Explotadas en países que piden personal para labores del hogar
Durante el seminario internacional “Migración en los albores del siglo XXI”, que inició hoy en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, demógrafos de diferentes países explicaron cómo se están modificando las dinámicas migratorias en la actualidad.
Juan Artola, sociólogo con maestría en Relaciones Internacionales, dijo que en los recientes 30 años el fenómeno migratorio muestra cambios significativos que responden a las demandas de las naciones con desarrollo económico y reflejan las carencias de los países de expulsión.
El experto detalló que existe un número creciente de mujeres en la migración, ya que actualmente representan el 49 por ciento de la población en este contexto, y señaló que muchas de ellas salen de sus lugares de origen en busca de trabajo, se asientan en los países de destino, forman familias y permanecen en ellos durante varios años o el resto de sus vidas.
En contraste, durante 1990 la migración que se observaba era principalmente masculina, emigraba en busca de empleo, pocas veces se asentaban en el país de destino y después de algunos años volvían a sus comunidades de origen.
El especialista detalló que la migración irregular, interna y calificada (de población con altos niveles educativos) también van en aumento debido a que los países con mayor desarrollo económico demandan la contratación de personas preparadas, pero que cobren bajos salarios y sean vulnerables ante los abusos laborales.
Asimismo, estos países y sus nuevas dinámicas sociales (en las que las mujeres se insertan al mercado laboral) demandan personal para que realice servicios de cuidado, alimentación y tareas del hogar, las cuales llevan a cabo en mayor medida las mujeres.
Del mismo modo, la población calificada que está siendo expulsada de sus países sale por falta de oportunidades laborales y reconocimiento.
Sin embargo, a la par de estas tendencias, la violencia, la vulnerabilidad laboral y la deportación forzada también están en auge, ya que las políticas públicas no protegen a las personas migrantes.
Esto porque los países de destino están preocupados por generar programas de migración temporal que permita a esta población trabajar en sus países, pero no a que se asienten en ella y formen una familia; mientras que el incremento de las deportaciones son consecuencia de políticas migratorias restrictivas.
Al respecto de las mujeres trabajadoras, el demógrafo Jeffrey Passel dijo que el 57 por ciento de las migrantes en Estados Unidos están insertas en la fuerza laboral.
Aunque esa cifra representa varios puntos más que la de las mujeres que conforman la Población Económicamente Activa en México, está 39 puntos porcentuales debajo de la de los varones migrantes que conforman la fuerza laboral en el país del norte.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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