“Yo
estoy convencido de que los partidos políticos son los que tienen
dividida a toda la nación, y lo que queremos una independencia total y
absoluta de este sistema, tan corrupto y podrido”, dijo Manuel Mireles,
fundador de los grupos civiles de autodefensa
Durante el pasado fin de semana, el doctor José Manuel Mireles
–fundador de los grupos civiles de autodefensa que en 2013 se alzaron en
armas en Michoacán, para expulsar al crimen organizado de sus
comunidades– dio a conocer que el partido Morena le ofreció una
candidatura senatorial, ofrecimiento que determinó no tomar en cuenta,
al no provenir directamente del líder moral y aspirante presidencial de
dicho partido, Andrés Manuel López Obrador.
Consultado al respecto, el doctor Mireles explicó que en realidad no
está en sus planes integrarse a la política institucional y, por el
contrario, subrayó: “Yo estoy convencido de que los partidos políticos
son los que tienen dividida a toda la nación, y lo que queremos es una
independencia total y absoluta de este sistema, tan corrupto y podrido.
Veamos ahorita: quiénes son los que están propuestos para ocupar un
lugar en el Senado, en la Cámara de Diputados. Son los mismos de
siempre, que antes estaban en un partido político y ahora están en
otro”.
Por eso, aclaró sobre el ofrecimiento que le hizo el partido Morena, a
través de Yeidkol Polevnsky, “yo lo veo realmente como un tema
mediático, especulativo, sin un fondo real”, además, subrayó, Andrés
Manuel López Obrador no lo contactó directamente.
“Obviamente –dijo–, si llega a llamar qué bueno, y si no, también, porque no es lo que ando buscando”.
Entrevistado en la Ciudad de México, en donde presentó su libro
“Todos somos autodefensa”, como parte de las actividades de la Feria
Internacional del Libro del Palacio de Minería, el doctor Mireles reveló
que luego de tres años de prisión, por una acusación de “sedición” de
la que fue absuelto y liberado apenas en 2017, aún lidia con los
problemas de salud que le provocó su encierro, principalmente cardiacos.
No obstante, aclaró, “seguimos en pie de lucha: lo que queremos es cheranizar el país”.
Con este concepto, Mireles hace referencia a la localidad michoacana
de Cherán, que hace seis años abandonó, por consenso popular, el sistema
convencional de partidos políticos y elección de autoridades
gubernamentales, y migró al sistema de gobierno comunitario, basado en
la asamblea popular.
“Cheranizar –añadió–, quizás sea una palabra mal aplicada, pero es la más adecuada en este momento, y significa la independencia del sistema corrupto de la política mexicana”.
En México, señaló el doctor, que por 30 años ha trabajado para el
sistema de salud estatal, “el pueblo somos gente de trabajo, y merecemos
respeto, desgraciadamente tenemos un sistema de gobierno que no respeta
a nadie, y a los políticos les valen madres la necesidades del pueblo
mexicano, solamente luchan para satisfacer sus propias necesidades… y
lamentablemente no tienen llenadero: todos los políticos han sido unos
bandidazos toda la vida, y su bandidismo lo convierten ahora en ley”.
Por ello, subrayó que el movimiento popular de Cherán, y el
movimiento las autodefensas en Michoacán, son ahora un “ejemplo para
toda la nación mexicana”.
“Me enorgullezco –subrayó– al mencionar que desde hace cinco años no
se pierde un alfiler en los lugares en los que las autodefensas somos la
seguridad pública: en Aquila, Cuahuayana, Cinicuila, Cualcomán,
Tepalcatepec, Tancítaro, no hay un secuestro desde hace cinco años, no
hay una ejecución, una violación, una extorsión.”
En contraste, en el resto de las comunidades de Michoacán, y de estados vecinos, la violencia ha aumentado.
“Te pongo un ejemplo: en Cuahuayana, donde la seguridad pública son
las autodefensas, hay tranquilidad, y cruzando un río están los
municipios de Colima con mayor índice de asesinatos. Y de ese lado del
río tienen campamentos militares, está la PGR, hay policía estatal,
ministerial, y policías municipales armados, pero ahí no disminuye el
crimen”.
– ¿Considera entonces que el concepto de las autodefensas civiles se mantiene vigente? –se le pregunta.
– Mira, sólo la sociedad civil puede lograr que se dé la
reconstrucción del tejido social del país. Eso no lo van a hacer los
políticos, eso no se va a lograr con decisiones cupulares, porque
nuestras heridas no fueron por decreto, sino por actividades muchas
veces apoyadas por el Estado mexicano. Nuestras heridas han dejado un
dolor muy profundo no sólo a los michoacanos, sino a todos los
mexicanos. Y eso no se puede eliminar con un plumazo, en un Senado.
Nunca.
Sin embargo, aclara que su concepto de “autodefensa”
no es el de “un civil, armado con un riflón, buscando criminales. No.
Todos somos autodefensa, porque todos perdimos la confianza en el
gobierno, que no cumple su obligación de brindar seguridad, y entonces
nos la brindamos nosotros mismos: hay ciudades enteras, en las que todas
las ventanas tienen rejas, y no me digas que es porque a toda la gente
le gusta tener esos pinches fierros feos en sus ventanas, o que les
gusta vivir entre rejas, lo hacen porque no tienen confianza en la
seguridad que dice brindar el gobierno, eso es la autodefensa”.
Bajo este concepto, afirma, en la actualidad trabaja desde su
Fundación Manuel Mireles para la reconstrucción del tejido y la paz
social en Michoacán.
“Primero debemos trabajar en sanar nuestras heridas, sólo así podemos
lograr la paz social: el día que los michoacanos ya no tengamos tanto
odio, tanto rencor, tanto resentimiento contra el gobierno, contra el
Estado mexicano, a la mejor vamos a poder darnos la oportunidad de
invitar a las instituciones que nos abandonaron hace tantos años, ya no
para descargar nuestro coraje, ya no para que nos digan por qué nos
abandonaron, sino para invitarlos a que tengan un pensamiento como seres
humanos, y podamos evitar lo que ya pasó una vez, que podamos sentarnos
a platicar, frente a frente, en unos diálogos de paz. Pero para eso,
sanar nuestras heridas es primordial. No puedo yo sentarme delante de un
uniformado, sin tener que aguantarme las ganas de mentarle la madre. Y
no por lo que hicieron, sino por lo que no hicieron.”
Y ese trabajo de reconciliación, considera, sólo puede partir de la
organización de la sociedad civil, nunca de la clase política.
Por ello, concluye, “yo no veo utópico cheranizar el país. Creer que
las instituciones van a cumplir la función por la que nos cobran
impuestos, que es servir y proteger, dar seguridad, eso sí es utópico”.
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