Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
▲ Complicado que naciones en vías de desarrollo puedan imitar las
estrategias económicas de Alemania. En la imagen la canciller alemana,
Angela Merkel.Foto Ap
Der Spiegel (DS), faro y foro de los globalistas y noratlantistas en Alemania asiente: “el inicio de la globalización (https://bit.ly/3bWGg9z)”, que no es ningún
iniciocuando lo detectamos tanto un servidor desde hace 14 años (https://bit.ly/3eevNI5) como el connotado profesor universitario francés Jacques Sapir hace nueve años (https://amzn.to/2zsHeNo).
DS se concentra en los
productores industriales de máquinas, que son grandes contribuyentes a la fenomenal economía alemana, quienes
han empezado a cambiar sus prioridades para convertir la cadena de abasto lo más segura (sic) posible, en lugar de buscar su bajo costo.
DS comenta que las aerolíneas
luchan por su supervivenciay
varias de ellas han recurrido a rescates del sector público (sic)cuando en el
futuro previsible, el Estado (¡mega-sic!) será el salvador (sic) de última instancia para varias empresas”, ya que
sólo posee los medios suficientes a su disposición para combatir la pandemia, minimizar sus consecuencias económicas e impulsar a todas las industrias.
¿De cuándo acá cesó el tan vilipendiado Estado, en la aciaga etapa neoliberal global, de
rescatara sus componentes, muchas veces en detrimento del bienestar de la mayoría de la población?
DS admite que el
Estado en Alemania provee ayuda de emergencia, empréstitos baratos y estímulo económicoy también
se asegura que el salario mínimo sea incrementado en forma significativa para los trabajadores de cuidados en las casas de retiro.
Cabe señalar que lo que es plausiblemente aplicable en Alemania –una superpotencia geoeconómica regional de alcance global (https://bit.ly/2TvPuD6),
con una pirámide demográfica que ostenta un promedio de edad cercana a
48 años, con un posicionamiento geotecnológico de primer orden y un alto
nivel educativo– no puede ser imitado banalmente en países
asincrónicamente en vías de desarrollo, en su mayor parte endeudados
hasta la médula y con pirámides demográficas de desempleo juvenil no
pocas veces analfabeta.
Entre los cambios dramáticos se vislumbran la división del trabajo, deudas pantagruélicas que limitarán la
flexibilidad tanto de las naciones como de las empresas en los años por venircuando la
tecnología será su característica prominente.
Un punto importante que toca DS es una
globalización digitálica, poco abordada, que se refiere al intercambio de bienes virtuales (sic) cuando la
digitalizacióncontempla un
amplio potencial para la industria alemana.
A mi juicio, ya antes se vislumbraba la balcanización de la
globalización digitálica, donde, en el mundo
Occidental (Whateverthatmeans), los gigantes de Silicon Valley –el GAFAT:Google/Amazon/Facebook/ Apple/Twitter, además de Microsoft y Netflix– la habían monopolizado, en detrimento de sus
aliadosde la Unión Europea, no se diga ahora con la fractura digitálica por la guerra de Trump contra el 5G de Huawei (https://bit.ly/2ZwBpZW).
DS diluye su embriagante vino cibernético y admite los
peligros significativospor los ataques al ciberespacio y a la infraestructura digitálica que pueden ser el equivalente a una
pandemia virtual (sic), cuyas consecuencias serían peores que las del Covid-19: hogares sin electricidad, oficinas sin conexiones de Internet, bancos impotentes para desempeñar transacciones, que constituirían un “cierre total (https://bit.ly/2ZxuGPI)”.
DS es vulgarmente economicista y descuida la multidimensionalidad, que abarca(rá) la grave crisis de la
salud pública global, que resalta su desdén a la perturbada salud mental individual/familiar/colectiva que exacerba la mal planeada y discriminativa cuarentena.
DS sentencia que la
distancia social (sic)continuará guiando las interacciones personales. Pasa por alto que el distanciamiento ya se había instalado con la era digitálica, cuya sobreinformación de la postverdad ha llevado al auge paradójico de la desinformación.
En forma suicida, a los vasallos plutócratas de la periferia subyugada por la caduca globalización financieristano les conviene enterarse de los imparables nuevos tiempos.
Facebook: AlfredoJalife
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