11/23/2014

¿Vándalos son los que marchan al frente de combate, o los que asesinan estudiantes desde el Estado?




1. Luego de ubicar a la libertad de manifestación como una de las conquistas “más importantes de nuestra democracia”, el presidente Peña Nieto –como representante del poder del Estado- denunció a quienes “están interesados en atentar contra esa libertad fundamental al provocar y realizar actos vandálicos”. Aseguró que la ciudadanía “está harta de sentirse vulnerable, está cansada de la impunidad y de la delincuencia”. Hizo un “amplio reconocimiento” a las fuerzas federales del orden y de la policía del Distrito Federal por su “estrecha coordinación, su esfuerzo compartido para hacer respetar la ley, para actuar con la ley en la mano”.

2. Sin embargo, los 500 mil gargantas de manifestantes del jueves, que llegaron al Zócalo de la ciudad de México desde el Ángel de la Independencia, el Monumento de la Revolución, la Plaza de Tlatelolco y muchos lados más, exigían la renuncia de Peña Nieto, Murillo, Mancera, Chuayffet y de toda su camarilla, acusándolos de delincuentes y de asesinos de los que están hartos. Gritaban: “Los auténticos vándalos, los asesinos de estudiantes, campesinos, de trabajadores, están en el gobierno y forman parte del Estado explotador y opresor”. No me engañan; estuve en las tres marchas y en el Zócalo para escuchar el sentir de la gente.

3. Recuerdo que en los años 50 y 60 la campaña en México y mundial contra el comunismo fue brutal; tuvimos que llevar una vida política en pequeños partidos o grupos clandestinos o en la semiclandestinidad porque las campañas anticomunistas llevaban a persecuciones y asesinatos; pero una vez que los llamados “comunistas-progresistas” comenzaron a recibir subsidios, se hicieron electoreros, diputados, senadores, gobernadores y demás, el gobierno-Estado comenzó a firmar acuerdos con los “progresistas” y lanzó todas sus armas y su furia contra los anarquistas. Ahora todas las campañas y la represión son contra los jóvenes radicales.

4. El jueves desde las dos de la tarde la gente comenzó a ocupar la escalinata del “Ángel”; a las 16 horas comenzó una llovizna persistente que obligó a miles a cubrirse; a esa hora llegaron unos 25 autobuses del estado de Guerrero, pero fueron enviados a reforzar a otros contingentes. Me trasladé al Monumento a de la Revolución que el grupo que salió primero hacia el Zócalo. Fue sólo hasta el Eje Central cuando me integré a la marcha que venía de Tlatelolco. Hasta las 21 horas las dos avenidas (Tacuba y Cinco de Mayo) tenían ocupadas unas ocho cuadras sin poder entrar al Zócalo. No pude ver más, pero seguramente otras tres se encontraban igual.

5. El descontento contra el gobierno y sus asesinatos era unánime. Parecía que todos los manifestantes habían profundizado su odio contra la clase gobernante y estaban dispuestos a hacerla trizas y pisotearla. Pero seguramente pasadas unas 24 horas la gente comience a olvidar y las cosas regresen a su nivel porque los medios de información (televisión, radio, prensa y sus cientos de miles de ignorantes repetidores) se han dedicado a acusar de “vandalismo” a los jóvenes más conscientes y aguerridos de las marchas. Toda la campaña anticomunista de hace 50 años se ha transformado en campaña antianarquista y antiradical de la burguesía y su Estado.

6. Sin embargo, aunque el gobierno de Peña esté muy madreado o jodido, porque la economía mexicana comienza a hundirse al no crecer, el precio del petróleo se desploma, el desempleo se extiende, la corrupción presidencial es denunciada y México está cada vez más desprestigiado internacionalmente por los 43 estudiantes desaparecidos o ya asesinados por el Estado, no hay que confiarse porque la fiera herida –aunque sea de muerte- siempre da enormes coletazos. Y el Estado-gobierno mexicano nunca en su historia ha estado en peligro de desplome. En México, así como en muchos países, el Estado capitalista ha creado los llamados “Escuadrones de la Muerte”, “Brigadas Blancas”, “Muros”, para asesinar.

7. Lo menos que hay que exigir es “Libertad a todos los luchadores sociales identificados con el pueblo con el rostro cubierto o no” y no a los “presos políticos” porque hay algunos presos del PRI, del PAN que son políticos presos como la señora Gordillo. ¿Cuantos luchadores sociales en el mundo han tenido que cubrirse el rostro, usar seudónimo o disfrazarse para luchar por la independencia, la revolución o la rebelión en un país? ¿Con cuántas máscaras se cubren los políticos cínicos y empresarios negociantes que aparentan decencia pero que en su vida diaria explotan y asesinan? Los anarquistas hoy son la vanguardia de los movimientos sociales y por ello los más perseguidos por los opresores.

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