5/30/2018

Los periodistas pal café. . .


El talón de Aquiles del lopezobradorismo siempre ha estado en la representación partidista en las mesas receptoras de votación. O, para ser más precisos, en sus estructuras electorales partidistas en general (antes, en el PRD; ahora en Morena, con las alianzas o coaliciones de cada momento). A pesar de la innegable fuerza social que en los actos de campaña tiende a mostrar la opción encabezada por el político de Macuspana, a la hora de las urnas tal vigor y numerosidad no han tenido suficiente representación.
Hay dos factores que ayudan a explicar esa distorsión clave. Por un lado, los pleitos entre los grupos, que se pelean el control del dinero y la representación electorales, suelen obstruir la acreditación de quienes no forman parte de sus facciones e incluso, de una manera irónica, suelen rechazar a quienes de manera honesta y voluntaria, pero sin grupo, desean promover y defender el voto en favor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En esta ocasión el jefe de Morena ha decidido que dos de sus hijos se encarguen directamente de las tareas de acción electoral; uno, como responsable nacional, y otro en la capital del país, en una estrategia encaminada a una dosificada sucesión familiar en el creciente partido.
Por otra parte, los adversarios del lopezobradorismo que han tenido capacidad de infiltración económica (Fox, en 2006; Calderón, en 2012, y Peña Nieto, en 2018) han hecho y hacen todo para comprar la voluntad omisa o abiertamente complicitaria de cuanto representante ante casillas o representante general han podido. La estrategia, como parece estar sucediendo en esta ocasión, no solamente busca aumentar de manera tan artificial como notable la votación en favor de determinado candidato, o reducirla también de manera significativa. Un manejo ponderado de cifras puede llevar a desarrollar una estrategia de fraude electoral mediante el incremento o disminución de los números oficiales de cada mesa de votación en términos aparentemente moderados, aceptables, que en un conteo global sí signifiquen una modificación sustancial de las tendencias originales.
Ayer, la comisión de asesoría electoral del partido que lidera todas las encuestas de opinión generalmente aceptadas, hizo saber que tiene ya un ejército electoral de unas 640 mil personas. Dicha comisión se ha integrado de manera peculiar: están los ex panistas Germán Martínez (coautor del fraude electoral de 2006 en favor de Felipe Calderón), Gabriela Cuevas (tramposa pagadora de la fianza que evitó a AMLO verse en la cárcel, luego de ser desaforado como jefe del Gobierno capitalino) y José María Martínez (jalisciense de ultraderecha).
También están en esa asesoría algunos partícipes de luchas anteriores del lopezobradorismo: el constitucionalista Jaime Cárdenas Gracia (quien no se ha ahorrado críticas a algunos aspectos polémicos generados en la actual campaña), el también ex consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral Jesús Cantú, y Horacio Duarte, representante ante el instituto en 2006, al igual que ahora.
A ese mosaico se ha agregado el abogado Santiago Nieto Castillo, quien fue destituido de manera arbitraria e ilegal de la fiscalía para asuntos electorales por la administración peñista, rabiosamente decidida a impedir que se continuara y ahondara en las investigaciones sobre el caso Oderecht y su impacto corruptor en la campaña presidencial priísta de 2012 y en la asignación de contratos de compensación durante el paso de Emilio Lozoya por la dirección de Petróleos Mexicanos.
En la conferencia de prensa que ofrecieron algunos de los integrantes de esa comisión electoral se insistió en dos factores preocupantes: el manejo faccioso de los recursos públicos asistenciales, en la línea ya clásica de la conversión de la pobreza en oportunidad de ayuda gubernamental canjeable por votos, y la intervención cada vez más abierta de los gobernadores de los estados, controladores y operadores de los programas asistenciales y suministradores de fondos públicos para las campañas de sus preferencias.
El verdadero presidente ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, Marco Antonio Baños (consejero electoral negociado en su momento como parte de la cuota del PRI), dio a conocer, junto con el también consejero Benito Nacif, que la candidatura de Nestora Salgado al Senado, a nombre del partido Morena, está firme en su etapa actual y que, en caso de triunfar, se revisará el punto específico de su nacionalidad estadunidense, que no reportó en su solicitud de inscripción para el proceso electoral.
Un juez federal, por su parte, se declaró incompetente para atender la demanda por daño moral presentada por la misma Nestora contra el candidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, luego que éste la llamó secuestradora. El asunto, indicó el juez de distrito, debe tramitarse en el fuero común y no en el federal.
Astillas
Más que El Bronco (apodo francamente en escandalosa decadencia), Jaime Rodríguez Calderón debería ser llamado El Manco, en justa consonancia con su ocurrencia planteada en el primer debate entre candidatos presidenciales, en el sentido de cortar las manos a quienes cometieran robos y fraudes (en su caso, es acusado de delitos que se habrían realizado en el proceso de recolección de firmas para su postulación independiente)... Que dice René Juárez, el guerrerense a cargo del PRI, que José Antonio Meade llegará al tercer debate entre candidatos en segundo lugar de las preferencias electorales. Ya algunas empresas encuestadoras caminan en ese sentido... Germán Larrea se ha sumado a las voces que piden a los mexicanos que no se dejen llevar por el enojo (la autoflagelación, diría un clásico) a la hora de votar, y que eviten tender al populismo. El segundo hombre más rico de México, que no destinó recursos a la recuperación de los cuerpos de mineros sepultados en Pasta de Conchos, prefiere el hipismo: le pertenece 40 por ciento de los caballos pura sangre que corren en el Hipódromo de las Américas (https://goo.gl/AycS5f )... ¡Hasta mañana!

Foto
El fracaso del canciller Luis Videgaray y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, para conseguir un renovado Tratado de Libre Comercio, así como la fortaleza del dólar, hicieron caer nuevamente al peso, que se colocó en 20.20 por cada billete verde en ventanillas de los bancos, como promedio. La devaluación de nuestra moneda a lo largo del sexenio de Peña Nieto alcanza ya 57.19 por ciento (ver gráfica). No prosperó la política del tequilita con el yerno de Trump, Jared Kushner. Fueron en vano las constantes humillaciones y desaires. El Washington Post hace burla del trabajo sucio que rindieron a Trump en materia de deportación de centroamericanos. El tratado se va a 2019 y será tema del nuevo presidente de México.
Populismo
Algunos empresarios han comenzado una campaña de miedo contra el populismo. Ayer se sumó el presidente del Grupo México, Germán Larrea, minero a quien la revista Forbes atribuye una fortuna de 13 mil 800 millones de dólares. En una extensa carta, con obvias referencias a Andrés Manuel López Obrador, dice que la empresa tomará medidas precautorias, como el ahorro, el desendeudamiento en dólares y la cautela de nuestras inversiones futuras, para asegurar la salud de la empresa y la seguridad de sus empleados. Les recomiendo tomen ustedes las mismas medidas en el cuidado de su gasto familiar.
¿Por qué se desendeuda en dólares una empresa? Porque teme una devaluación del peso. Es una amenaza sutil, anuncia una fuga de capitales. Sin embargo, el peso ya está superdevaluado, de eso se encargó Peña Nieto. Por otro lado, Grupo México es una minera que exporta en dólares, una mayor devaluación no sería por defender a la patria del populismo, sino para ganar más dinero.
AMLO
Andrés Manuel López Obrador, de gira en Poza Rica, Veracruz, dio pronta respuesta a Germán Larrea. “No quiere la alternancia en la administración federal, porque desde el gobierno de Salinas de Gortari ha sido beneficiado. Es un empresario y también un buen traficante de influencias; es el segundo hombre más rico de México, el primero es Slim. Afirmó que la bonanza de Larrea comenzó en el salinato, cuando el ex presidente le remató a un precio cinco veces menor la concesión de la mina de Cananea. Andan con esta campaña asustando, diciendo que va a haber inestabilidad económica y financiera; no tiene por qué haber ningún nerviosismo, porque nosotros vamos a ser respetuosos de la legalidad y va a haber un auténtico estado de derecho; al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie, ni el presidente ni los potentados. Acusó de insensible a Larrea, a propósito de los mineros que quedaron sepultados en el derrumbe de la mina de Pasta de Conchos. ¿Qué hizo? Nada, porque tiene mucho dinero, pero poco corazón, poco humanismo; no invirtió para desenterrar los cuerpos de los mineros. El puntero en las encuestas hacia la Presidencia expresó que no guarda rencor a Larrea, porque es partidario del perdón y del amor.

Italia se encuentra sumida en la peor doble crisis política y constitucional desde hace 73 años debido al veto de su presidente Sergio Mattarella –anterior juez de la Corte Constitucional– al nombramiento de Paolo Savona, de 81 años, como ministro de Economía y Finanzas, connotado euroescéptico quien critica al euro de ser una jaula (sic) alemana y apuntalado por la coalición nacionalista (despreciada de populista por los multimedia neoliberales/centralbanquistas) de la separatista Liga Norte y el antisistémico Movimiento 5 Estrellas (M5S).
El rechazo inédito del presidente Sergio Mattarella, de 76 años, obligó a la renuncia del jefe de Gobierno designado Giuseppe Conte, desconocido jurista de 53 años, quien optó por devolver su nombramiento.
El presidente enfatizó que la incertidumbre sobre nuestra posición con el euro alarmó a los inversionistas italianos y foráneos quienes invirtieron en acciones y compañías cuando “el incremento del spread (diferencial) de los bonos aumenta la deuda y reduce la oportunidad de gastar en medidas sociales” y quema los ahorros y recursos de las empresas y ensombrece riesgos para las familias y ciudadanos italianos.
El presidente adujo su rechazo al nominado ministro Paolo Savona porque hubiera podido provocar la salida inevitable de Italia del euro, a lo que replicó Luigi Di Maio, de 31 años y líder del M5S –partido antisistémico fundado por Beppe Grillo: comediante, actor y bloguero quien promovió la democracia directa y la honestidad– que “es inútil ir a votar ya que los gobiernos son las calificadoras y los lobbys financieros y bancarios”.
Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, fustigó que “Italia no es una colonia, no somos esclavos (sic) de los alemanes o los franceses o del spread (diferencial) de las finanzas”.

Como parte de su campaña hacia Los Pinos, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a que no habrá más privatizaciones en el país y a que la política de desmantelamiento de la infraestructura productiva del Estado, impuesta 36 años atrás, se irá al basurero de la historia, no sin antes advertir que se revisarán las concesiones y los contratos de privatización para saber dónde hubo irregularidades.
Excelente noticia, aunque a todas luces tardía, porque a estas alturas nada queda por privatizar, pues la venta de garaje, inaugurada en el arranque del sexenio de Miguel de la Madrid y mantenida hasta ahora, cerró sus puertas tras la reforma energética.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda (agosto de 2017), a estas alturas las entidades paraestatales de la administración pública federal suman 185 –incluidos los cascarones de Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE)–, aunque en su mayoría se trata de hospitales, institutos, comisiones, colegios, centros especializados, administraciones portuarias, fondos y fideicomisos que forman parte de la estructura operativa de las distintas dependencias del Ejecutivo.
Recuérdese que cuando Miguel de la Madrid se instaló en la residencia oficial, 36 años atrás, el censo de empresas paraestatales daba cuenta de mil 155, de las que 103 eran descentralizadas, 749 de participación mayoritaria, 80 de participación minoritaria y 223 fideicomisos. Diez años después el número había descendido a 235 y para 2017 a 185, aunque este último no incluye empresas del Estado, salvo Pemex y CFE.
La privatización arrasó, y en su mayoría las empresas otrora del Estado (especialmente las más valiosas y productivas) quedaron en manos de los mismos barones que hoy gritan a los cuatro vientos (ante la pasividad del Instituto Nacional Electoral) que ahí viene el ogro e invitan a sus trabajadores a no votar por el modelo populista, olvidando, por decirlo así, que si alguien se benefició del modelo populista fueron los propios barones o sus parentelas.
Lo anterior, porque no hay que olvidar que fue precisamente el modelo populista el que rescató de la quiebra a no pocos grandes consorcios (especialmente en los sexenios de Echeverría y López Portillo, aunque no fueron los únicos) que hoy defenestran ese modelo.
En este sentido, cómo olvidar el caso del Grupo Alfa, de Monterrey, cuya cabeza visible en aquel entonces era Bernardo Garza Sada, gran amigo de López Portillo, cuando en 1982, por instrucciones presidenciales, recibió un préstamo de Banobras por 17 mil millones de pesos (que nadie supo si pagó), con todo y que dicha institución bancaria –del gobierno– por ley no está destinado a rescatar empresas privadas. Treinta y seis años después se escucha a las cabezas visibles de dicho consorcio despotricar en contra del modelo populista.
Lo anterior significó miles y miles de millones de pesos del erario para salvar a los empresarios, y ejemplos sobran: estatización de grandes cadenas hoteleras, empresas mineras, fábricas de ropa y de bicicletas, aerolíneas, ingenios azucareros, bancos (aunque por otras razones), refresqueras, telefónicas, cabarés y cientos más, todas ellas rescatadas por el Estado, porque en ese entonces sus dueños eran amigos del régimen populista. Y en todos los casos el pretexto gubernamental fue el mismo: Mantener el empleo a toda costa.
La estatización de empresas privadas llegó a su fin en el sexenio de López Portillo, y 36 años después se escuchan las indignadas voces de muchos empresarios rescatados por el populismo (los originales, sus hijos o sus nietos, en algunos casos) que despotrican en contra del modelo del que sacaron raja, incluso para deshacerse de sus empresas mal manejadas y al borde de la quiebra. Total, el Estado pagaba. Y todavía se quejan de que les llamen minoría rapaz.
Pero fue el modelo privatizador el que en no pocas ocasiones regresó y/o entregó a esos mismos empresarios rescatados por el populismo los bienes de la nación a precios de ganga, de venta de garaje. Sin embargo, se cambió de modelo pero no de prácticas, porque los rescates y salvamentos se mantienen hasta la fecha (ahí está el reciente caso de ICA –constructora que nació bajo el amparo y los negocios privados del presidente Miguel Alemán Valdés– que con la gracia gubernamental utilizó el ahorro de los trabajadores en Pensionissste). Qué decir del rescate bancario.
Un caso ejemplifica la política de rescate del capital privado. En junio de 1988 Mexicana del Cobre, una de las empresas de Jorge Larrea Ortega (El Azote), padre del tóxico Germán Larrea (uno de los gritones en contra del modelo populista y ahora dedicado a inducir el voto de sus trabajadores, sin que el INE haga nada) fue rescatada por Nacional Financiera (el agente financiero del gobierno federal) por malos manejos administrativos (los pasivos sumaban mil 360 millones de dólares); Larrea se declaró insolvente para continuar en posesión del consorcio, y Nafin entró al quite (obviamente con dineros de la nación).
Cinco meses y muchos millones de dólares después, Jorge Larrea recuperó Mexicana del Cobre. El dinero lo aportó el erario, y la empresa y las ganancias se las quedó el magnate. Pero no quedó ahí: en agosto de 1990, El Azote obtuvo, a precio de ganga, la histórica Compañía Minera de Cananea y sólo pagó –si en realidad lo hizo– 475 millones de dólares, la mitad de lo que ofrecía el grupo Protexa de Monterrey. A partir de entonces, los Larrea acaparan 90 por ciento de la producción de cobre en el país y algo así como 6 por ciento de la producción mundial, sin mayor beneficio para el país.
Entonces, el modelo populista murió, bajo la consigna (Miguel de la Madrid dixit) de que, con la reordenación de las empresas propiedad de la nación, se tendría un Estado fuerte y eficiente, no un Estado obeso e incapaz. Además, era necesario liberar recursos del Estado para dar prioridad al desarrollo, atender a la población de menores ingresos, combatir las urgencias sociales y elevar el nivel de bienestar de los mexicanos.


Como ocurrió en 2006, algunos grandes empresarios han enviado mensajes al personal de sus empresas para instarlo a emitir su voto en un sentido determinado el próximo primero de julio. Aunque en las redes sociales se maneja una lista mucho mayor, se ha documentado la existencia de tales circulares o videos en el caso de los grupos corporativos Herdez, México y Vasconia. El denominador común de esos mensajes es que buscan sembrar temor ante el posible triunfo en las urnas de un candidato presidencial al que se acusa de populista, regresivo y peligroso para la estabilidad económica y para la conservación de lo bueno alcanzado; la caracterización negativa alude en forma reconocible a Andrés Manuel López Obrador y encaja en la imagen que los adversarios de éste, José Antonio Meade y Ricardo Anaya, han procurado difundir en el proceso electoral en curso y que proviene, a su vez, de la campaña negra emprendida en contra del tabasqueño por Acción Nacional y sus aliados empresariales en 2006.

Empresarios en franco desacato a la ley
La recomendación de Héctor Hernández Pons Torres, de Herdez, y de José Ramón Elizondo, de Vasconia, que hicieron a los trabajadores de esas empresas a no votar por la opción populista en las próximas elecciones, es contraria al espíritu de nuestra legislación en torno a la libertad y al secreto del voto; asimismo, es opuesta a la obligación para las personas morales, las iglesias y los gobiernos a no participar en asuntos electorales, con lo que ellos como personas físicas están en franco desacato a la ley. Ojalá el INE y la Fepade tomen cartas en este asunto.

Hallazgo de un fósil humano de 180 mil años de antigüedad, en la cueva Misliya, del monte Carmelo, cercano al puerto de Haifa. Buldócers que buscan el hipotético reino de Jerusalén, en las inmediaciones de la Ciudad Santa. Construcción del túnel para el Metro Tel Aviv/Jerusalén, bajo los territorios ocupados de Cisjordania. Enésima masacre de palestinos en la franja de Gaza.
En un sistema presidencialista, la figura del líder, del conductor, del caudillo, es sublimado. El intento por remasterizar el presidencialismo por Peña Nieto ha sido contraproducente para el político mexiquense, quien en su entidad, como gobernador, llegó a gozar niveles de aceptación épicos, apoyado por la poderosa maquinaria de gobierno local y por las televisoras nacionales. También en los procesos electorales, las casas de campaña aspiran a la construcción de personajes gnósticos, diría Hegel, personas con dotes especiales pa­ra gobernar y conducir por sí solos al país. Los candidatos se convierten en mercancías. Las estrategias de los asesores de campaña exaltan a los aspirantes por sus dones y cualidades para cautivar al electorado. Se resaltan las virtudes y magnificencias de los presidenciables que son encumbrados por medios, analistas y periodistas. Los dones como gracia sagrada que deben ser determinantes en el ánimo del votante.
Los primeros días de mayo, en Buenos Aires, Argentina, tuvo verificativo la 14 Conferencia Bienal de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés). Esta asociación fue fundada en 1991 y entre sus integrantes nos encontramos aproximadamente 5 mil juezas de casi 100 países del mundo.
El ombligo de los mexicanos debe, tiene que ser hermoso, atractivo, digno de contemplación permanente. Quedar atascado en tal panorama consume la totalidad de la energía de los candidatos en esta campaña. Nada existe alrededor, todo se agota en restregar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el nombre y la trayectoria criminal de la señora Nestora Salgado. Tal como antes clavaron baterías en los dos departamentos del mismo candidato. Sin olvidar, tampoco, al minero exilado en Vancouver (Gómez Urrutia) que, si las autoridades del tribunal le dan carta blanca a su expediente, será senador plurinominal por Morena. Mucho esfuerzo para tan magros resultados.
Antes de aclarar una mañana de julio 1974, en la base Andrews de la fuerza aérea estadunidense –cerca de Washington–, un avión se aprestaba a despegar hacia Arabia Saudita. A bordo la atmósfera era tensa. El pasajero principal era el nuevo secretario del Tesoro de Nixon, William Simon, y su misión tenía dimensiones históricas: llegar a un acuerdo con la casa real de los saudíes para que las ventas de petróleo se cotizaran y pagaran exclusivamente en dólares estadunidenses. A cambio, Washington daría garantías de protección a Riad contra cualquier amenaza externa.
Nahui Olin captada por Antonio Garduño Foto cortesía de Ava Vargas

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