
eventos de gran calidad, dignos de reconocer, autoras y autores de gran
prestigio y calidad literaria. Pero entonces me pregunto por qué los
carteles se refieren a libros que dieron lugar a películas de terror del
vecino país, algunas de muy discutible calidad. Por qué utilizar el
morbo o la misoginia ofendiendo a la sociedad y a las grandes
personalidades que participarán. Y si eso no requiere cambios en quienes
diseñaron o autorizaron los promocionales.
Me pregunto también, si somos nosotras, las personas que hoy protestamos
por la misoginia de un cartel, quienes merecemos ser sometidas con un
fuete y debamos decir “castígame, pero déjame escribir”.
*Este artículo fue retomado del portal poresto.net Quintana Roo.
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Cancún, QR.-
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