El
aborto no es un factor de riesgo para el suicidio en las mujeres, como
sí lo constituye la violencia de género, especialmente la violencia
sexual y la imposibilidad de decidir sobre su cuerpo y su vida, aseguró
la doctora en Ciencias en Salud Colectiva, Ángela Martínez González.
Históricamente, el enfoque biológico y patriarcal sobre la salud mental de las mujeres ha considerado al aborto como una causa de suicidio en ellas, argumento utilizado por grupos conservadores para prohibir este derecho a las mexicanas.
A fin de deconstruir esa creencia y eliminarla del imaginario médico, social y de otras especialidades, la también presidenta en México de la Red Mundial de Suicidiólogos realiza la investigación “El sufrimiento mental y conducta suicida en jóvenes que cursan un embarazo no deseado. Una mirada en la Ciudad de México”.
Ayer, como parte del Seminario Permanente de Investigación “Género, Cuerpo y Subjetividad”, que realiza el Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM) de El Colegio de México (Colmex), la doctora Martínez González presentó los primeros avances de su investigación.
Con entrevistas a jóvenes que ejercieron su derecho a interrumpir su embarazo, garantizado desde 2007 en el Distrito Federal, la investigadora ha detectado que si bien existen ideas suicidas en ellas, no están relacionadas con el aborto, sino con el contexto y condiciones desfavorables de vida que ellas enfrentan previamente.
Al destacar –desde la visión que propone la salud colectiva– que el suicidio no se resume a un hecho individual, sino que influye el contexto que se enfrenta y tiene repercusiones en la familia y amigos cercanos una vez que se comete, la experta destacó que las jóvenes a las que pudo acercarse no conciben el aborto como un hecho que las haga pensar en quitarse la vida.
“Es cierto que enfrentan una serie de emociones, pero éstas se desprenden del hecho de que están pasando por un proceso que no tenían planificado”, y destacó que de ninguna manera se tiene que pensar en que la tristeza, la angustia o la ansiedad son emociones negativas, sino que se tienen que experimentar en algún momento de la vida.
Ángela Martínez señaló que las ideas suicidas que presentan algunas de las jóvenes están relacionadas con su historia de vida, sus relaciones conflictivas con sus padres, la poca posibilidad económica y de desarrollo que enfrentan, y mayoritariamente con los hechos de violencia que han vivido previamente, como el abuso sexual.
Durante su presentación, la académica destacó que según estimaciones la segunda consecuencia de la violencia sexual en las mujeres es el suicidio.
Aunque aclaró que su investigación puede presentar sesgos –pues no se le da seguimiento a las jóvenes una vez que salen del hospital–, la doctora consideró que el estudio puede marcar un inicio en el camino que se debe recorrer para eliminar la idea de que el aborto es causa de suicidio.
Al mismo tiempo, Martínez González urgió en la necesidad de tratar de manera adecuada el problema de salud pública que actualmente representa el suicidio, toda vez que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada 40 segundos se comete un suicidio en el mundo.
CIMACFoto: Erika Cervantes
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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