Pedro Echeverría V.
1. “El gabinete de seguridad del gobierno federal –encabezado por Alfonso Durazo- hizo un reconocimiento público al modelo policiaco de Yucatán; señaló: “merece un estudio especial y replicarse en el país por su efectividad”. Me da risa, me carcajeo, cada vez que los gobernadores y demás se autohalagan porque Yucatán, “gracias a su gestión”, aparece siempre como el estado más pacífico del país, esto sin reconocer que la entidad lleva mucho más de un siglo de ser así de “pacífica”.
2. A mí me interesa ese estudio que se haría, porque después de 60 años de activismo y militancia en la izquierda radical, nunca logramos levantar en Yucatán más de 50 personas que de manera consecuente salieran a las calles a protestar. Nuestra universidad o tecnológico, conservadores, conformados por estudiantes y profesionistas, nunca aportaron ni contingente ni persona alguna para participar en las luchas sociales. Lo único consecuente han sido los 10 profesores de primaria o secundaria y sus amigos.
3. Desde hace muchas décadas, al ver la falta de interés de los yucatecos en lucha social alguna (sea local o nacional), he pensado que se debe al profundo individualismo que ha calado en la mente de ellos producto de la combinación de la ideología llamada de “la casta divina”, es decir la combinación de la ideología de los hacendados henequeneros con la ideología católica que consistió en el profundo respeto a los mayores, en la fuerte sumisión y la fe en los valores tradicionales.
4. Logramos sacar a dos centenares de estudiantes a protestar contra el alza en los pasajes en 2006, a esos mismos a protestar contra en Estado de sitio policiaco/militar ante la visita de Bush y Calderón un año después; en 1974 para protestar contra el asesinato del asesor sindical el “Charras” Calderón Lara. Fuera de esas salidas un tanto espontáneas y limitadas, a los yucatecos sólo les han interesado “no meterse en las vidas ajenas” y “que cada quien resuelva sus cosas como pueda”.
5. Para “replicarse el modelo en todo el país”, tal como dice Durazo, se necesitaría profundizar la conciencia de “no meterse en nada para no estar implicado”. “No discutas con el profesor porque te va a reprobar”, “no contradigas al médico porque te puede envenenar”, “no protestar contra la policía porque puedes ir a la cárcel”, “no firmes ningún manifiesto por los antecedentes”. “Lo mejor es ser muy correcto, muy educado, sumiso, aunque veas que mal traten y exploten a los demás”. “¿Qué hacer si así lo quiere dios?”
6. Por “gajes del oficio” me ha tocado, junto a otros alrededor de 20 compañeros en lucha, el papel de romper vallas de policías o milicos que bloquean el paso de las protestas (Monterrey, Cancún, CDMX, Mérida, Chichen Itzá). Nunca pudimos nada serio, pero logramos levantar ánimos de alguien. Yucatán es el paraíso de los negocios, de descanso o escondite del narcotráfico porque nadie se mete con nadie. Para el pueblo muy miserable el argumento es “para que tanto brinco o protesta si “dios siempre proveerá”.
7. En Yucatán ni el ejército ni la policía son necesarios porque la gente ni le va ni le viene; le importa un carajo. Fuera de las 200 viejas escopetas de los viejos cazadores de venado, en Yucatán sólo se conocen las armas en fotografía. Pelearse a golpes por puñetazos es muy antiguo, sólo quedan algunas mentadas de madre. Entre los políticos hay mucha amistad y compañerismo porque los acuerdos negocios y cargos, son totales. ¿Se registrarán estallidos entre 50 años porque la gente muera masivamente de hambre, tirada en las calles? (26/V/19)
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