Por la Redacción
México, DF, 11 sep 12 (CIMAC).-
Al iniciar la Campaña 28 de Septiembre, que cada año se impulsa con
motivo del Día Internacional por la Despenalización del Aborto,
activistas de América Latina y el Caribe advirtieron que mientras la
interrupción del embarazo esté sujeta a la autorización de gobernantes,
legisladores, jueces, médicos y religiosos, se continuará negando a las
mujeres el reconocimiento, respeto y garantía de su ciudadanía.
Bajo
la consigna “aborto legal y seguro, una cuestión de derechos, una
cuestión de democracia”; las activistas llamaron a la sociedad civil a
movilizarse y a participar en esta campaña.
En un comunicado,
afirmaron que dar validez a un discurso que prioriza el embrión por
sobre los derechos de las mujeres, y que los curas exijan más
nacimientos, mientras sus abusos sexuales contra la infancia quedan
impunes; reproduce las dobles morales y legitiman estas acciones.
“La
negación de la interrupción voluntaria del embarazo en la legislación o
en las acciones de salud es un mecanismo de poder y control sobre los
cuerpos, la autonomía, la sexualidad y las decisiones reproductivas de
las mujeres”.
Pese a que en la región cada año alrededor de 4
millones de mujeres deciden interrumpir un embarazo, las legislaciones
en los países son restrictivas y limitadas lo que coloca en riesgo la
vida de las mujeres, las criminaliza y las encarcela.
Para la
mayoría de las mujeres, dice el comunicado, ejercer su derecho a
decidir no ser madres se tiene que realizar en condiciones inseguras e
insalubres vulnerando con ello su dignidad, libertad y su salud.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que anualmente en el
mundo se practican aproximadamente 20 millones de abortos de alto
riesgo y que el 99.9 por ciento de la mortalidad materna por aborto
ocurre en los países en desarrollo. El aborto inducido en condiciones
de ilegalidad es una de las principales causas de mortalidad materna en
la región.
Mientras Chile, Nicaragua, El Salvador, Honduras y
República Dominicana, tienen legislaciones restrictivas -pues el aborto
se prohíbe en cualquier circunstancia- en lugares donde la interrupción
legal del embarazo se autoriza por razones terapéuticas o de violencia
sexual, el acceso al procedimiento está plagado de obstáculos a causa
de una institucionalidad pública que permite la intromisión de sectores
religiosos y conservadores que atentan contra la oportunidad de la
realización del aborto.
Por todo ello, pidieron implementar
medidas urgentes para evitar que la objeción de conciencia se convierta
en un obstáculo para interrumpir un embarazo; reafirmar y proteger el
carácter laico y plural de la democracia, evitando injerencias
religiosas que afecten la creación de reformas legales y la puesta en
marcha de políticas públicas tendientes a mejorar la salud de las
mujeres y el ejercicio de sus derechos.
Exigieron el cese de las
persecuciones judiciales, selectivas y abusivas de mujeres que han
abortado, las cuales afectan mayormente a las más pobres. “El
encarcelamiento de mujeres por esta causa en nuestros países constituye
una injusticia incalificable”.
De igual manera, en el arranque
de la campaña exigieron que los gobiernos realicen acciones para
garantizar la seguridad de las defensoras de los Derechos Humanos (DH)
de las mujeres, en particular los sexuales y los reproductivos.
Agregan
que en la actualidad las democracias erigen como valores la autonomía,
la soberanía y la libertad de los pueblos; sin embargo, estos valores
son negados a las mujeres.
“Obligar a las mujeres a llevar a
término un embarazo que no desean o no están en condiciones de asumir
es un acto de tortura y sometimiento”, sentencian.
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