Trump: bomba 5%
T-MEC, paridad cambiaria
Explosiones en cine y Senado
Manual de desestabilizar
Por la mañana, el presidente
de México y sus operadores legislativos daban por superados todos los
obstáculos y apremiaban al Senado a aprobar a la brevedad el nuevo
tratado económico entre los tres países de Norteamérica (Ricardo
Monreal, acomedido, preparaba ya sus implementos de trabajo
aprobatorio). México había cumplido con la exigencia gringa de reformar
la ley laboral, Estados Unidos había desmontado los aranceles al acero y
el aluminio y Canadá avanzaba sin mayor problema: todo quedaba listo
para el voto favorable de las respectivas cámaras.
Pero vino Little Donald y todo lo descompuso. Ya traía el
atorón con la mayoría demócrata que controla la Cámara de
Representantes, con Nancy Pelosi como virtual muro legislativo con
dedicatoria contra la relección del multimillonario rubio. Y a las seis y
media de la tarde puso un tuit al estilo de atómicas banderillas
toreras: todos los bienes provenientes de México pagarán un arancel de 5
por ciento mientras no sea frenada la migración ilegal que entra a
Estados Unidos. Ese porcentaje irá subiendo conforme se mantenga la
inacción mexicana en la materia (a las seis de la tarde con un minuto,
la cándida secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, entregaba
con aires semitriunfales “el documento T-MEC en el @senadomexicano, junto con el gabinete del @GobiernoMX”.
Cierto es que Trump suele pasar, como si nada, de la amenaza
estridente a la palmada amistosa, de la aproximación a la declaratoria
de guerra a la expedición de cartas de buena conducta: amaga y hace o
simula berrinches para mejor negociar, para exprimir aún más a sus
contrapartes. Hasta ahora, el presidente mexicano ha podido sobrellevar
los exabruptos trumpianos. Se ha refugiado en el
amor y pazy en una retórica elusiva, a diferencia de las exigencias de posturas firmes que el propio tabasqueño hacía a su antecesor, Enrique Peña Nieto, frente a otras groserías de Trump.
Las turbulencias que de inmediato generó el tuit del políticamente
mercurial presidente de Estados Unidos (y las que podría generar este
viernes) se suman a un ambiente de complicaciones del gobierno federal
mexicano que van de las restricciones presupuestales y sus consecuencias
sociales, el alto número de empleados federales despedidos, las bajas
perspectivas de crecimiento económico y la incertidumbre en ámbitos
empresariales, hasta el estremecimiento en las élites de la política y
la economía por la detención del empresario dorado, Alonso Ancira, y la
orden de aprehensión de Emilio Lozoya, en un proceso que podría escalar
hasta los sitiales impunes que ocupan Carlos Salinas de Gortari y
Enrique Peña Nieto.
La resistencia al cambio, que debe ser proporcional al nivel de las
acciones correctivas o abiertamente transformadoras, pareciera verse
beneficiada por acciones recientes que van creando la sensación de
peligro y que podrían generar desasosiego extendido, conforme a lo que
marcan los manuales de desestabilización política. El pasado lunes, una
llamada telefónica alertó sobre la presunta colocación de una bomba en
una oficina de Morena en la colonia Viaducto Piedad, en la alcaldía
Iztacalco. Luego de desalojar a quienes estaban en ese inmueble, se
comprobó que la alerta había resultado falsa (https://bit.ly/2JNusNa).
Y el jueves de la semana pasada, un artefacto explotó en una sala del
complejo Cinemex Aragón, en la colonia DM Nacional, de la alcaldía
Gustavo A. Madero. Un trabajador resultó herido luego de haber
encontrado debajo de uno de los asientos, mientras hacía la limpieza,
un objeto atado a un cronómetro y una pila(https://bit.ly/2Xg96uV).
Por otra parte, este miércoles llegó a la oficina de la joven
senadora Citlalli Hernández de Morena un libro dirigido a su nombre en
cuyo ahuecado interior estaba el armado de una bomba casera que alcanzó a
detonar y generó una pequeña flama y humo. La senadora no sufrió daños
físicos de consideración. Y este jueves, por la tarde, se produjo una
amenaza de bomba, que resultó falsa, en el complejo petroquímico
Pajaritos, en Coatzacoalcos, Veracruz, que hubo de ser desalojado.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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