4. Recuerdo un grito de batalla en la lucha estudiantil de 1968: "Antes de recibirnos como médicos o ingenieros, lo haremos primero como hombres y mujeres de verdad, como seres humanos libres". ¿Tiene valor –preguntaban- un profesionista que sólo cura una enfermedad o construye una presa que no sabe el origen socioeconómico de la enfermedad y el servicio social de la presa de agua? Los profesores al fin han comprendido que más que memorizar y repetir conocimientos muertos, lo importante es comprenderlos, explicarlos, analizarlos, criticarlos. No puede aceptarse ya estudiantes sumisos que se inclinen ante el poderoso.
5. Pero la basura televisiva y radial que opera en México, con todo el apoyo del gobierno y empresarios, dedica las 24 horas del día a hacer campaña contra los maestros, especialmente contra los dirigentes de la CNTE dispuestos a cambiar todas las reglas educativas. Milenio, Televisa, TV Azteca y Tele Fórmula compiten por ganar la medalla del medio informativo más mentiroso, más tergiversador y deformador de la noticia. Lo que esas empresas de comunicación hacen es anti información que debería estar penado por tribunales internacionales, pero como los jueces son los EEUU, el FMI, las agencias internacionales yanquis, son dignas de aplauso.
6. Por ello los dirigentes zapatistas piensan que criminales de arriba y jueces son cómplices, son más de lo mismo. Esa es una enseñanza de los maestros que la clase dominante no puede soportar. ¿Cómo permitir que estudiantes de Normales de Ayotinapa, Tiripetío, Mexe, Tenería, conviertan sus escuelas en centros de crítica y rebeldía? ¿Cómo aceptar que maestros en sus comunidades aprendan a defender sus derechos instigados por los maestros? ¿Por qué una periodista, Carmen Aristegui, va a denunciar las propiedades del presidente y su esposa sin recibir el castigo indicado? México es un santuario de la burguesía; para luchar hay que tener dignidad.
7. ¡Maestros, sino no salen a la calle a defenderse, búsquense otro trabajo! Desde hace tres décadas el sistema educativo está derrumbándose. Por lo menos la mitad del millón y medio de plazas desaparecerá junto con las escuelas que no puedan compactarse. Pero lo mismo sucederá con las plazas del ISSSTE, del IMSS, en teléfonos y todas aquellas instituciones donde no se pueda compactar plazas con el apoyo de la tecnología. Pongamos la dignidad y la valentía para defendernos al frente, es lo que nos han enseñado los maestros; lo demás es lo de menos. Mientras gobierno y empresarios hablan de diálogo reprimiendo y asesinando, nosotros pedimos ¡Dignidad! (20/VIII/15)
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