Mujeres organizadas de este país sudamericano producen y comercializan fideos de castaña de Pará, almendras y bizcochos.
En el asentamiento Valle del Amanecer, en Juruena, a 930 kilómetros de Cuiabá (estado de Mato Grosso), cerca 120 integrantes de la Asociación de Mujeres Cantinho da Amazonia (AMCA) se dedican a la mejora, producción, empaquetado y comercialización de productos y derivados de la castaña de Brasil, también conocida como castaña de Pará.
La tecnología social, triunfadora en la sexta edición del Premio Fundación Banco de Brasil (FBB), es una alternativa sustentable para la preservación de la reserva legal de 7 mil 500 hectáreas del asentamiento, generación de ingresos y movilización social de las mujeres de la región.
Además de almendras, las asociadas producen bizcochos de castaña dulces y salados, y fideos de castaña de Pará, manjar creado por ellas con la orientación de un nutriólogo.
“Las mujeres tenían el sueño de hacer fideos de castaña de Brasil, pero el equipamiento era muy caro. Con el premio fue posible comprar equipo, incluso la máquina secadora de pastas. También fue posible mejorar la estructura del espacio y las condiciones de trabajo con ventiladores, aire acondicionado y computadora para la oficina”, explicó Lucineia Machado, coordinadora de la AMCA.
Al menos 60 mujeres trabajan directamente en la fábrica, con ingresos variables entre 800 reales (4 mil 605 pesos mexicanos) y mil 200 reales (6 mil 907 pesos mexicanos) al mes.
“Trabajan por producción, lo que ayuda mucho, pues pueden conciliar los horarios. Unas trabajan sólo mientras las y los hijos están en la escuela; otras, que tienen tareas como la casa, la huerta y actividades en la propiedad, trabajan medio periodo”, dijo la coordinadora.
Los productos se distribuyen en escuelas públicas, redes de protección social y pastorales. Tras la inversión, la producción que en 2011 alcanzaba a 18 mil personas, hoy llega a 42 mil.
La expectativa de la asociación es comercializar en 2014 aproximadamente 31 toneladas de bizcochos, 16 toneladas de castañas y 10 toneladas de fideos, el equivalente a 600 mil reales (3 millones 453 mil pesos mexicanos).
Ganar en la categoría “Mujeres en la Gestión de Tecnología Social”, del Premio FBB, generó en las comunidades vecinas una ola de involucramiento en torno de la construcción de políticas públicas.
“La movilización también es el resultado de haber ganado el premio, pues eso posibilitó entender la importancia de la participación y del involucramiento. Las mujeres unidas logran conquistar muchas más cosas”, destacó Lucineia.
Desde entonces, la metodología comenzó a multiplicarse. Un ejemplo es el de la comunidad del asentamiento Somapar, también ubicado en Juruena, donde se aplicó la tecnología social “Mujeres de la Amazonia” y se constituyó un nuevo grupo: la Asociación de Mujeres Andorinhas del Canamã (AMAC).
La nueva asociación recibe incentivos de la AMCA a través del Proyecto Cultivo, que ya implantó 10 huertas este año e iniciará otras 10 huertas más hasta mediados de 2015. “La producción está siendo comercializada directamente por las asociadas en la feria local y restaurantes”, abundó la coordinadora.
Otro ejemplo de movilización fue la formación de la Red de Mujeres Rurales e Indígenas, que involucra a los asentamientos 13 de Mayo, Somapar, Valle del Amanecer y las etnias apiaka, munduruku y cinta larga.
En la Red, las mujeres intercambian experiencias, comparten saberes y debaten temas como la generación de trabajo e ingresos, la autonomía, la economía solidaria o la violencia de género.
En julio pasado, la Red realizó en el asentamiento Valle del Amanecer el Primer Encuentro de Mujeres Rurales e Indígenas del Noroeste de Mato Grosso y el Primer Seminario “Protagonismo de Mujeres”.
*Este artículo fue retomado de la agencia internacional de noticias ADITAL.
Por: la Redacción*Cimacnoticias | Fortaleza, Brasil.-
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