Dulce Olvera
Los mandatarios Manuel Velasco Coello en Chiapas y Miguel Ángel Yunes Linares en Veracruz heredan la deuda estatal más alta entre los nueve estados que renovarán Gobernador: 6.70 por ciento de su PIB y 4.90 por ciento de su PIB, en cada caso.
El mandatario Graco Ramírez Abreu en Morelos, aunque la deja aún por debajo del nivel nacional (2.60 por ciento del PIBE), casi la duplicó durante su gestión. Un análisis de México, ¿Cómo Vamos? revela que las deudas de Chiapas y Morelos no se ven reflejadas en inversión productiva como lo exige la Ley de Disciplina Financiera. Además, de acuerdo con el CIEP, el costo de la deuda estatal ha crecido 27.9 por ciento de 2015 a 2017 por lo que los siguientes gobiernos y ciudadanos se verán afectados.
Medidas como monto, las deudas estatales de los nueve gobiernos salientes acumulan un total de casi 204 mil millones de pesos, similar a los 212 mil millones de pesos que cuesta, hasta estos momentos, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).– Las nueve entidades con
gobernadores salientes deben un total acumulado de 203 mil 900 millones
de pesos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP). Esta cifra casi equipara los 212 mil millones de pesos
que, hasta el momento, se calcula costará el Nuevo Aeropuerto
Internacional de México (NAIM), la obra estrella de infraestructura del
sexenio de Enrique Peña Nieto, con base en el cálculo de la Comisión de
Seguimiento del Congreso de la Unión.
Aunque no se refleja en gasto eficiente, los gobiernos de Manuel
Velasco Coello (PVEM) en Chiapas y de Miguel Ángel Yunes Linares
(PAN-PRD) en Veracruz son los que dejan el nivel de la deuda pública
estatal en rojo, revela el semáforo de la organización México, ¿Cómo
vamos? con datos al cierre de 2017.
En semáforo amarillo –por estar su saldo de deuda por debajo del
promedio nacional del 3 por ciento del PIB– están Morelos (PRD), la
entidad que casi duplicó su endeudamiento, Ciudad de México (PRD),
Jalisco (PRI), Yucatán (PRI), Puebla (PAN) y Tabasco (PRD). Solo
Guanajuato (PAN) reporta una disminución y deuda menor a la nivel
nacional, por lo que es el quinto estado con la deuda pública como
porcentaje del PIBE más baja del país.
Por la Ley de Disciplinaria Financiera, el nivel de endeudamiento
estatal bajó un 10.9 por ciento de 2015 a 2017. Pero el costo de la
deuda ha crecido de “manera alarmante”: 27.9 por ciento en el mismo
periodo, porque las tasas de interés aumentaron de 5.5 a 8.1 por ciento y
eso “afecta” a los estados.
“Si cada vez se destinan más recursos para el pago de la deuda, eso tiene que limitar los proyectos sociales, la inversión pública y son los ciudadanos quienes están perdiendo”, aseguró el investigador Kristóbal Meléndez del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“Estas entidades federativas que se encuentran endeudadas y que van a
cambiar Gobernador, como todas, tendrán un efecto importante en la tasa
de interés; les va a pegar bastante. Habrá que ver cómo seguirá
creciendo por los impactos externos y las medidas internas”, dijo el
autor del texto “Deuda estatal al cierre de 2017”.
El Banco de México (Banxico) mantuvo la tasa de interés en 7.50 por
ciento hace dos semanas, tras una última alza de febrero que la llevó a
un máximo de más de nueve años con el fin de frenar la inflación por
ahora en un 4.46 por ciento, aún por arriba de lo deseado.
“La alarma sería si el Banxico mantiene las tasas de interés en un nivel en el cual los estados puedan liquidar sus deudas, porque si siguen incrementando entonces no sería cuestión de los gobernadores entrantes, sino del mercado”, determinó Meléndez.
De acuerdo con datos al cierre de 2017, como muestra la gráfica,
Chiapas tiene una deuda de 6.70 por ciento de su PIB en comparación con
el 6 por ciento de la administración pasada de Juan Sabines y su tasa de
interés ronda en 8.3 por ciento. Veracruz adeuda un 4.90 por ciento del
PIBE frente al 5.10 por ciento de Javier Duarte de Ochoa, encarcelado
por enriquecimiento ilícito. Ambas entidades están por arriba del
promedio nacional de endeudamiento de 3 por ciento del PIBE.
Aunque Morelos de Graco Ramírez Abreu está en alerta amarilla porque
debe menos del promedio nacional (el 2.60 por ciento de su PIBE), es más
que el 1.60 por ciento de su antecesor Marco Adame Castillo y su tasa
de interés anda entre las más altas con 8.7 por ciento.
En el caso de la Ciudad de México, la administración de Miguel Ángel
Mancera acumuló un endeudamiento de 2.50 por ciento del PIB frente al
2.40 por ciento de Marcelo Ebrard Casaubón; Jalisco, con el priista
Aristóteles Sandoval Díaz a la cabeza, reportó 2.20 por ciento del PIB,
menos del 2.70 por ciento del de su antecesor el panista Emilio González
Márquez, y en Yucatán, gobernado actualmente por el priista Rolando
Zapata Bello, acumuló un 1.50 por ciento del PIB frente al 1.10 por
ciento de la también priista Ivonne Ortega Pacheco, a quien sucedió en
el cargo.
En Puebla, con el panista José Antonio Galí Fayad al frente, el nivel
de endeudamiento se reportó en 1.30 por ciento del PIB frente al 1.40
por ciento de su antecesor, el también panista Rafael Moreno Valle
Rosas; en el Tabasco del perredista Arturo Núñez Jiménez se debe 0.90
por ciento del PIB, un nivel similar al dejó el priista Andrés Granier
Melo, quien el 1 de marzo de este año fue condenado a 11 años de
prisión por peculado, y en Guanajuato, gobernado por el panista Miguel
Márquez Márquez, la deuda alcanza un 0.90 por ciento de su PIB, menos
que el 1.40 por ciento de su antecesor: el también panista Juan Manuel
Oliva Ramírez.
Valeria Moy, directora de México, ¿Cómo Vamos?, enfatizó durante la
presentación del análisis de semáforo estatal electoral que los estados
de Tabasco, Veracruz y Yucatán “tienen un largo camino por recorrer”, ya
que además de su nivel de endeudamiento dejan grandes retos en la
generación de empleo formal, la productividad laboral y el crecimiento
económico.
En contraste, la economía de Guanajuato –desde 2012 cuando el actual
Gobernador saliente entró en funciones– ha crecido en promedio 5 por
ciento anual (más que el nacional), sobre todo en el sector
manufacturero (principalmente en la rama automotriz) en la zona de El
Bajío. Además, durante 2017 fue el sexto estado con mayores flujos de
Inversión Extranjera Directa (IED) al recibir más de 8 mil millones de
dólares y la informalidad bajó de 59.8 a 52.1 por ciento de los
trabajadores, similar al nivel nacional.
Para Kristóbal Meléndez, investigador del CIEP, los 32 estados han
hecho “un esfuerzo” por disminuir el monto de la deuda ante la Ley de
Disciplina Financiera, una media que busca evitar que los estados se
endeuden en gasto corriente en vez de en inversión productiva y que
“premia” a los que tienen un nivel de endeudamiento menor con dar la
posibilidad de obtener mayores recursos públicos para el rubro de
inversión.
Entre los estados en elecciones para Gobernador, según los criterios
de la Secretaría de Hacienda, Veracruz y Chiapas son las entidades que
tienen un nivel de endeudamiento “intermedio” al ser superior al 4 por
ciento del PIB. El investigador expuso que “es un nivel en observación” y
“razonable”, pero estos criterios, detalló, “son muy amplios” y
flexibles con las entidades federativas.
“Este año fue muy difícil para algunas entidades porque entró en
vigor que tienen que hacer los presupuestos de egresos estatales
sostenible, es decir, que todo el gasto debía estar respaldado con
ingresos y ya no se podía estar financiando constantemente, como se
venía haciendo, con deuda”, explicó Meléndez.
CHIAPAS Y VERACRUZ, EN ROJO…
Chiapas, con más de 5 millones de habitantes, “no solo continúa
siendo uno de los estados más rezagados del país, sino que los
indicadores muestran que la situación económica empeoró”, determinó
México, ¿Cómo Vamos? en su semáforo estatal electoral.
La entidad sureña con un alto nivel de pobreza ha sido uno de los
tres estados que han decrecido en promedio en los últimos cinco años, a
un ritmo de -0.2 por ciento promedio anual y, aunque fue promesa del
mandatario Manuel Velasco, entre 2013 y 2017 el estado atrajo flujos de
Inversión Extranjera Directa solo por 805.7 millones de dólares, el 0.5
por ciento de la IED que recibió el país en ese periodo.
En ese marco, se convirtió en el cuarto estado con mayor informalidad
al haber más de 89 mil trabajadores sin acceso a seguridad social y a
finales de 2017, siete de cada 10 chiapanecos no podían adquirir la
canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar,
destacó la organización.
“Aunque la deuda se redujo como proporción del PIBE, la eficiencia en el gasto público para atender los retos económicos y sociales ha dejado mucho que desear. Únicamente en 2016 –el último año para el que se tienen datos –, mientras se había aprobado un gasto por 12.4 millones de pesos en comunicación social, el ejercido fue superior en 3 mil 141 por ciento; se destinaron casi 400.5 millones de pesos a publicidad oficial. Por el contrario, a pesar de que se esperaban destinar 4 mil 315 millones de pesos a inversión pública, el monto efectivamente destinado a este rubro fue 70 por ciento menor, de apenas mil 286 millones”, expuso el thin tank en su análisis.
En el caso de Veracruz, sangrado por la administración del ex priista
Javier Duarte, el nivel de deuda sigue alto pese a que bajó 0.30 por
ciento del PIBE durante la gestión de Miguel Ángel Yunes Linares.
En una entidad donde el 62 por ciento de sus trabajadores labora en
la informalidad sin acceso a servicios sociales y el 54 por ciento no
puede comprar la canasta básica con sus ingresos laborales, considerando
la deuda per cápita, es el séptimo estado más endeudado a nivel
nacional, ya que cada veracruzano debe 5 mil 919 pesos al cierre de
2017, y es el quinto con mayor costo de deuda, de acuerdo con datos
oficiales destacados por el Centro de Investigación Económica y
Presupuestaria (CIEP).
… Y EN AMARILLO: MORELOS Y CDMX
Morelos se convirtió en un estado con endeudamiento público
ineficiente durante el gobierno del perredista Graco Ramírez Abreu,
quien de acuerdo con las encuestas locales será sucedido por el ex
futbolista y Alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco.
“Aunque la finalidad de la deuda pública debe ser incrementar la capacidad productiva de la economía, llevando a mejoras para la población en términos de empleo, niveles de pobreza, productividad, entre otras, Morelos ha mostrado un continuo deterioro en las finanzas públicas estatales sin beneficios tangibles para los morelenses durante la actual administración”, expuso México, ¿Cómo Vamos?.
En tan solo cinco años, documentó con cifras oficiales, la deuda
pública como proporción del PIB estatal creció en 1 punto porcentual, al
pasar de 1.6 a 2.6 por ciento del PIBE; fue el cuarto estado con el
mayor crecimiento en la deuda pública como porcentaje del PIBE en el
periodo, únicamente después de Chihuahua, Oaxaca y Sonora.
Medida por monto, el Gobernador recibió al estado con un saldo de la
deuda de 2 mil 944 millones de pesos y al cierre de 2017 el valor
ascendía a 5 mil 845 millones de pesos. Desde el punto de vista per
cápita, la deuda pública por cada habitante de Morelos pasó de mil 588
pesos a casi 3 mil.
Pese a ello, la proporción de sus habitantes que no pueden adquirir
la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su
hogar se incrementó en 4.6 puntos porcentuales, de 47 a 51.6 por ciento y
fue el sexto con mayor crecimiento en pobreza laboral.
La Ciudad de México, al tener la economía más grande del país, reporta un saldo de su deuda pública de 2.5 por ciento, que es relativamente baja, consideró México, ¿Cómo Vamos? Sin embargo es el estado más endeudado en términos absolutos: al final de 2017, el monto fue por casi 78 mil millones de pesos y la deuda creció en 32 por ciento desde 2012 cuando arrancó la gestión.
Aunque recibe uno de cada 5 dólares de la Inversión Extranjera
Directa para el país, tiene dos de los municipios con menor porcentaje
de pobreza a nivel nacional (Benito Juárez y Miguel Hidalgo), pero
también dos con el mayor número de personas en esa situación (Iztapalapa
y Gustavo A. Madero), destacó la organización.
La capital del país fue es el estado con el mayor número de empleos
formales generados en los últimos cinco años (casi 566 mil), por lo que
la tasa de informalidad bajó de 49.6 a 47.7 por ciento de la población
trabajadora.
Pero de 2012 a 2017 fue la segunda entidad solo después de Veracruz
donde más se elevó la proporción de la población que no puede adquirir
la canasta alimentaria con el ingreso de su empleo. El porcentaje pasó
de 29.5 a 37.9 por ciento.
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