9/17/2014

India, al Grupo de Shanghai y acercamiento con China


Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme



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El presidente de China, Xi Jinping, durante una conferencia con motivo de la celebración del 60 aniversario de la Asamblea Popular Nacional, el pasado 5 de septiembre en Pekín




La 14 cumbre del hexapartito Grupo de Shanghai (CSO, por sus siglas en inglés), en Dusambé (Tayikistán) resultó más fructífera de lo esperado, en medio de las sanciones viciosas de Estados Unidos (EU)/Unión Europea (UE) a Rusia.
El rotativo indio The Economic Times comenta que el Grupo de Shanghai abrió el camino para el ingreso de India, de acuerdo con expertos chinos que auguran también la admisión simultánea de Pakistán, el eterno enemigo islámico de Nueva Delhi, lo cual es ya una notable noticia.
India aplicó de manera formal su deseo de ser miembro del Grupo de Shanghai, del que ya es observador, al unísono de Pakistán, Irán, Afganistán y Mongolia, cuando Bielorrusia, Turquía y Sri Lanka son interlocutores asociados.



Se detecta así una estrecha coordinación entre Rusia y China que expanden su visión geoeconómica/geopolítica hasta los linderos del golfo Pérsico, mar Arábigo y océano Índico.
China, verdadero padrino del Grupo de Shanghai, no corre prisa para la admisión de relevantes nuevos miembros, como India y Pakistán –dos potencias nucleares– no se diga de una potencia mediana en ascenso, como Irán.
La misma tónica de prudencia aplica en la admisión de nuevos miembros, como sucedió con Argentina para su ingreso en el club dilecto del BRICS –aunque el zar Vlady Putin y el mandarín Xi visitaron Buenos Aires para calmar los ímpetus de la presidenta Cristina Fernández, ya que Rusia y China no desean humillar a EU en su anterior patio trasero, hoy más horadado que nunca.
Wang Haiyun, experto del Instituto Internacional de China para la Sociedad Estratégica, comentó que India y Pakistán serían los candidatos para ingresar en el Grupo de Shanghai –antes que los demás– por cumplir plenamente los requisitos, lo cual, a su juicio, “ayudará a reconfigurar el desequilibrado (sic) paisaje estratégico global y empujará a la formación de un nuevo orden global (Global Times, 13/9/14)”.
Llama la atención que Turkmenistán, la cuarta potencia gasera mundial y escala obligada de la renovada ruta de la seda geoeconómica, no forme parte aún del Grupo de Shanghai, que se ha expandido, paradójicamente, más en forma defensiva para colocar diques de contención al irredentismo pernicioso de la OTAN, que creció fulgurantemente en los recientes 23 años hasta que fue detenido por Rusia tanto en el Cáucaso (en 2008) como ahora en Ucrania.
En forma incisiva, Russia Today evalúa que la solicitud de India para adherirse al Grupo de Shanghai al lado de China y Rusia (en)marca el horizonte de un nuevo orden mundial. Con razón lo ocultan los desinformativos multimedia israelí-anglosajones.
Cabe señalar que para los analistas rusos el triángulo RIC (Rusia, India y China) –la antesala de los BRICS– representa un concepto geoestratégico que fue formulado como una contención euroasiática por el entonces primer ministro ruso Yevgeny Primakov durante la fase de expansión acelerada de la OTAN.
Que la India traslape sus membresías de los BRICS y del Grupo de Shanghai, rival antipódico de la OTAN, no es un asunto menor, ya que coloca jerárquicamente al triángulo geoestratégico de los RIC, según la conceptualización del ex primer ruso Primakov, como el reducto defensivo de las tres máximas potencias nucleares euroasiáticas desde el mar del Sur de China pasando por el polo Ártico/mar Báltico hasta el océano Índico.
Durante la cumbre del hexapartito Grupo de Shanghai –China, Rusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán– que se había aletargado un tanto frente al ascenso del BRICS en Fortaleza (Brasil), el mandarín Xi Jinping, propuso en forma espectacular la construcción de un corredor económico que vincule a China con Mongolia y Rusia.
Las sanciones de EU/UE van de la mano con la censura de sus desinformativos multimedia que boicotearon tanto la trascendental 14 cumbre del Grupo de Shanghai como la propuesta china del corredor económico con Mongolia y Rusia.
Se conecta así el corredor económico tripartito de China/Mongolia/Rusia con la unión aduanera de Rusia/Bielorrusia/Kazajistán, lo cual, mediante la bisagra geoeconómica y el paraguas nuclear de Rusia, crea de facto una ruta de la seda que va desde China hasta las puertas de Europa, del lado de San Petersburgo (en el golfo de Finlandia), la segunda ciudad rusa.
La ruta de la seda de conceptualización china se interconecta con el Plan Ferroviario Transcontinental de Rusia –el tren transiberiano y la línea Baikal-Amur– y el programa de la Planicie Carretera con Mongolia y su relevante corredor de tránsito que vincula las economías de China y Rusia.
The BRICS Post comenta que la expansión geográfica de Mongolia es mayor a las de Japón, Francia y España juntas (12/9/14).
Ahora se entiende por qué mientras en EU y la UE se consagraban a sanciones estériles contra Rusia, Putin se conectaba de lleno a las agendas geopolíticas de China –mediante la construcción del máximo gasoducto del planeta de casi 4 mil kilómetros– y Mongolia.
China y Rusia brindan así una oxigenación a Mongolia, que no tiene salida al mar, y se aprovechan de su posicionamiento para crear una serie de redes en cielo y tierra, lo cual coloca a la defensiva a EU, que ha invertido fuertes sumas en la defensa militar de Mongolia.
La geopolítica es destino y hábilmente Xi aprovecha su calidad de ser el mayor socio comercial de Mongolia.
Ahora es el turno de Xi, quien realiza un importante periplo al ex sultanato de las Maldivas, Sri Lanka y, sobre todo, a India. Existe mucho entusiasmo en India, donde el primer ministro, Narendra Modi, se dispone a recibir por primera vez a Xi.
En 1996 el presidente chino Jiang Zemin había visitado India y 10 años más tarde había sido imitado por el presidente Hu Jintao.
Ahora detrás de otro periplo chino a tres países del subcontinente indio, que incluye a India, Xi promueve su cosmogonía armónica que anhela edificar mediante el cinturón económico de la ruta de la seda y la ruta marítima (sic) de la seda del siglo XXI.
La puja competitiva entre China y Japón por las inversiones masivas en India ha comenzado y Xi contempla invertir más de 100 mil millones de dólares en la vibrante economía India.
En vísperas de la importante visita de tres días de Xi, el primer Modi comentó que la relación de China e India va más allá de una simple aritmética y que ambos gigantes asiáticos comparten una química única que puede crear un momento decisivo para la historia de la humanidad (35 por ciento de la población mundial) gracias a su proyectada sinergia sin igual.
La consolidación del triángulo RIC –del que falta la esencial interconectividad entre China e India– constituye una de las principales piedras de toque de la arquitectura del nuevo orden global.
Facebook: AlfredoJalife

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