5/31/2018

Los periodistas pal café. . .

Según los resultados de la encuesta publicada ayer en el diario Reforma, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha logrado ya que la mitad de los potenciales votantes se estén inclinando a su favor. Más de 50 por ciento de la intención del voto. Más que nunca. Lejos de los pronósticos iniciales que hablaban de una elección de tercios. Una inclinación mayoritaria a su favor, cuando falta un mes para la hora de las urnas.
Un ejercicio demoscópico que arroja tales datos indica de manera clara (sobre todo en la percepción pública, siempre moldeada por ese método incomprobable de las encuestas), que es sumamente difícil que en un curso natural de las elecciones presidenciales pueda haber un resultado que no favorezca al tabasqueño. Su más cercano contendiente, el panista Ricardo Anaya, tiene la mitad de la intención del voto que AMLO: 52 por ciento para éste; 26 para el queretano. Peor está José Antonio Meade, postulado por el Partido Revolucionario Institucional, con tan sólo 19 por ciento de la intención del voto.
Otras encuestas muestran datos menos distantes entre los candidatos, pero siempre con una notable ventaja para López Obrador. De superar el 50 por ciento de la votación constitucional a su favor, Andrés Manuel sería un presidente de la República con una fuerza enorme, como en los peores momentos del más aplastante presidencialismo mexicano.
Porque también se estima que su personalísimo partido, Morena, conseguirá un buen número de las gubernaturas en juego y una mayoría en las cámaras legislativas, llevando en todos los casos (al gabinete, a los gobiernos estatales, al Senado, a la Cámara de Diputados y a congresos locales y presidencias municipales) a personajes de una textura política e ideológica variopinta, defectuosa y reprobable en muchos casos, hilados todos esos personajes turbios únicamente por la fidelidad a una figura caudillesca y al más prosaico de los pragmatismos.
Del lado priísta, sin embargo, los estrategas de Meade parecen no conformarse e intentan golpes desesperados. Ayer, Julio di Bella, actual coordinador de redes ciudadanas de la campaña del candidato postulado por el PRI, quiso atribuir al diario La Jornada la elaboración o pertenencia de una encuesta de opinión en la que el cinco veces secretario de Estado estaría a seis puntos de distancia del abanderado de Morena e incluso, en un peculiar malabarismo sólo explicado a base de retórica, al ponderar las tendencias de los indecisos, se conformaría un empate técnico (entre AMLO y Meade) con 33.1 y 31.3 por ciento, respectivamente. N’ombre, ¡unos genios!
En realidad, la información publicada como nota sin firma en la página 13 de La Jor nada (https://goo.gl/7NVSws), fue correctamente atribuida en dos ocasiones a su fuente: Pop Group, empresa que habría hecho tanto la mencionada encuesta como el retorcimiento adjunto de que Meade ya estaría en una especie de empate técnico, a punto de rebasar al delantero, pues dos factores de los que se habla poco, pero que pesarán mucho en los resultados finales han comenzado a demostrar un crecimiento significativo: los electores indecisos y los votantes volátiles, que definirán al triunfador.
Esa nota informativa (que días antes se había publicado en algún portal informativo adverso a López Obrador) fue abiertamente adjudicada por el mencionado Di Bella al diario que la publicó: “El único voto útil es el que está comprometido con un México mejor. Esa intención del voto es la que ya coloca a @JoseAMeadeK rumbo a la victoria, refiere encuesta de La Jornada. El análisis lo explica con detalle”. Pero no fue una “encuesta de La Jornada”, sino una nota publicada en este periódico, mencionando dos veces la autoría adjudicada a Pop Group, que así hizo un extraño debut forzado en las pistas principales de las empresas encuestadoras. El uso tramposo de esa preposición (de, en lugar de en) no fue reconocido por el citado Di Bella, a pesar de que en Twitter se le hizo ver tal circunstancia.
Di Bella comenzó su carrera como funcionario partidista y gubernamental en asuntos de comunicación social de la mano de Marta Sahagún. Colaboró en las administraciones guanajuatense y federal de Vicente Fox y en la federal de Felipe Calderón, y participó en campañas electorales de Josefina Vázquez Mota. Ahora forma parte de las transferencias del panismo a Meade.
Más allá de las formas utilizadas para difundir la encuesta de referencia, resulta peculiar la actividad de Pop Group, una empresa multitareas con sede en Huixquilucan, estado de México. Siendo Twitter el medio por excelencia para la difusión de ideas, propuestas y trabajos relacionados con la política, la cuenta de esa firma tiene poco más de 600 seguidores y su tuit más reciente es de julio de 2014.
Y, según su página de Internet, Pop Group es una empresa con más de 20 años de experiencia desarrollando servicios de investigación de la opinión pública y de mercados, para el sector público y privado. A partir de abril de 2018, Pop Group ha tomado la decisión de participar como actor relevante en la generación de conocimiento a través de la realización y publicación abierta de estudios de opinión en materia electoral. Estos estudios no representan ni están vinculados con los intereses de ningún instituto político. Un par de meses, pues, haciendo estudios de opinión en materia electoral.
Y, mientras cierran filas las cámaras, confederaciones y agrupaciones patronales, empresariales y conexas, para defender a Alberto Baillères y similares, dedicados a promover en cartas y pláticas un voto contra el populismo y a advertir de los graves peligros que conllevaría el que los mexicanos no tomen una buena decisión a la hora de elegir al próximo presidente de la República, ¡hasta mañana, mientras continúa la telenovela electoral, con locaciones en Reino Unido y una actriz veracruzana como villana a sacrificar, para bien de los hacendados Yunes!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Empresarios que están llamando a sus trabajadores, sus accionistas y a la ciudadanía a votar en contra de Andrés Manuel López Obrador, deslizan la amenaza de que su triunfo podría desencadenar una devaluación del peso. En realidad el peso ya se encuentra superdevaluado. Peña Nieto inició su sexenio con un dólar a $12.85, y estos días ha subido a más de 20 pesos; es una depreciación mayor a 50 por ciento. Por cierto, ninguno de los grandes empresarios ha protestado, aunque los reportes a la Bolsa Mexicana de Valores revelan que algunos han sufrido pérdidas importantes. Este momento es oportuno para comentar el papel del nuevo gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León. Llegó a ese cargo –antes fue director del Banco Nacional de Comercio Exterior, impulsado por el ex secretario de Hacienda, hoy canciller Luis Videgaray. En concreto, esta sería la pregunta: ¿en caso de una crisis cambiaria, el 2 de julio, si ganara López Obrador, entraría al rescate del peso o dejaría que se desplomara?
¿Cuál autonomía?
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Existe la idea generalizada, pero equivocada, de que el Banco de México es el responsable de mantener o defender al peso, peo en realidad corresponde a la Secretaría de Hacienda. Esto dice la ley que rige al BdeM: Artículo 21, el Banco de México deberá actuar en materia cambiaria de acuerdo con las directrices que determine una comisión de cambios, que estará integrada por el secretario y el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, otro subsecretario de dicha dependencia que designe el titular de ésta, el gobernador del banco y dos miembros de la junta de gobierno que el propio gobernador designe. Los integrantes de la comisión no tendrán suplentes. Después de leer este artículo, cabe la pregunta: ¿dónde está la autonomía del banco central?

La responsabilidad, de Hacienda
Así que en caso de ocurrir una caída fuerte del peso tras la elección, primero habrá que voltear la mirada hacia el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya. Desde luego el gobernador del Banco de Mexico tendría gran influencia en la decisión que se tomara. Lo mejor es que no suceda nada, más que la natural fluctuación que acompaña a las elecciones. La más reciente encuesta de Citibanamex entre especialistas –22 de mayo– ajustó al alza el pronóstico para el cierre de 2018, al pasar de un previo de 18.60 a 18.90, mientras que para 2019 el nivel de cierre sería de 18.56, desde un anterior de 18.28. Pero no a 23 o 25 pesos por dólar, como andan queriendo asustar a la gente.
Guachicoleros (de gas Lp)
El robo y venta de gas Lp en Veracruz, Puebla y Tlaxcala se ha disparado mil por ciento de año 2012 a la fecha, y ya cubre 15 por ciento del mercado, denunció la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas). El presidente de la asociación, Octavio Pérez, dice queen estos estados se ha vuelto más importante el robo de combustible que el mismo narcotráfico. Los robos se realizan a la infraestructura de Pemex, que aún cubre 55 por ciento del mercado, una cuota menor a la de hace un par de años, a partir de que se abrió al sector privado. (Habrá que llamar guachicoleros a los delincuentes del gas, para diferenciarlos de los huachicoleros de la gasolina.)

Duro que te dale, los barones del Consejo Mexicano de Negocios no quitan el dedo del renglón y han echado a caminar su aparato propagandístico para inducir el voto ciudadano. Y como parte del ejercicio, los empresarios se escalonan para aparentar –si es que alguien cae en la trampa– que son simples pronunciamientos individuales dirigidos a los trabajadores de sus respectivos consorcios y, según dicen, en ejercicio de la libertad de expresión.
En los hechos es la misma estrategia que los barones utilizaron en 2006 y 2012, pero revolcada. En aquellos años con elección presidencial tales pronunciamientos se dieron de forma corporativa, por medio del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que utilizó el mismo pretexto de la libertad de expresión para alimentar el voto del miedo en contra de Andrés Manuel López Obrador, ante el riesgo de cambiar de rumbo porque apostarle a algo distinto implicaría retroceso.
A petición del entonces Instituto Federal Electoral, el CCE retiró aquella descarada propaganda… apenas ocho horas antes de que, por ley, concluyeran las campañas con miras al 2 de julio de 2006, y lo hizo con el único fin de evitar que el panorama electoral pudiera enturbiarse, según expresó José Luis Barraza, la cabeza visible de dicho organismo empresarial. Por cierto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación calificó de ilegal dicha propaganda, aunque lo hizo dos años después de los comicios de 2006, es decir, ya instalado el tal Jelipe en Los Pinos.
Ahora, ante la creciente posibilidad de que el candidato con apodo de pez ocupe la Presidencia de la República, de nueva cuenta los barones se descaran y lanzan, de uno en uno, los dardos envenenados, pero sin resultado alguno, de acuerdo con las encuestas. Emberrinchados e histéricos, por la pasarela han desfilado José Antonio Fernández Carbajal (conocido como El Diablo, de Femsa, el principal embotellador de Coca-Cola en México); Héctor Hernández Pons Torres (del Grupo Herdez y sus jugosos contratos gubernamentales), José Ramón Elizondo (Vasconia, una fábrica, dicho sea de paso, empresa originalmente cacerolera), el tóxico Germán Larrea (Grupo México) y, ayer, el también tóxico Alberto Bailléres (Grupo Bal). La lista no acaba allí, pero lo cierto es que resulta tan íntimo ejercicio que lo difunden en la prensa y en los medios electrónicos de comunicación.
Descaradamente, un barón tras otro ha dicho exactamente lo mismo, y todos, casualmente, han dirigido una carta a sus respectivos empleados para convencerlos de que voten con inteligencia –léase en contra de López Obrador– porque México corre el riesgo de regresar al populismo. Como se nota, la creatividad es lo suyo. En 2006, lo mismo hizo el dueño de los almacenes Coppel a favor de Felipe Calderón (y a cambio el empresario recibió un banco, entre otras cosas).
No ha funcionado la sobada estrategia de los barones, y las encuestas lo confirman. Por ello, nada raro será que pongan en acción su también desgastado plan B, es decir, chantajear con el retiro masivo de inversiones ante la victoria de quien consideran el chamuco. ¿En serio harán maletas y cancelarán inversiones?
Un ejemplo de lo anterior es el siguiente (retomo parte de lo publicado el 27 de octubre de 2013 en México SA): ningún empresario medianamente inteligente estaría dispuesto a sacrificar sus cuantiosas utilidades ante eventuales cambios –así sean mínimos– en los privilegios fiscales que el gran capital ha gozado durante largos años. Ninguno, salvo Germán Larrea –aunque sólo sea en la retórica– dueño de Grupo México, el zar del cobre, quien de nueva cuenta amenaza con dejar de invertir en el país si el Congreso aprueba el cobro de un nuevo derecho (7.5 por ciento) a la extracción minera, previsto en el paquete económico para 2014.
La airada reacción de Larrea (el tercer empresario más rico de México, con una fortuna de 16 mil 700 millones de dólares, de acuerdo con Forbes) se hizo pública al mismo tiempo que su empresa presumía utilidades netas por casi 6 mil millones de pesos en tan sólo tres meses (el tercer trimestre de 2013, 40 por ciento más que en igual periodo de 2012) y ventas totales superiores a 30 mil millones en igual lapso.
¿Qué empresario con esas abultadas ganancias amenazaría con dejar de invertir en el país y, llegado el caso, abandonar los jugosos negocios que el propio gobierno mexicano le ha procurado con los bienes de la nación? Germán Larrea, quien en el transcurso de los dos gobiernos panistas incrementó sus utilidades netas en más de 2 mil por ciento, hasta acumular 14 mil millones de dólares, y multiplicó su fortuna personal por 17, de acuerdo con Forbes, al pasar de mil millones en 2001 a 16 mil 700 millones de billetes verdes en 2012, algo que ni de lejos hubiera logrado de cumplir sus no pocas amenazas.
Pero como no tiene llenadera, de nueva cuenta recurre a su práctica de chantajear a propios y extraños, en el entendido de que ese truco siempre le ha dejado pingües beneficios, especialmente con las débiles autoridades gubernamentales que todo le han concedido. Por ejemplo, Germán Larrea (amante de los caballos de pura sangre y enemigo de la prole) se quedó con prácticamente todo de la ex paraestatal Ferrocarriles Nacionales de México (por cortesía de Zedillo), participa activamente en la generación de energía eléctrica y en la industria petrolera (gracias a Fox y Calderón, y ahora Peña Nieto), anuncia que se convertirá en uno de los principales proveedores nacionales de servicios de perforación petrolera (reforma energética de por medio) y se ha quedado con aeropuertos otrora del Estado, entre otros enjuagues. Y quiere más.


La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) documentó que entre febrero y mediados del presente mes 23 personas, 21 hombres y dos mujeres, fueron víctimas de desaparición forzada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en lo que constituye una ola de desapariciones sobre las cuales existen fuertes indicios de que habrían sido cometidas por una fuerza federal de seguridad. Al menos cinco de las víctimas son menores de edad, tres de ellas de 14 años. Así lo indicó ayer Zeid Ra'ad Al Hussein, titular de esa oficina, aunque organizaciones locales de derechos humanos afirman que son al menos 40 los casos de desaparición forzada en esa localidad.

Concha muy gruesa de Germán Larrea
Se necesita verdaderamente tener una concha muy gruesa de soberbia como la que se percibe en Germán Larrea, dueño del Grupo México, para que, tras la tragedia de la mina Pasta de Conchos en la que se opuso al rescate de mineros sepultados, ahora manifieste un grandísimo rechazo a la postulación como senador de Napoleón Gómez Urrutia, quien ha denunciado sus inhumanos modos y turbios manejos, y, por si algo le faltara, hoy ordena a esos trabajadores a los que maltrata, a no votar por Andrés Manuel López Obrador. Pienso que teme que al llegar un gobierno que no le tolere sus arbitrariedades, sus privilegios tendrán que mermar y, al menos, tendrá que ser menos autocrático en un país del que ha obtenido su inmensa fortuna.

Entre los días 3 y 6 de mayo se realizó la 40 Convención General Ordinaria del Sindicato Nacional de Mineros. Este encuentro es emblemático de lo que siempre ha vivido la gran organización sindical, para orgullo y dignidad de sus miles de miembros. En esta reunión, que es la máxima autoridad del organismo obrero, se percibió que el espíritu de los trabajadores mineros está más vivo y actuante que nunca.
El profundo deterioro de las últimas reservas de paz social en México (documentado por el Institute for Economics and Peace) encuentra su correlato en el crecimiento imparable que en la sociedad mexicana ha experimentado la violencia extrema en sus múltiples manifestaciones. En todos los rincones de la opinión pública permanecen las alusiones a la desgracia que en 2017 hemos vivido: 29 mil 168 homicidios dolosos de acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública, de los cuales 69 por ciento se realizó con armas de fuego. Esto representó un promedio de casi 80 mexicanos asesinados cada día, es decir, tres por hora, cifra que incluyó desde niños hasta adultos mayores de todos los géneros. El costo económico para el país se calcula en 249 mil millones de dólares, en otras palabras, 21 por ciento del PIB mexicano. Esta cifra es ocho veces mayor que toda la inversión pública en salud y siete veces la inversión en educación. Si a ello sumamos las estimaciones sobre el costo de la corrupción en México (alimentada por prácticas ilegales que predominan impunemente en todos los ámbitos institucionales y cotidianos) y que representa hasta 10 por ciento del PIB, podremos entonces darnos una idea de la peligrosa coyuntura histórica en la que nos encontramos.
El primero de diciembre de 2012, el movimiento juvenil YoSoy132 se manifestó en contra de la toma de protesta como presidente de México de Enrique Peña Nieto. Recordemos que, durante más de siete meses, dicho movimiento hizo de Peña Nieto su principal adversario político: lo caracterizó como el candidato de Televisa y lo acusó de representar una regresión autoritaria. La manifestación, en la que también participaron pobladores de San Salvador Atenco e integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, fue reprimida: 20 personas resultaron heridas, entre ellas Juan Francisco Kuykendall, quien falleció meses después a consecuencia de las lesiones. También se registró la detención de 96 personas, la mayoría jóvenes. Ese primero de diciembre comenzó un sexenio marcado por el autoritarismo y la represión, uno en el que las juventudes, junto a los maestros, se convirtieron en el enemigo público no declarado del sistema.
Mayo estuvo colmado de noticias sobre la guerra comercial (GC) contra China que Washington ha proclamado, pero por fortuna aún no se decide a librar. Comenzó con un publicitado pero infructuoso viaje a Pekín del gabinete económico en pleno, notorio por las pugnas al interior de la delegación estadunidense. A mediados de mes, la visita a Estados Unidos del principal alter ego para temas económicos del presidente Xi Jinping, Liu He, permitió al secretario del Tesoro anunciar, según el Washington Post (20/05/18), que se había acordado poner en suspenso la guerra comercial. Cuarenta y ocho horas después, Trump lo desmintió: No hay tal acuerdo y no me gusta hablar de acuerdos hasta que realmente se consiguen, dijo según CNN politics (22/05/18), en su conocido estilo reiterativo.
La nota principal de La Jornada del martes pasado fue que la iniciativa privada, concretamente la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), demandaban al gobierno frenar ya la inseguridad. Manifestaron inconformidad por la inacción oficial que ha dañado severamente a la economía y a la inversión. El presidente de la Coparmex propuso “seis medidas urgentes para combatir la violencia y el crimen: prevención del delito, diseñar una ‘arquitectura institucional’, mejorar el sistema penitenciario y la procuración de justicia, corregir errores de ‘tipología penal’ y profesionalizar a los policías”. Por el estilo fue la opinión del presidente del CCE, y su propuesta no fue muy diferente a lo que ha estado haciendo el gobierno: que no se postergue más la profesionalización de las policías [que sigue siendo una tarea pendiente], que se multipliquen los elementos donde sea necesario y se coordinen acciones con las fuerzas armadas cuando las autoridades civiles sean rebasadas por la delincuencia. Es decir, sobre todo en el CCE, más de lo mismo, con variantes o, si se prefiere, violencia contra violencia y no otra opción.
La llamada de Germán Larrea, presidente del Grupo México, a rechazar el populismo en las próximas elecciones, sin atreverse a mencionar a Andrés Manuel López Obrador, confirma la existencia de una estrategia concertada entre grandes empresarios para actuar contra la propuesta de Morena a la Presidencia de la República. Los nombres de quienes ya han manifestado su oposición a AMLO son elocuentes: Carlos Slim, antecedido por Claudio X. González, José Antonio Fernández Carvajal, presidente de Fomento Económico Mexicano, Eloy Vallina, del Grupo Chihuahua, los directores y dueños de Herdez y de Vasconia. Los argumentos que les unifican son su oposición a lo que denominan populismo y al pretendido mesianismo y autoritarismo obradorista.
Inédito en Colombia. Gustavo Petro, candidato de izquierda, aseguró el pase a segunda vuelta en las elecciones del 30 de mayo con la mayor votación alcanzada por ese signo político. Logró 4 millones 849 mil 148 sufragios, 25 por ciento del total. Unió a una coalición de sectores populares, mujeres, universitarios, indígenas, campesinos, movimientos sociales y expresiones políticas con una demanda por la paz, la educación y la salud públicas gratuitas, así como el carácter público de los servicios. Como todos los candidatos que defienden causas populares, fue linchado mediáticamente como castrochavista y su campaña tuvo escasos recursos económicos, lo que hacen más meritorios sus números. Junto a otros candidatos consiguió también lo que parece una ruptura con el excluyente binomio político liberal-conservador, mantenido desde la fundación de la república, aunque haya sido con otros nombres en los últimos años, como Partido de la U (Santos) o Centro Democrático (CD-Uribe).

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