Hermanos
de las ciudades, venid al encuentro de vuestros hermanos de los campos;
hermanos del taller, venid a abrazar a vuestros hermanos del arado;
hermanos de las minas, del ferrocarril, del pueblo, salvad a los ríos,
las montañas, los mares y confundid vuestro anhelo de libertad con
nuestro anhelo, vuestra ansia de justicia con nuestra ansia
Manifiesto a los Obreros de la Republica
Emiliano Zapata,
Tlaltizapan, Morelos, 15 de marzo de 1918
Emiliano
Zapata se dirigía así a los trabajadores de México en medio de una
embestida contrarrevolucionaria encabezada por Venustiano Carranza. En
el contexto de una guerra contra las fuerzas revolucionarias villistas y
zapatistas, y una traición a la clase trabajadora mexicana aglutinada
alrededor de la Casa del Obrero Mundial, Emiliano Zapata llamaba a una
unidad entre los trabajadores del campo y la ciudad, insistiendo que su
separación era el arma preferida de Carranza para llevar acabo la
reacción. Ahí les decía, “hermanos de las ciudad…confundid vuestra ansia de justicia con nuestra ansia”.
A casi 100 años de haberse escrito el Manifiesto a los Obreros de la
República, hoy vuelve a surgir el llamado al diálogo entre los
trabajadores del campo y la ciudad, ahora promovido por el Congreso
Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Antecedido por la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, el EZLN y el
Congreso Nacional Indígena, con todas las cientos de miles de bases que
ellos representan, se ponen al frente de una nueva iniciativa que llama a
unir a los trabajadores del campo y la ciudad.
En los próximos
meses habrán de ocurrir acontecimientos excepcionales para la historia
política de México. En un contexto de ofensiva capitalista generalizada,
el Congreso Nacional Indígena y el EZLN, han tomado la decisión de
formar un Consejo Indígena de Gobierno y lanzar a una mujer indígena a
como candidata a las elecciones presidenciales del 2018. A pesar de que
los medios de comunicación de paga se hagan de la vista gorda, esta
iniciativa tiene todo el potencial para sacudir el país entero. Cuando
el CNI y el EZLN dicen que va a “retemblar en su centro la tierra” no
exageran ni un milímetro. Va a retemblar el país entero porque en esta
iniciativa se está presentando la posibilidad de que la rabia del pueblo mexicano encuentre organización, ósea que la rabia se convierta en imaginación y creatividad colectiva…y vaya que hay rabia.
En este contexto, la iniciativa del CNI y EZLN formulada con la impenetrable “moral de lucha” [1]
de los pueblos indígenas de México, se presenta también como una
oportunidad real de articulación del campo con la ciudad; se presenta
como una bocanada de aire fresco para el desarticulado mundo del trabajo
y golpeado pueblo trabajador. La posibilidad de abrir un diálogo
resguardo por los pueblos indígenas entre trabajadores del campo y la
ciudad es uno de los múltiples alientos de esperanza que se presentan en
esta nueva iniciativa. Es la posibilidad de unir lo que el capitalismo
fragmenta, de hacer dialogo entre aquellos que el capital presenta como
distantes. En la clausura de la Segunda Etapa del Quinto Congreso
Nacional Indígena, el Subcomandante Insurgente Moisés, a nombre del
EZLN, reiteró la necesidad de unir el campo y la ciudad en una misma
lucha:
Es la hora de que todo el pueblo trabajador, junto con
los pueblos originarios, cobijados por la bandera del Congreso Nacional
Indígena, que es la bandera de los originarios, se unan en esta lucha
que es para quienes no tienen nada, más que dolor, rabia y
desesperación.
A pesar del tiempo que las separa, la voz del
Gral. Emiliano Zapata y la del Subcomandante Insurgente Moisés suenan
parecido porque surgen de la misma geografía y el mismo calendario: el
de la resistencia, la lucha, la esperanza, la imaginación y la creación
de un nuevo mundo.
II
Como
resultado de una guerra sin tregua que el capital ha desplegado contra
la clase trabajadora, el mundo del trabajo en México se encuentra
limitado en su capacidad de convocatoria. La explotación enloquecida con
la que el capital nutre sus arcas de la ganancia, la flexibilización
del trabajo y la precarización de la vida laboral generalizada se han
logrado mediante una embestida sobre el potencial organizativo de la
clase trabajadora, orillándola a una condición defensiva que la mantiene
al límite de la vida.
Arropados en el pensamiento neoliberal,
el gobierno oferta al mundo de los capitalistas una combinación única de
factores: Ser el país más cercano al mercado estadounidense y tener una
de las manos de obra más barata del mundo. Lejos de incentivar la
formación de una industria que le de soberanía a la economía al país,
lejos de incentivar la actividad científica y tecnológica nacional,
lejos de proteger la actividad agrícola del comercio internacional,
lejos de estimular salarios dignos para la reproducción digna de la
vida, lejos de promover la formación de una banca nacional y soberana,
el gobierno ha hecho todo lo contrario con el fin de convertir al país
en una inmensa maquiladora. Le ofrece todas las garantías al gran
capital para que destruya el territorio nacional y disponga de una de
las fuerzas de trabajo 17 veces más barata que la fuerza de trabajo del
Estados Unidos… Al fin que 80% de las exportaciones mexicanas se
destinan a Estados Unidos.
En esta economía se registra uno de los salarios mínimos más bajos
de América Latina, con el cual viven 19.5 millones de personas (38 por
ciento de la Población Económicamente Activa), mientras que 11.5
millones de personas viven con uno o dos salarios mínimos y 17.5
millones viven con más de dos salarios. Según estudios
rigurosos del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), el poder
adquisitivo del salario en México se ha reducido en un 79.11% desde
1987, de forma que actualmente una persona tendría que trabajar 23 horas
y media por día para poder adquirir una Canasta Alimenticia
Recomendable. No es casualidad, por tanto, que México sea el país donde más horas se trabajan al día por personas a nivel mundial, tampoco es casualidad hayan más de 29 millones de personas en la informalidad laboral
; menos casualidad es el hecho de que México se gradúe como el mayor
expulsor de fuerza de trabajo a nivel mundial, con una comunidad de 12
millones de mexicanos y 30 millones de origen mexicano radicada en los
EUA.
Este contexto de profunda precarización y desarticulación
ha limitado la posibilidad de que el mundo del trabajo encuentre fuerza
interna para resistir a la guerra del capital. La flexibilización
laboral ha disgregado y atomizado al trabajo, los contratos temporales y
la inseguridad mantienen el potencial propositivo y organizativo en
estado de fragilidad y miedo, haciendo entendible que ella, la clase
trabajadora de México y del mundo, encuentre restringida su capacidad
organizativa. Esto no quiere decir, como pregona el posmodernismo, que
el trabajo haya desaparecido, porque por clase trabajadora no nos
referimos a aquella que está únicamente en las fábricas,
tradicionalmente retratada como figura masculina e industrial, sino que
es toda aquella persona que vive-del-trabajo [2] .
La clase trabajadora es la/el joven que atiende las cajas en los
supermercados y no recibe salario sino propina, es la familia de
jornaleros que migra de forma temporal para vender su fuerza de trabajo a
consorcios agro-industriales y que después venden el alimento en forma
de mercancía elegante detrás de un aparador, es la trabajadora doméstica
que se encuentra empleada las 24 horas del día en condiciones de
semi-esclavitud, sin tener más que lo que dicte la voluntad de sus
patrones, es el migrante que se desplaza a las ciudades para trabajar en
la construcción de centros comerciales, bancos, edificios y casas de
exclusividad empresarial, que no existe en las cifras de empleo urbano,
es la mujer que trabaja en las maquilas acosada segundo a segundo por
los gerentes para que aumente los ritmos de producción, es la mujer
trabajadora acosada por los patrones en el trabajo y acosada por el
miedo de ser desaparecida o asesinada, es la mujer trabajadora
desaparecida o asesinada, es la trabajadora sexual que trabajando debe
conocer las entrañas más profundas de la violencia patriarcal, es el
trabajador de la educación que educa luchando, es el trabajador
petrolero sometido por la voracidad del sindicalismo corporativo, es la
niña y el niño que viven en la calle, ósea, en su espacio laboral, es el
trabajador que barre las calles del centro histórico después de que
pasa una marcha, para que este no pierda su clasificación mundial de
“patrimonio de la humanidad”, es la mujer y el hombre que deben viajar 4
horas diarias para llegar a su lugar de trabajo. En otras palabras, es
toda persona que al no tener más que su fuerza de trabajo para
sobrevivir, vive-del-trabajo y así busca la vida y no la muerte.
¿Qué partidos políticos han reivindicado un salario digno para la
población trabajadora? ¿Qué instituciones de la democracia mexicana han
pregona la vida digna laboral? ¿A qué persona de la clase política
mexicana le interesa saber que el salario en el país no alcanza para
nada y que es uno de los más bajos del mundo? ¿A qué político le
interesa la calidad de la vida de la clase trabajadora en México? ¿A qué
gobernador le interesa el respeto los derechos laborales? ¿A qué
capitalista le puede interesar aceptar un sindicato independiente?
Ninguno, ninguno, ninguno…A ningún político ni capitalista le puede
interesar la vida de una trabajadora o un trabajador porque su ganancia
privada y sus bolsillos se llenan acosta del trabajo de otros, acosta de
la explotación, acosta de la muerte.
III
En este escenario de profunda oscuridad en el mundo del trabajo, la
iniciativa del CNI-EZLN se convierte en un cobijo para el pueblo
explotado. Sin duda, este dialogo del pueblo mexicano promovido por CNI y
el EZLN tendrá todo el potencial para que los trabajadores del campo y
la ciudad vuelvan a tener una confianza en sí mismos y en su capacidad
de transformar la historia, después de sufrir una embestida prolongada
que nos sólo los ha desorganizado y atomizado, sino fundamentalmente,
los ha desmoralizado. Recordando a José revueltas, estaríamos
frente a un escenario de “deshumanización que se supera a sí misma”, es
decir, un mundo de explotación y despojo que se subvierte por la
voluntad fundamental de los despojados y explotados.
Notas:
[1] Concepto tomado de Pablo Gonzales Casanova.
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