Pandilla apanicada
¿Y Videgaray, apá?
Todos apanicados y acelerados:
unos exigen que la Fiscalía General de la República los convoque a
declarar; otros, de plano huyeron y los que se quedaron están en
desesperada búsqueda de un abogado que los represente e intente zafarlos
del problemón; algunos más no saben más que lavarse las manos y
embarrar a los demás, y el resto al borde de un ataque de nervios. Pero
lo más llamativo es que el mero principal, el chile de todos los moles
del gobierno peñanietista, se mantiene ausente y en silencio: Luis
Videgaray, quien todo decidía y en todo se metía.
Ese es el enloquecido ambiente de los integrantes del consejo de
administración de Petróleos Mexicanos en los tiempos en que la ex
paraestatal compró Agro Nitrogenados (Alonso Ancira Elizondo, 2013) y
Grupo Fertinal (Fabio Covarrubias, 2015). Ahora todos patalean porque
sienten el agua hasta el cuello, y no es para menos. Pero de Videgaray
ni sus luces. Vamos, ni su tradicional petulancia. Y si por aquellos no
lejanos ayeres alguien llevaba la batuta en Pemex –como en tantas otras
partes– era el dos veces
ministro del año(como secretario de Hacienda).
Pedro Joaquín Coldwell, oficialmente ex presidente del consejo de
administración de Pemex, intenta adelantarse a los acontecimientos y
clama inocencia, toda vez que, dice,
las decisiones que tomaron los ex consejeros fueron a partir de avalúos y dictámenes que presentó la administración de Pemex, realizados por firmas internacionales establecidas en el país, que acreditaban el valor de los activos, la viabilidad y la conveniencia de la compraventa de dicha empresa.
Sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación desecha tales aseveraciones, pues documentó que
la adquisición de Grupo Fertinal y subsidiarias no es un negocio rentable para Petróleos Mexicanos, por lo cual Pemex Fertilizantes no cumplió con la meta de generar valor económico y rentabilidad para el Estado mexicano, establecida en su acuerdo de creación, ni con las disposiciones legales y normativas aplicables en la materia.
Esa misma institución advirtió que el consejo de administración de
Pemex autorizó la compra de Grupo Fertinal “aun cuando en septiembre de
2015 un despacho externo realizó el due diligence financiero en
el cual se determinó que las revaluaciones de maquinaria realizadas en
siete años parecían altas (690 millones de dólares), e indicó que, sin
la revaluación, el capital contable de Grupo Fertinal sería negativo”,
es decir, autorizaron la compra a sabiendas que representaba un daño al
erario.
Y la Auditoria Superior de la Federación detalla que llegó a esa conclusión con base en
la información proporcionada por la entidad fiscalizada (Pemex), de tal suerte que las afirmaciones de Pedro Joaquín Coldwell quedan en el aire ante la contundencia de los hechos.
Quien no tiene por dónde zafarse es Luis Videgaray, porque no solo
integró el consejo de administración de Pemex y, como tal, avaló la
compra de Agro Nitrogenados y Grupo Fertinal, sino que, como secretario
de Hacienda, autorizó los pagos, y no fueron centavitos, a Fabio
Covarrubias y Alonso Ancira Alonso, y lo hizo al mismo tiempo que
recortaba el presupuesto de Petróleos Mexicanos.
La compra de Grupo Fertinal fue el último negocio de Emilio Lozoya a
costillas de Pemex. El 29 de enero de 2016, la ex paraestatal lo anunció
con bombo y platillo, y una semana después el hoy prófugo de la
justicia mexicana fue depuesto de la dirección general de la petrolera. Y
ese mismo año, el 7 de septiembre, Videgaray se fue mucho a Malinalco
(aunque después apareció en la cancillería) y en su lugar llegó José
Antonio Meade (en Hacienda y en el consejo de administración de la ahora
empresa productiva del Estado). La famiglia, pues, como siempre.
Las rebanadas del pastel
El Senado de la República ratificó el Tratado de Libre
Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, (T-MEC) y el presidente
López Obrador está loco de contento. Qué bueno, pero ello no cancela la
amenaza de los aranceles ni otras salvajadas de Trump.
Twitter: @cafevega
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