Faltan políticas públicas para esta población, asegura investigadora
La
“generación sándwich”, es decir, aquellas personas que atienden a sus
hijas e hijos, pero también a sus madres y padres, vive en una presión
económica y social que tiene como consecuencia el maltrato y abuso hacia
las personas adultas mayores, cuando en realidad, las tareas de
cuidados debería de ser asumidas por el Estado.
Así lo afirmó la coordinadora del Seminario Universitario
Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Verónica Montes de Oca, a
propósito del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en
la Vejez, que se conmemora este 15 de junio.
En la actualidad, las familias mexicanas asumen la responsabilidad de
cuidar y proteger a las personas adultas mayores, explicó la
investigadora en un boletín de prensa, pero por la por la pobreza y
desempleo que se vive en el país, muchas hijas e hijos no tienen la
capacidad para cumplir esta tarea.
“Se asume que las hijas e hijos tienen la obligación moral y legal de
brindar cuidado y manutención a sus padres cuando no puedan valerse por
sí mismos, pero esta disposición del Código Civil implica tensión y
desgaste”, remarcó.
De acuerdo con datos de la Agencia Especializada para la Atención de
Personas Adultas Mayores en la Ciudad de México, a la fecha se han
atendido más de 65 mil casos de abuso y maltrato, y la mayoría de las
personas aseguran que son víctimas de sus propios descendientes.
Al respecto, Montes de Oca alertó que esta situación se complica
cuando la víctima es mujer o tiene una discapacidad. Además, las
personas mayores no denuncian el maltrato por afecto o por no querer
perjudicar a sus hijas e hijos.
La investigadora considera que uno de los orígenes del maltrato es la
omisión gubernamental, por ejemplo, “la ausencia de servicios médicos,
de primer nivel y especializados, es una forma de violencia”. Serían
necesarias, dijo, políticas públicas encaminadas a mejorar las
condiciones de este grupo social.
Un ejemplo de un Estado omiso, y por lo tanto discriminatorio, es el
hecho de que el gobierno mexicano no ha ratificado la Convención
Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las
Personas Mayores.
Según el “Informe Especial Sobre la Situación de los Derechos Humanos
de las Personas Mayores en México”, publicado por la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos (CNDH) en febrero de este año, México
experimenta un proceso de envejecimiento poblacional que en los próximos
treinta años cambiará radicalmente su composición sociodemográfica.
De acuerdo con la CNDH se ha contabilizado un total nacional de 34
mil 200 denuncias penales ante Ministerios por delitos contra personas
adultas mayores, en el periodo 1 de enero de 2014 a 29 de febrero de
2016.
El 45 por ciento de las víctimas fueron mujeres y 55 por ciento,
hombres. Del total de denuncias 57 por ciento se inició por la comisión
de delitos patrimoniales, por ejemplo, despojo, robo a casa habitación,
de vehículos, o a negocio; 16 por ciento por violencia familiar; 8 por
ciento por lesiones; 5 por ciento por amenazas; y 4 por ciento
homicidios.
En menor porcentaje, se registraron ilícitos como violación y abuso
sexual; privación ilegal de la libertad; abandono de persona; omisión de
cuidados; responsabilidad médica; trata de personas; explotación, y
discriminación. En el informe también se recogieron denuncias en contra
de instancias gubernamentales por falta de seguridad jurídica y
prestación indebida del servicio público.
Las mismas Procuradurías de Justicia fueron señaladas como las
instancias que más violaron a los Derechos Humanos de las personas
adultas mayores. La CNDH hizo varias recomendaciones a diferentes
instancias de gobierno para atender mejor a las personas adultas
mayores, entre ellas, constituir políticas públicas integrales y sólidas
para este grupo etario.
Pero la Comisión Nacional también recordó reforzar la inclusión de la
perspectiva de género en las diversas instituciones públicas y privadas
que trabajan con este grupo poblacional, “ya que el envejecimiento
también es una cuestión de género y como tal, es innegable considerar la
situación particular de las mujeres”.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario