2/10/2011

Alas por la vida, freno al desamparo femenino



Por Patricia Grogg

Mujeres de Alas por la Vida, al término de un encuentro. / Crédito:Jorge Luis Baños/IPS
Mujeres de Alas por la Vida, al término de un encuentro.

Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

LA HABANA, feb (IPS) - Son mujeres hermosas y batalladoras, pero cuando supieron que salvar sus vidas suponía la mutilación de uno de sus más apreciados atributos femeninos creyeron que sería imposible sobrellevar aquel enorme desamparo. Para ninguna ha sido fácil recuperar la autoestima y ser felices nuevamente.

"Fue como un tsunami", narró Rosana Caballero, de 52 años, en tanto a Silvia Plá, de 63, le pareció que quedaba "desnuda en plena calle". Ambas sintieron que todo el peso del mundo les caía encima al saber que aquella "bolita" detectada casi por casualidad en uno de sus senos era maligna y había que operar urgente.

Sin embargo, lo peor viene después de que se confirma el cáncer de mama. Algunas no solo pierden un seno, sino también el cabello, mientras que otras se quedan sin el apoyo de sus parejas.

"Hay muchas pérdidas alrededor de esta enfermedad y estas mujeres necesitan mucho apoyo", comentó a IPS Maritza Rodriguez, especialista a cargo de los temas de salud en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Esa entidad con estatus de organización no gubernamental, que agrupa al sector femenino mayor de 14 años de este país caribeño, colabora de manera estrecha con el proyecto Alas por la Vida, promovido por el médico cirujano Alexis Cantero, del hospital universitario Manuel Fajardo, de la capital cubana.

"En nuestro equipo médico nos fuimos dando cuenta de que con la cirugía y tratamiento resolvemos un gran problema, pero cuando hablamos con ellas nos dimos cuenta de que hay heridas que no se ven y cuestan más trabajo que cierren. Así surgió la idea de crear este grupo de apoyo conocido como Alas por la vida, explicó Cantero a IPS.

El proyecto, que arrancó en 2003 con 17 personas, incluye hoy a unas 400 entre pacientes, familiares, amigos y profesionales de distintas especialidades y técnicos de salud. Tiene entre sus objetivos respaldar a la mujer en su reincorporación a la sociedad y a su vida personal y afectiva.

Fundamentalmente se trata de desterrar en ellas el estrés, elevar su autoestima y calidad de vida. "En el proyecto aprendemos unas de otras, porque intercambiamos vivencias y experiencias, nos nutrimos de mucha información y adquirimos buenas conductas de vida", explicó Caballeros.

"Yo volví a nacer. Antes vivía una vida muy tensa, llena de estrés", relató Caballero.

Su esposo, Pedro Martínez, la acompaña a todos los encuentros que el grupo realizada cada dos meses y que suelen finalizar con presentaciones de reconocidos artistas, ocasión propicia para una de las mejores terapias, que es el baile. Las citas incluyen conferencias sobre alimentación, violencia familiar, medicina alternativa y sexualidad, entre muchos otros temas.

Martínez está convencido de que en estos casos el primer psicólogo es la pareja de la paciente. "En mi caso influyó mucho la valentía y decisión con que ella enfrentó la operación y sus consecuencias. Además, uno de los mayores méritos de Alas por la Vida ha sido aglutinar a familiares e incluso amistades de las operadas", comentó a IPS.

"En este proceso, la autoestima desaparece, como que nos quedamos desnudas en el medio de la calle. Para mí, la primera etapa fue de mucha tristeza, pensaba que iba a morir. La pérdida de uno de mis senos me trajo mucho conflicto, perdí seguridad, sentía temor de que mi esposo ya no me viera como antes", afirmó Silvia Plá.

Ella es una de las fundadoras de Alas por la Vida, al que agradece la superación de esas dificultades iniciales. "También tuve mucho apoyo de mi esposo, quien estuvo siempre a mi lado. Además, en las reuniones del proyecto se facilita mucho la comunicación directa con los médicos y especialistas", relató.

El cáncer de mama se mantiene como la segunda causa de muerte entre las mujeres cubanas, después del cáncer al pulmón. Los factores que favorecen esta enfermedad incluyen la primera menstruación antes de los 12 años y menopausia después de los 55, elevado consumo de alcohol, grasa y tabaco y sedentarismo.

También se menciona entre los antecedentes de riesgo el primer parto después de los 30 años y la presencia de enfermedades de mama benignas, pero atipias, un proceso en que las células presentan alteraciones que pueden desarrollar un tumor.

Cantero advirtió, sin embargo, que más de 60 por ciento de mujeres con cáncer de mama no tienen ninguno de esos factores de riesgo.

Según los datos estadísticos, la incidencia de cáncer de mama comienza a elevarse a partir de los 35 y 40 años de vida y el grupo de mayor riesgo se ubica entre los 50 y 64 años. Especialistas indican además que aproximadamente 25 por ciento se diagnostica en las etapas III y IV, cuando el cáncer está localmente avanzado o presenta metástasis.

En ese sentido, un programa de detección temprana de esta dolencia se dirige especialmente hacia mujeres sanas combinando la mamografía, el examen clínico y la enseñanza del autoexamen. Estos dos últimos se consideran métodos complementarios que permiten el diagnóstico precoz de la enfermedad.

Según Cantero, el cáncer de seno usualmente suele crecer en silencio, lenta y solapadamente en la mayoría de los casos, "por ello es fundamental la práctica del autoexamen todos los meses, el examen clínico por su médico una vez al año y la realización de la mamografía cuando sea indicada por el especialista".

Estudios de especialistas cubanos alertan que esta neoplasia maligna es una amenaza seria para la salud de la mujer, el bienestar de sus familias, los sistemas de salud y para la sociedad misma. El último cuadro estadístico del Ministerio de Salud disponible, correspondiente a 2009, no especifica el número de fallecimientos por esta causa. (FIN/2011)

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