Keith Raniere, fundador de NXIVM. Foto: First Principles |
NUEVA YORK (apro).- Las tres hermanas mexicanas que fueron
convertidas en esclavas del círculo íntimo formado dentro de la
organización/culto Nxivm resultaron clave para hundir las posibilidades
legales de Keith Raniere, cuyo juicio terminó este martes en la ciudad
de Nueva York.
Acusado de siete delitos, entre los que destacan lavado de dinero,
fraude, extorsión, pornografía infantil y tráfico de personas, Raniere
podría enfrentar entre 15 años de prisión a cárcel de por vida. El
veredicto del jurado será emitido en los próximos días.
Los fiscales sustentaron buena parte de las acusaciones en contra de
Raniere en los testimonios de la sobreviviente mexicana conocida como
“Daniela”, quien vivió durante dos años en una habitación como un
castigo por desafiar los deseos del líder de la organización.
Daniela, quien testificó durante el juicio, rememoró sus deseos de
suicidarse, y su sentimiento de estar “muerta por dentro”. Ella era una
de las ocho mujeres, cinco de ellas mexicanas, que formaron parte de la
llamada “primera línea” de esclavas de DOS.
DOS, un círculo secreto dentro de Nxivm (pronunciado nexium)
controlado por Raniere para esclavizar mujeres y forzarlas a tener sexo
con él, era conformado por más de un centenar de miembros del sexo
femenino. Al menos una docena de ellas fueron marcadas en la piel con
las iniciales de Raniere.
Daniela fue además obligada a integrar a DOS a sus dos hermanas:
Mariana y Camila, quien de acuerdo con la fiscalía fue violada a los 15
años de edad por Raniere, quien además tomó fotografías sexuales de ella
cuando aún era menor de edad.
Los testimonios de Daniela, quien fuera obligada a abortar el
embarazo consecuencia de su relación con Raniere, ofrecieron la ventana
más terrorífica sobre la dimensión del abuso y explotación a los que el
acusado sometía a sus esclavas sexuales.
Las fotos de Camila, mientras tanto, conformaron los cargos de
ponografía infantil, y revelaron el más oscuro aspecto criminal de
Raniere.
En su argumento final, el abogado defensor Marc Agnifilio, indicó que
Raniere “no buscaba sexo sino una conexión”. Afirmó que Raniere “no
tenía una visión misógina de las mujeres”.
En su contra argumento, el fiscal Mark Lesko calificó a Raniere como
un “jefe criminal que daba órdenes a sus asociados”, y que controlaba
cada decisión sobre la manera en que funcionaba tanto Nxivm como DOS.
“El nivel de manipulación, coerción y control mental era
sorprendente”, señaló Lesko, quien indicó que tales abusos sucedían no
en Corea del Norte sino al norte del estado de Nueva York, en los
suburbios de la ciudad de Albany.
DOS era solo una unidad secreta dentro de Nxivm, conformado por miles
de personas que tomaban una serie innumerables de cursos entre los que
destaca el Programa de Éxito Ejecutivo (ESP).
Además de Estados Unidos, Nxivm tenía oficinas en Canadá y México,
donde era dirigido por Emiliano Salinas Occelli, quien fue nombrado en
la corte de Nueva York como cómplice, aunque no enfrenta ningún cargo
criminal.
Nxivm, cuyos cursos costaban miles de dólares, contaba entre sus
miembros a numerosos miembros de las elites del poder en México.
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