En la presente década disminuyó
sensiblemente el tránsito de pasajeros por la terminal aérea mexiquense,
pero ésta sigue siendo un centro de reunión de la élite política con
los más poderosos magnates del país. No sólo es que sus caminos se
crucen entre un vuelo y otro: desde la modernización del AIT en la
administración estatal de Peña Nieto, han realizado negocios ahí los
amigos empresarios del presidente de la República, sus primos y uno de
sus compadres, en los que han participado funcionarios que acompañan
desde entonces al mandatario.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Al frente del gobierno del Estado de
México, Enrique Peña Nieto “modernizó” el Aeropuerto Internacional de
Toluca (AIT) a su modo: se asoció de manera discrecional con la empresa
de origen español OHL, otorgó contratos a la familia San Román y
permitió el surgimiento de Eolo Plus, la empresa de taxis aéreos de Juan
Armando Hinojosa Cantú.
Ya en la Presidencia de la República, Peña Nieto estuvo marcado por
sonados casos de corrupción que implicaron a OHL, a la que otorgó
contratos de obra pública y es investigada en España por sus operaciones
en México; a los San Román, entre cuyos miembros figura su compadre
Roberto, y a Hinojosa Cantú, que construyó y financió la llamada Casa
Blanca del mandatario y su esposa.
La promesa de la modernización del AIT surgió durante el sexenio de
Arturo Montiel Rojas y se concretó a partir de 2006. Pretendía convertir
esa terminal aérea en una alternativa al Aeropuerto Internacional de la
Ciudad de México (AICM). Más de una década después, el fracaso es
evidente: en 2017 el aeropuerto de Toluca sirvió sólo a 667 mil
pasajeros, 85% menos que en 2008, cuando transitaron por él más de 4
millones 110 mil.
El aeropuerto cuenta actualmente con una terminal de 28 mil metros cuadrados, 26 puertas de abordaje, un estacionamiento para más de 2 mil vehículos, la pista de aterrizaje más larga del país y una capacidad instalada que podría atender hasta 8 millones de pasajeros al año.
Si bien la terminal permanece prácticamente vacía durante la mayor
parte del año –excepto en periodos vacacionales–, la zona de hangares
privados tiene una intensa actividad: en sus salones VIP, centros de
negocios y cafeterías se mezclan los integrantes de las cúpulas del
poder empresarial y político del país.
Son dueños de jets privados o clientes de las empresas de taxis
aéreos que operan en Toluca. Entre ellos, Carlos Slim Helú, Ricardo
Salinas Pliego, Carlos Salinas de Gortari, Carlos Hank Rhon, Claudio X.
González, María Asunción Aramburuzabala, Emilio Azcárraga Jean y Juan
Armando Hinojosa Cantú, pero también Miguel Ángel Osorio Chong, Emilio
Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, Rosario Robles Berlanga,
Margarita Zavala…
México es el segundo país con la mayor cantidad de jets privados –con
950, detrás de Estados Unidos– y el tercero en helicópteros, después de
Estados Unidos y Brasil.
En uno de los lugares más desiguales del mundo, donde la mitad de la
población se encuentra en situación de pobreza, existe una importante
clientela dispuesta a desembolsar más de 100 mil pesos en un viaje. Y
Toluca se convirtió en su principal punto de despegue.
Amiguismo
La idea de privatizar el AIT, un modesto aeropuerto inaugurado por el
entonces gobernador Alfredo del Mazo González en 1984, se puso en
marcha a principios de la década pasada, durante la presidencia de
Vicente Fox y con Montiel en el gobierno mexiquense.
En un primer paso, el gobierno estatal conformó la empresa privada
Administradora Mexiquense del Aeropuerto Internacional de Toluca (AMAIT)
en diciembre de 2003 y compartió sus acciones con Aeropuertos y
Servicios Auxiliares (ASA), dependiente de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes (SCT) federal.
El 16 de noviembre de 2005, dos meses después de la toma de posesión
de Enrique Peña Nieto como gobernador, el nuevo consejo de
administración de la AMAIT sesionó por primera vez. Lo integraban
Gerardo Ruiz Esparza –actual titular de la SCT–, Luis Videgaray Caso y
Francisco González Ortiz Mena –ahora director general adjunta de banca
de inversión en Banobras–, entre otros.
Ese día el consejo de administración modificó los estatutos sociales
de la empresa “a fin de dar participación del sector privado en el
capital social”. Dividió el capital en tres tipos de acciones: puso a la
venta 49% de las participaciones a un actor privado, mientras que el
gobierno mexiquense y ASA se repartieron el 51% restante.
El gobierno de Peña Nieto decidió de manera discrecional la entrada
de OHL en el capital de la empresa. La eligió “después de una
evaluación” y la constructora de origen español “ratificó su interés por
suscribir y pagar el remanente de acciones”, según informó ASA en
septiembre de 2006.
El 6 de junio del mismo año la SCT otorgó la concesión del aeropuerto
a la AMAIT y el día 29 OHL adquirió 480 millones de acciones de la
AMAIT, con lo que se convirtió en el accionista principal de la empresa.
A partir de ese momento, cada vez que se han reunido los 10
integrantes del consejo de administración de la AMAIT, se sentaron a la
mesa altos funcionarios de la administración mexiquense, de ASA y los
directivos de OHL, entre ellos José Andrés de Oteyza Fernández, José
Luis Osuna Gómez, Pablo Wallentin Crawford y Carlos Ruiz Sacristán
–quien fue titular de la SCT en el gobierno de Ernesto Zedillo–, según
las actas de la AMAIT que Proceso consultó en el Registro Público del
Comercio.
De acuerdo con los estatutos de la AMAIT, el titular en turno de la
SCT mexiquense preside el consejo de administración de la empresa, en el
que entre otras cosas se decide el reparto de dividendos a los
accionistas. En otras palabras: durante cinco años, en las sesiones del
consejo, Ruiz Esparza y directivos de OHL hablaron de dinero.
En España esa empresa es investigada por presuntos actos de
corrupción perpetrados tanto en la península ibérica como en México,
particularmente por los contratos de obra y las concesiones de
carreteras que obtuvo de la SCT en las administraciones estatal y
federal de Peña Nieto.
Las acusaciones se basan en señalamientos de que OHL obtuvo
información privilegiada y accesos directos a las secretarías federales a
cambio de otorgar “favores” a funcionarios.
En distintas pláticas telefónicas –intervenidas y publicadas en
internet–, De Oteyza y Wallentin mencionaron las estancias de
funcionarios y exfuncionarios mexiquenses en el hotel Fairmont Mayakoba,
en Cancún, que pertenece a la empresa. Entre los personajes
involucrados destacaron Gerardo Ruiz Esparza y Apolinar Mena Vargas,
quienes fueron titulares de la SCT mexiquense y presidieron el consejo
de administración de la AMAIT.
El reportero Álvaro Delgado documentó en este semanario que OHL pagó
las vacaciones de Arturo Montiel Yáñez, el hijo del exgobernador Arturo
Montiel, quien otorgó a la empresa española sus primeras concesiones en
la entidad, y de Luis Enrique Miranda Nava, quien formó parte del primer
consejo de administración de la AMAIT en el gobierno de Montiel.
El estatuto de Sociedad Anónima de Capital Variable garantiza que la
AMAIT opere con opacidad y discrecionalidad. A pesar de que ASA es
accionista de la empresa, se resistió a responder decenas de solicitudes
de información que le envió Proceso, con el argumento de que la empresa
tiene una razón social distinta a la suya.
Los negocios del compadre
Una visita al aeropuerto de Toluca confirma que se encuentra en
evidente subocupación. El estacionamiento de cuatro pisos y 2 mil
plazas, fuera del recinto, se ve aún más vacío.
Su ampliación se decidió el 4 de abril de 2008, en plena
administración estatal de Peña Nieto. Ese día, el consejo de
administración de la AMAIT contrató a la empresa Constructora y
Urbanizadora Ixtapan S.A. (CUISA), propiedad de la familia San Román,
para erigir lo que se convirtió años después en un elefante blanco.
Apenas ocho días más tarde, en el mismo abril de 2008, la SCT
mexiquense a cargo de Ruiz Esparza declaró a OHL ganadora en el concurso
público para construir y operar el Viaducto Bicentenario, un
megaproyecto del sexenio mexiquense de Peña Nieto.
El contrato del Viaducto Bicentenario obligaba OHL a adquirir dos
barreras móviles que permitieran modificar el sentido de la circulación
vehicular. La empresa española compró estas máquinas por el doble de su
precio de mercado a una empresa de la que era socio Ricardo San Román
Dunne, como reveló el equipo de investigación de Carmen Aristegui en
octubre de 2016.
Los lazos de los San Román con Peña Nieto van más allá de lo
profesional: Roberto San Román Dunne es compadre del mandatario –es
padrino de comunión de su hija Paulina Peña Pretelini– y el presidente
suele jugar en el exclusivo Club de Golf Gran Reserva de Ixtapan de la
Sal.
Ese club pertenece a la familia mexiquense y en 2005 el mandatario le
compró una casa de 850 metros cuadrados por 5.6 millones de pesos,
según reportó The Wall Street Journal.
Durante los primeros dos años de la presidencia de Peña Nieto, la SCT
otorgó 13 contratos a CUISA por un monto total superior a 633 millones
de pesos, de acuerdo con una revisión exhaustiva de la plataforma de
compras públicas Compranet y al Portal de Obligaciones de Transparencia.
A partir de 2015, sin embargo, ninguna de las 23 empresas de los San
Román que identificó Proceso en el Registro Público del Comercio obtuvo
de manera directa un contrato de obra federal.
Roberto San Román Dunne voló con sus hijas desde el aeropuerto de San
Diego, en California, hacia la capital mexiquense el 14 de agosto de
2017. En el LearJet 45, propiedad de la empresa Servicios Aéreos Mafrar,
viajaba también Nicole Peña Pretelini, una de las hijas del mandatario,
según consta en la bitácora de vuelo consultada en la Comandancia del
AIT.
Viajeros frecuentes
En los últimos cinco años, más de 574 aviones y helicópteros de
aviación ejecutiva tuvieron a Toluca como base de operación –aunque
muchas de las aeronaves cambiaron de matrícula–, indicó la SCT a este
semanario en respuesta a una solicitud de información.
En enero de 1994, cuando Carlos Salinas de Gortari dio los primeros
pasos para reducir las operaciones de aviación ejecutiva en el AICM, las
empresas de taxis aéreos trasladaron sus operaciones a Toluca y se
llevaron a su exclusiva clientela. El AIT se convirtió en un centro de
poder donde conviven millonarios y políticos del primer círculo.
Antes de crear Eolo Plus, el 24 de mayo de 2006, Hinojosa Cantú no
tenía vínculos conocidos con la aviación. Al concluir el gobierno
estatal de Peña Nieto, el empresario tamaulipeco controlaba uno de los
hangares más imponentes del AIT –tres veces más grande que los normales,
según fotografías satelitales– y se había convertido en uno de los
mayores prestadores de servicios para las empresas de taxis aéreos
(Operadores de Base Fija).
Además de Eolo Plus, las empresas Servicios Aéreos Estrella (SAE) –de
Estrella Baz Ceniceros– y Servicios Integrales de Aviación (Flymex), de
Alberto Abed Schekaiban –expropietario de Transportes Aéreos Ejecutivos
(TAESA) y vinculado con la élite mexiquense– operan los hangares más
importantes.
En junio de 2017, días después de que Alfredo del Mazo Maza –primo de
Peña Nieto– ganara la gubernatura del Estado de México, Abed organizó
una reunión privada en la frialdad del hangar 22, ocupado por Flymex.
En los hangares del AIT suelen organizarse fiestas, confirmaron a
este semanario un extrabajador del aeropuerto y un piloto, pero la que
se menciona se celebró bajo las lámparas de neón y en mesas instaladas
en medio de las aeronaves. Fue una reunión especial a la que acudieron
Miguel Ángel Osorio Chong –entonces secretario de Gobernación–, Emilio
Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, Claudia Pavlovich y otros
integrantes de la cúpula del PRI.
Esos cuatro personajes son clientes comunes de las empresas de taxis
aéreos con base en Toluca. Sus nombres aparecieron con cierta frecuencia
en las bitácoras de vuelo consultadas.
La SCT agrupa las bitácoras de cada día en paquetes de decenas de
hojas, que guarda por mes en cajas de cartón, que a su vez contienen
miles de páginas. Los documentos todavía no están digitalizados y sólo
algunos vuelos internacionales contienen información sobre los
pasajeros, por lo que este semanario realizó una búsqueda aleatoria en
los archivos.
De esta búsqueda destacó que al menos en dos ocasiones, cuando era
secretario de Gobernación, Osorio Chong viajó a las Bahamas, un
archipiélago ubicado entre Miami y Cuba, que además de ofrecer paisajes
idílicos y servicios turísticos de lujo, es un reconocido paraíso
fiscal.
Uno de ellos lo realizó el viernes 10 de abril de 2015 en la aeronave
XA-NJM, operada por Aerolíneas Hidalgo, y otro el jueves 12 de enero de
2017 en el avión XA-BOM, operado por la empresa Servicios Aéreos del
Altiplano, que utilizó también Hinojosa Cantú por lo menos una vez.
Beltrones, por su parte, suele viajar con su familia –su hija, la
diputada y actual aspirante a senadora Sylvana Beltrones, su yerno el
senador Pablo Escudero Morales, del PVEM, y más– en el Bombardier CL-600
con matrícula XA-UWR, operado por la empresa Servicios de Taxi Aéreo.
En enero de 2017 viajó a Toluca desde Miami y en agosto pasado voló a
New Jersey.
Según las mismas bitácoras, el expresidente Carlos Salinas de Gortari
vuela a menudo en el Cessna 680 con matrícula XA-CAR de la empresa
Servicios Aéreos Across; Felipe Calderón y Margarita Zavala viajaron en
el XA-FLM de Avemex, y Alfredo del Mazo Maza en el N158R perteneciente a
la empresa Strong Tower Services.
Los integrantes de la élite empresarial tienen sus propios aviones,
registrados en empresas de taxis aéreos. La familia Hank tiene por lo
menos dos aeronaves Gulfstream a nombre de la empresa Operadora de
Vuelos Ejecutivos. Carlos Slim Helú tiene cuatro aviones en Aerofrisco.
Salinas Pliego vuela en un Gulfstream de Aerotaxis Metropolitanos y
Claudio X. González vuela en dos aviones en la empresa Taxi Aéreo de
México.
El 20 de abril de 2015, José Antonio Kuribreña Arbide –primo del
candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña– voló a Houston con
Carlos Emilio Salinas Occeli –hijo de Carlos Salinas de Gortari–, el
empresario petrolero Alberto Bessoudo Sustiel y socios de Crédito Real.
El 4 de enero de 2013 Eruviel Ávila Villegas, entonces gobernador del
Estado de México, voló hacia el aeropuerto de Nueva Orleáns en el
Bombardier XA-OVR de Corporación Aeroángeles, que pertenece al magnate
Olegario Vázquez Raña. Junto con el mandatario viajaba José Miguel
Bejos, empresario cercano de Peña Nieto y tío del priista mexiquense
Francisco Javier García Bejos, entonces director general del AIT.
Por otra parte, el gobierno de Peña Nieto reconoció ante el Grupo de
Acción Financiera (Gafi) que el AIT es el aeropuerto donde se reportó el
mayor número de contrabando de efectivo y de cheques. Entre 2014 y
2017, indicó, se reportaron 161 de estos “incidentes críticos” en el
AIT, tres veces más que en Guadalajara y cuatro más que en el AICM.
Desde 2005 las autoridades federales confiscaron en el AIT 1 millón
225 mil dólares, otros 48 millones 157 mil pesos y cheques por 1 millón
625 mil pesos, así como tres kilos de cocaína y medio centenar de kilos
de mariguana, informaron la Procuraduría General de la República y la
Policía Federal en respuesta a solicitudes de información de este
semanario.
Este reportaje se publicó el 27 de mayo de 2018 en la edición 2169 de la revista Proceso.
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