6/01/2018

Los periodistas pal café. . .


De pronto ha girado el punto escénico. Una larga temporada que se había concentrado en lo meramente electoral (campañas, candidatos, debates, encuestas y demás) pasa ahora al terreno de la crisis económica internacional propiciada por Donald Trump, el presidente de Estados Unidos que ha iniciado una guerra comercial contra la Unión Europea, Canadá y México, alterando el curso, el sentido y las perspectivas de las elecciones del último país mencionado.
El giro se produce a un mes de los comicios mexicanos que hasta este momento mantienen como muy aventajado delantero al centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador. A estas avanzadas alturas del proceso electoral, nada pareciera frenar la creciente marcha del político tabasqueño que, según algunas casas encuestadoras, cuenta ya con más de la mitad de la intención del voto popular. Desesperados, grandes empresarios iniciaron en días pasados una campaña de advertencia, a sus empleados y ejecutivos, respecto de los riesgos que entrañaría la llegada de AMLO al poder federal.
El cambio de perspectiva generado por la Casa Blanca de Washington puede significar una especie de borrado incruento de todo lo actuado hasta ahora en las tablas partidistas. La guerra comercial es colocada en el centro de las preocupaciones y lo importante será lo referido a la manera de enfrentar las nuevas situaciones. No está de más señalar que el reacomodo pretende ser aprovechado sin mayores preámbulos por el tecnócrata José Antonio Meade Kuribreña, dos veces secretario de Hacienda y titular en tres ocasiones en otras secretarías.
El voto del miedo (comercial) significará una extraordinaria oportunidad para el abanderado del PRI, en cuanto buscará demostrar una superioridad conceptual y operativa en esos terrenos. Ayer mismo, en una estrategia unificada que incluyó al ocupante de Los Pinos, Enrique Peña Nieto; al vicepresidente ejecutivo y virtual embajador de Estados Unidos en México, Luis Videgaray, y al rezagado Meade, se mezclaron ciertos aires patrioteros de oportunidad con otros aires supuestamente doctorales que podrían enfrentar exitosamente el reto Trump.
Meade, en concreto, se enrolló tuiteramente en el lábaro nacional tecnocrático: Con México no se juega. Responderemos a EU imponiéndole aranceles. El futuro de esta región está en el respeto, el comercio y el entendimiento. No nos vamos a dejar. Defenderemos nuestros empleos, nuestros mercados y a nuestros trabajadores. Hoy y siempre. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador adoptó una posición cauta, llamando a no caer en la trampa de la guerra comercial y exhortando a Peña Nieto a dialogar con Trump para buscar entendimientos.
El aliado y tutor, Videgaray, en tanto, avanzó las piezas retóricas hacia posiciones de combate comercial pero, al mismo tiempo, dialogó con funcionarios estadunidenses y mantuvo abierta la puerta para eventuales negociaciones pacificadoras que bien podrían darse después de las elecciones mexicanas, ya que Meade hubiera cumplido con el papel de guerrero masiosare que ahora se está adjudicando.
El intento de trastocar la ruta electoral mexicana es derivado de una política internacional trumpista que, evidentemente, tiene orígenes y consecuencias ajenas al mundillo electoral mexicano; en todo caso, el golpe de Donald Trump está considerado en función de las próximas elecciones estadunidenses y la aspiración del supermillonario para un segundo periodo. Pero, aun así, pondrá a prueba las habilidades específicas de los aspirantes mexicanos en materia de economía internacional. Ayer mismo comenzó otra vertiente de la campaña propagandística asociada a la idea del comercial del hombre de la tercera edad que, enfermo, no debería manejar un automóvil.
También se acopla adecuadamente el tema de la guerra comercial con el banderazo de salida a la estrategia electoral de dar por proclives al priísmo a los votantes indecisos o volátiles. La insostenible hipótesis de que los indecisos pueden ser contabilizados como decididos a apoyar a Meade, fue puesta en circulación por el equipo del candidato no priísta del PRI a partir de un muy discutible estudio de opinión elaborado por una empresa, Pop Group, cuyo principal accionista, Francisco Graue, ha batallado para intentar alguna justificación mínimamente verosímil para su teoría de los indecisos adjudicables al PRI.
Sin embargo, el milagro Pop Group podría ser alimentado teóricamente a partir de que ahora, con la guerra comercial encima, esos indecisos pasarían a convencerse de que el tecnócrata Meade es el personaje adecuado para encabezar la defensa del país. Faltaría, desde luego, alinear o desactivar al rejego Ricardo Anaya para que hubiera una sola propuesta antipejista que ganara ese voto útil. Pero, a un mes de las elecciones, el sistema intenta una más de sus jugarretas imperiosas de última hora.
Astillas
Dejó su cargo Luis Carlos Nájera, quien era secretario del Trabajo en Jalisco a la hora en que un comando intentó asesinarlo en Guadalajara, en días pasados. Duró unos meses en el puesto, luego que el gobernador jalisciense, Aristóteles Sandoval, lo trajo a escena, habiendo sido el poderoso secretario de Seguridad Pública en el gobierno panista de Emilio González Márquez, y fiscal general del estado con el propio priísta Sandoval. ¿Qué arreglos, o desarreglos, quedan con la salida de Nájera?... Y, mientras el vocero de Los Pinos, Eduardo Sánchez, pronuncia palabras tan tranquilizadoras, ante la cascada de acciones de empresarios que proponen no votar por el populismo o por alguien que ponga en peligro inversiones y negocios: La ley electoral es muy clara y tenemos que ser todos muy respetuosos. El voto es libre y secreto (...) Nadie, bajo ninguna circunstancia, puede coaccionarlo ni mucho menos inducir o no inducir absolutamente nada que afecte la libertad de un votante cuando va a ejercer este derecho soberano. Uf. Qué descanso saber eso. Gracias, señor vocero. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Foto
Si el gobierno mexicano hubiera contestado al arancel que Trump está en proceso de imponer a las exportaciones de acero (25 por ciento) y aluminio (10 por ciento), con un arancel a las importaciones de gasolina, gas y diésel de Estados Unidos, habría provocado un estremecimiento en Wall Street y obligaría a sus refinerías a presionar a Trump para que retirara el castigo. Pero no sucedió así. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dio a conocer la lista de los productos estadunidenses que serán sometidos a gravamen: quesos, piernas y paletas de puerco, embutidos, manzanas, uvas y arándanos; lo mas significativo de la lista son aceros planos (lámina caliente y fría, incluidos recubiertos y tubos diversos). Probablemente Trump soltó la risa por la revancha mexicana. Pero, ¿qué impide a nuestro gobierno responder con un castigo a las exportaciones de gasolina, gas y diesel? Primero, Pemex no cuenta con esos productos en volumenes suficientes, tiene paradas sus refinerías y está en el proceso de licitar al sector privado sus centros de almacenamiento; segundo, políticos y empresarios están metidos en el negocio de comprar hidrocarburos a Estados Unidos. Así que en esta guerra comercial nos vamos a defender imponiendo arancel a la mozarella, el gouda y el gruyere.
Pierde el peso 35 centavos
La nueva embestida de Trump causó nerviosismo en el mercado local de cambios, por el temor a una guerra comercial que debilitaría todavía más a la economía. El dólar en ventanilla de BBVA Bancomer subió 35 centavos y cerró en 20.35 pesos.
Fondos esperan ganar con AMLO
Dice el Financial Times: “Un populista nacionalista de izquierda va camino a una victoria arrolladora en México. La expectativa: los inversionistas saldrán en estampida y el peso se devaluará mientras el nuevo gobierno prepara políticas radicales… ¿Será?, se pregunta el Times. No necesariamente, agrega, de acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por el grupo de servicios financieros Nomura, con sede en Japón, uno de los principales de Asia. Nomura encuestó a 109 inversionistas, participantes del mercado financiero, incluidos fondos de cobertura, fondos de pensiones, inversionistas a largo plazo y otros en Estados Unidos, Europa, América Latina y México, informa el diario británico Financial Times. De ese número de entrevistados, la mitad de ellos –51 por ciento– dijo que ante una victoria de López Obrador la estrategia que seguirían sería la de adquirir activos mexicanos (acciones, bonos) subvaluados, es decir, colocan a México como una oportunidad de compra. Y menos de una quinta parte dijo que reduciría su exposición en activos mexicanos, es decir, los colocarían en venta.

Con la imposición de aranceles (25 por ciento) a las importaciones de acero y aluminio (10 por ciento) procedentes de México y Canadá (también las aplicó a la Unión Europea), el esquizoide de la Casa Blanca no sólo desató la guerra comercial, sino que puso el último clavo en el ataúd del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, salvo, claro está, que sus socios y amigos se agachen y acepten incondicionalmente todos los caprichos de Donald Trump.
La decisión unilateral del gobierno estadunidense –que entró en vigor en el primer segundo del uno de junio– encontró el rechazo inmediato de México y Canadá, cuyos mandatarios anunciaron sanciones compensatorias del mismo calibre y a partir de la misma fecha, las cuales se mantendrán vigentes en la medida que el inquilino de la Casa Blanca no reconsidere, si es que tienen capacidad para sostenerse.
En síntesis, comenzó la guerra arancelaria y comercial entre los supuestos socios y amigos, o, como bien apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC, de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes), se terminó el sueño del libre comercio desregulado que subordinó la legislación nacional a los ordenamientos de los organismos multinacionales; la lógica del libre comercio llegó a su fin, al menos bajo la modalidad que le dio vida durante la década de los años 80 y 90 del siglo pasado: hoy, las principales potencias económicas del orbe avanzan hacia una regulación del intercambio comercial. Los mecanismos difieren, pero el objetivo es el mismo: anteponer su interés nacional.
Para Donald Trump el comercio internacional representó una pérdida de empleos e inversión, algo provocado por sus propias empresas y por la lógica de apertura comercial que subordinó la producción, la creación de empleos (y con ello el bienestar de la población) al interés de obtener rentas comerciales y financieras, aun si ello implicaba enviar empresas a países donde se emplea mano de obra de niños y no se respeta al medio ambiente.
El problema es que Trump pretende utilizar el poder político y económico de su gobierno para alinear el comercio internacional a las necesidades estadunidenses. Busca hacerlo con regulaciones, no en función de la construcción de una plataforma productiva que realmente pueda competir con la innovación y la productividad de Asia. Al perder el liderazgo de la innovación tecnológica, Estados Unidos se quedó también sin la prioridad en el registro de patentes que dan vida a la manufactura moderna. El problema para México es que siguió ese ejemplo y desmanteló a la incipiente industria nacional que existía hasta el primer lustro de los años 80.
Existe un elemento adicional: las propias empresas trasnacionales de Estados Unidos no comparten la visión de su gobierno. La razón se encuentra en que la mayor parte de los beneficios del comercio internacional han sido para ellas, algo a lo que no desean renunciar. Por tanto, prefieren mantener una relación comercial con China que ceder ante Trump, situación no vista anteriormente.
Para México el mensaje es claro: la apertura comercial se modificará, hay una nueva tendencia en la globalización, incierta por naturaleza. El combate a la competencia desleal y al incumplimiento de los acuerdos comerciales que no se quiso dar hace años hoy es inevitable. El gobierno mexicano y los propios candidatos a la Presidencia de la República deberán tener un plan contingente para enfrentar la nueva realidad. Hay que ser claros: los aranceles que Estados Unidos impone en acero y aluminio corresponden a una guerra comercial que libra con China, de la cual México debe deslindarse.
El mundo y, particularmente México, pagan una factura por haber tomado una posición de tolerancia ante la competencia desleal y la sobreproducción global de hierro, acero y aluminio. Las negociaciones de los pasados cuatro años no inhibieron la estrategia de China, nación que tiene el objetivo de desarrollar su economía y para lo cual ha implementado una ambiciosa estrategia de política industrial que ha privilegiado el crecimiento de su industria siderúrgica, del aluminio y el cemento, pilares fundamentales sobre los cuales también ha construido una enorme capacidad industrial de tecnología avanzada.
Los aranceles a la exportación de acero y aluminio mexicano al vecino del norte no tienen justificación económica: en primera instancia, porque Estados Unidos mantiene un superávit estructural con México en fundición de acero, productos manufacturados de hierro y acero, así como en aluminio y sus manufacturas. En segundo término, porque la industria siderúrgica mexicana no recibe beneficios fiscales o de financiamiento por parte del gobierno.
Luis Arizmendi (LA) manifestó un acuerdo parcial con mis ideas descritas en las dos entregas anteriores. Añadió que si la fuerza de trabajo (FT) no se configura como mercancía, su consumo de valor es destrucción de valor y que mi postulado de igualdad entre valor de la FT y salario agrícola tiene sentido crítico y normativo; generaliza lo dicho por Marx sobre el salario por tiempo (ST) al salario por tiempo estacional (STE):
“Crítico por su negación, ya que la especificidad del trabajo campesino asalariado consiste en que esa igualdad no se cumple. En tanto, el trabajo campesino asalariado es trabajo discontinuo, recibe por pago una forma del ST: el STE… [en la que] no se le paga la jornada laboral anual sino [sólo] la estación en que trabaja. La conclusión es: la ley del trabajo campesino asalariado es la violación de la ley del valor en la relación capital-trabajo”. [Dice Marx en El Capital, EC, sobre el ST]: Si el salario por hora se fija de tal manera que el capitalista no se obliga a pagar un jornal, o un salario semanal, sino únicamente las horas de trabajo en las cuales tiene a bien ocupar al obrero... el capitalista puede arrancar al obrero determinada cantidad de plustrabajo sin concederle el tiempo de trabajo necesario para su auto-conservación... (páginas 664-665, tomo I, Siglo XXI editores). 
No sólo en España, Chile y Argentina, por ejemplo, se quitan monumentos y nombres de plazas y calles que recuerdan a dictadores y personajes con negro historial. También en el sur de Estados Unidos, donde no cierra la herida que dejó la Guerra de Secesión y hay quienes defienden las banderas, héroes y esculturas que glorifican a los esclavistas.
Por su parte en California se cuestiona el papel de los evangelizadores al imponer la nueva religión y apoyar la ocupación violenta de las tierras de los pueblos originarios, a quienes los colonizadores europeos calificaron de bárbaros. Varios monumentos celebran ese despojo.
Uno de ellos en San Francisco: Pionero se llama y parte de él fue la escultura denominada hasta hace poco Early Days. En ella se mostraba a un indio caído al que parece ayudar un misionero, mientras el clásico vaquero del oeste mira hacia el horizonte.
Diversos grupos que luchan contra la discriminación y por no reconocer más como triunfo lo que fue una sangrienta conquista, habían pedido retirarla por ser claramente racista. Finalmente, y por unanimidad, la Comisión de Arte de San Francisco dio la razón a los inconformes. Y porque Early Days promovía una ideología de supremacía blanca que ocasionó el genocidio de los pueblos originarios. Una placa explicará a los visitantes de Pionero el motivo que hubo para retirar Early Days.
Así como la revista mexicana Marvin se sale de las páginas impresas y digitales, para efectuar un esfuerzo independiente por traer a México buenos exponentes musicales, la publicación en línea Indie Rocks! (que además posee un foro) efectúa por tercer año consecutivo la Semana Indie Rocks!, que en previas ediciones ha traído, por ejemplo, a bandas y artistas internacionales de primer orden como Blonde Redhead, Thee Oh Sees, Suuns, Cibo Matto, !!!, Austra, entre otros. Este año, se refina aun más, y trae a grupos y solistas de lujo, de diversos perfiles musicales, con excelente gusto. Y además, se adelanta: antes, la Semana se llevaba a cabo en otoño; ahora ocurrirá del lunes 6 al sábado 9 de junio, con los siguientes artistas, en orden respectivo: Curtis Harding, Princess Nokia, Deerhoof, Antibalas, A Place to Bury Strangers y Zola Jesus. Todos, bastante recomendables. Hoy, la primera parte (conciertos a ocurrir del lunes al jueves).


El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, anunció ayer que a partir de hoy entra en vigor en su país un impuesto a las importaciones de acero (25 por ciento) y aluminio (10 por ciento) procedentes de México, Canadá y la Unión Europea. Se materializó así la amenaza de Donald Trump en el sentido de que impondría aranceles a tales materiales, sin esperar a que la renegociación en curso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se tradujera en resultados concretos.

¿La salud y la seguridad, cuándo?
Para los trabajadores del sector público de la salud es preocupante que durante las campañas a la Presidencia de la República (2018-2024) los candidatos no se hayan pronunciado acerca de cómo resolver los graves problemas por los que atraviesan el sector salud y la seguridad social.

Los muchachos que han salido a las calles a dar la cara por Nicaragua, nacieron a partir de los años 90, o en este mismo siglo, y por tanto la revolución que derrocó a Somoza es un hecho ignorado para muchos de ellos, o ha sido distorsionado por la propaganda oficial, lo que viene a ser lo mismo.

Doscientos años. Leída en el bicentenario del natalicio de Carlos Marx (1818-1883) la observación de B. Kunkel “que las muchas biografías de él evidencian la básica paradoja del marxismo: mientras las biografías narran las vidas de los individuos como portadores de ideas tratando a la historia sólo como un telón de fondo, el marxismo –el concepto materialista de la historia– se opone a leer al pasado como un asunto de individuos centrándose en el antagonismo de clases y las condiciones materiales de las que surgen las ideas” (bit.ly/2kcmXTB), ayuda a entender un par de cosas. Una, de por qué hasta ahora no hemos tenido una verdaderamente buena biografía de él. ¿Y la de F. Wheen? ¿Y la de J. Sperber? ¿O la más reciente de G. Stedman Jones? Cada una arroja algo, pero ninguna toca la totalidad (además de que las dos últimas le hacen un flaco favor de relegar sus ideas exclusivamente al siglo XIX [sic]). Otra, de por qué no hemos tenido ninguna que fuera escrita realmente en términos marxistas. Una que no sólo captaría el Zeitgeist de su época junto con lo complejo de sus ideas, sino que “‘de-enfatizaría’ al propio Marx” y dejaría que la historia hable. Yo digo que hace unas cuatro décadas perdimos una ocasión para un tomo así y que esta ocasión se llamaba Isaac Deutscher (1907-1967). Este gran historiador marxista polaco-británico, autor de la clásica trilogía sobre Trotsky (1954-63) fue efectivamente uno de los pocos marxistas que dominó a la perfección el arte de la biografía (siendo el otro quizás E. P. Thompson). Sabía encontrar un perfecto balance entre el individuo y la historia. Por ratos se iba incluso tanto por el lado de la segunda que por su biografía de Stalin (1949) dónde insistía en darle una explicación histórica –viendo también en él una de las inherentes contradicciones de la Revolución– le llovieron las críticas por querer exonerarlo. A la hora de su prematura muerte trabajaba en la biografía de Lenin (inacabada). De seguir una o dos décadas más con su biográfica cuenta regresiva –Stalin-Trotsky-Lenin-¿Luxemburgo?-¿Engels...?– ¿habría llegado a Marx?
El almirante Kurt W. Tidd, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, compareció el 15 de febrero de este año ante el Comité Senatorial de Fuerzas Armadas [Senate Armed Service Committee] de ese país, y para esa reunión elaboró un documento no clasificado [de acceso público], en el que presenta su posición respecto a condiciones, actores y variables actuales o posibles que afectan o están relacionadas con la seguridad y defensa [de Estados Unidos, obviamente] en el área bajo su responsabilidad que abarca 31 países de América Central, Sudamérica y el Caribe. El documento exhibe –detrás de la retórica de la supuesta defensa de la democracia, la ayuda humanitaria, la lucha contra las drogas y el terrorismo– las conocidas perspectivas imperialistas enraizadas históricamente en el Destino Manifiesto y, para el caso de nuestro continente, en la llamada Doctrina Monroe que, reconstituidas y remozadas, nutren las ideologías y los imaginarios de los grupos gobernantes actuales que consideran a Estados Unidos como la única nación indispensable, y se arrogan el derecho de intervención militar abierta o clandestina en el ámbito planetario para proteger sus intereses estratégicos y su seguridad nacional; esto es, el papel de policía del mundo. El jefe del Comando Sur expone ante el Comité del Senado: “Todos los días, nuestros hombres y mujeres trabajan para avalar nuestros enfoques sobre el Sur y construir una red de seguridad regional a partir de asociaciones inclusivas y basadas en principios. […] Dependemos de esta red para ayudar a mantener nuestra propia seguridad y defender nuestra tierra a profundidad”. No obstante, se queja de que son insuficientes los esfuerzos diplomáticos y en favor del desarrollo para mantener esa red, y que la percepción de sus aliados y competidores en el área [China, Rusia, Irán, Corea] es que Estados Unidos no está cumpliendo con sus compromisos, renunciando a su posición estratégica y sin tomar en cuenta seriamente los desafíos de la región. Por ello, sostiene que deben considerarse los riesgos de seguridad para seguir prevaleciendo como poder hegemónico en este hemisferio y evitar que una crisis disminuya la habilidad de Estados Unidos para encarar otros cometidos aún más importantes en el ámbito internacional. Advierte que no es deseable para su país abrir nuestro flanco sur a un rango variado de vulnerabilidades. El almirante descubre que América Latina es una región de tendencias contrastantes, a la vez positivas y preocupantes, con sociedades democráticas, modernas, diversas, con clases medias en aumento y con militares capaces y profesionales. Estas sociedades todavía enfrentan retos de gobernanza [sic], que incluyen corrupción política, metas de desarrollo no logradas, y niveles de violencia criminal impactantes, que crean espacios permisivos para actividades ilícitas de todo tipo: el extremismo global ha establecido una base reducida entre la población musulmana de América Latina, reclutando activistas para que realicen ataques; la inseguridad y las dificultades económicas continúan ocasionando un incremento de la migración y, claro, destaca Venezuela como un riesgo permanente por su inestabilidad interna, que puede ocasionar conmociones regionales significativas. En este contexto, el militar devenido en científico social de altos vuelos distingue una combinación de pruebas y amenazas que provienen de actores estatales y no estatales que conforman redes, como los traficantes de drogas, armas y personas; simpatizantes y militantes terroristas, así como lavadores de dinero, quienes –se señala– usan rutas comunes de ingreso a Estados Unidos y conducen todo tipo de operaciones en el territorio de ese país. Curiosamente, este jefe castrense considera que los cárteles del crimen organizado actúan como cualquier corporación trasnacional que, sin fronteras, diversifican, descentralizan y distribuyen franquicias para perpetrar sus acciones delictivas. Acorde al almirante, estas redes y sus efectos acumulativos, juegan un papel cardinal en el fortalecimiento de la corrupción e inseguridad, y en la erosión de la fe de los ciudadanos en la democracia y los valores democráticos básicos, especialmente en países con los niveles de violencia criminal más altos. El almirante Tidd advierte que su país se enfrenta, asimismo, a los desafíos tradicionales de actores estatales, y se lamenta de que China, Rusia e Irán están cortejando a los socios latinoamericanos y caribeños estratégicamente más importantes y apoyando regímenes antiestadunidenses autoritarios. De parte de China, preocupa su avance e influencia económica en la región, así como su tecnología en telecomunicaciones que puede usarse en la recolección de inteligencia. El papel cada vez más visible de Rusia en el hemisferio también intranquiliza, dadas sus capacidades cibernéticas y de inteligencia; molesta a los talantes imperiales, igualmente, que Moscú intente cambiar falsamente el ámbito informativo de América Latina mediante sus medios de información en español y, claro, no hace ninguna gracia a los militares estadunidenses el acceso progresivo a puertos y espacios logísticos, santuarios, en Cuba y Venezuela y, en suma, causa alarma una proyección de fuerza visible [de Rusia] en el hemisferio occidental. Las posibles actividades ilícitas de Corea del Norte en su región inquieta a los militares, al igual que la expansión de relaciones diplomáticas y comerciales de Irán.
La violencia que sufrimos, la criminal, oficial o social, se ha convertido en un problema estructural del país. Cada día surgen muestras más ominosas de la gravedad del problema y de la incapacidad gubernamental para contener su expansión y trascendencia. El gobierno de EPN no acepta que nada se acaba hasta que se acaba y se limita a lanzar frases épicas que se antojan ofensivas: la violencia es inaceptable y agregó que va a brindar condiciones de paz en el proceso electoral, El Financiero (25/05/18).
La ventaja en el proceso prelectoral es tan decisiva para el candidato del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, que los apostadores dan a ganar cinco pesos a cien por el resto de los participantes que le juegan a ganar a lo imprevisto. Tan es así, que entre el resto de sus competidores unidos no lo alcanzan ni en esa forma.

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