Los
normalistas asesinados la noche del 26 de septiembre son victimas de la
violencia, la forma en que fueron secuestrados, torturados, asesinados
y el esfuerzo por desaparecer sus restos es un tipo de crimen que bajo
ninguna circunstancia debe repetirse, el horror que padecieron es
comparable por su violencia metódica con los hechos sucedidos en los
infames campos de concentración del régimen nazi. Las acciones que
llevaron a su muerte son responsabilidad de gobernantes emanados de
partidos que se dicen de izquierda aliados al crimen organizado y de
los propios criminales. Las condiciones para ello son responsabilidad
del gobierno en su totalidad y de la sociedad que no ha podido ofrecer
alternativas a la crisis de violencia que se sumo a los problemas
sociales ya heredados.
El horror que conmociono al país sigue sin
saldarse con acciones de justicia. El calendario de la clase política
sigue inalterado y la sociedad se resiste a reconocer que los
normalistas fueron asesinados. El tema de Ayotzinapa se volvió un botín
político para organizaciones que no lograban ningún apoyo social como
no fuera el dinero obtenido bloqueando caminos y poniendo cuotas de
paso. La búsqueda de la verdad o de la justicia se diluyo en las
consignas huecas, el descrédito del gobierno y la presencia de
charlatanes que acapararon la atención publica.
Antes de la
masacre, en las normales rurales se avanzaba en la construcción de sus
propias derrotas; en Guerrero se imponía una economía de caciques de
las drogas que imponían el poder político y determinaban que el
producto estrella de la agricultura fuera la amapola y no los
alimentos. En el gobierno se simulaba legalidad mientras al amparo del
poder se ampliaban los negocios sucios. Yen las calles los que buscaban
el sueño del poder y la riqueza se unían a las bandas del crimen
organizado para pelear por ese objetivo.
Tal vez después de la masacre nada a cambiado...
1. Las noches antes de la masacre
No
es una sorpresa que nadie hablara de lo que pasaba dentro de la normal,
los normalistas solo salían en grupos con comisiones especificas y se
les enseñaban dogmas de disciplina para solo hacer o decir lo que el
mandato requería. Dogmas que se aprendían a la mala, con violencia. Al
interior de las normales se construyo un régimen de totalitarismo
fanático, incluso temas banales como usar el pelo largo o usar gorra,
que en cualquier otra escuela publica caben dentro de las libertades
personales, son en las normales rurales objeto de acoso y castigo.
Para
garantizar la lealtad, se aplicaba la tortura. Las fallas eran
castigadas físicamente. Practicas como "el pocito" o las "novatadas"
fueron la realidad por años ante el silencio de todos. Unos callaron
con el afán de dejar crecer el desprestigio en espera del momento ideal
para deshacerse de ese problema que les son las normales y otros
callaron en la ceguera absurda de la -unidad-a-toda-costa- como
salvavidas ante la falta de discursos tras la caída de los metarrelatos
del pasado. Y una gran mayoría nunca supo que existían las normales
siquiera. Son una idea tan lejana en su creación y tan desubicada
respecto a la realidad contemporánea que poca gente sabe que son o
donde están.
Ademas del hecho de que las notas sobre las normales
solo surgen en tiempos de conflicto, de enfrentamientos o de represión.
Los sucesos de importancia en los que aparecen las normales, siempre
son notas de violencia. En parte porque las normales rurales se niegan
a cambiar y hacer otras cosas. No se hace ahí investigación educativa,
no salen de ahí los diagnósticos académicos de las leyes sobre
educación, no se hace mucho mas de lo absolutamente necesario para ser
considerados escuela. Pero lo que si se hace es invocar permanentemente
la superioridad moral como justificación a cualquier decisión. Así que
las memorias publicas sobre el normalismo caben en la nota roja: La
represión en la normal del Mexe en 2000. La entrada brutal de la
policía a la normal de Mactumactza en 2003. La muerte de dos
normalistas en el enfrentamiento del 12 de diciembre de 2011 en
Guerrero, la entrada de la policía estatal a las normales de Cherán,
Arteaga y Tiripetío en 2012. Y en toda esa historia las historias de
las personas que son invisibles para los normalistas: Desde Gonzalo
Rivas el empleado muerto en la gasolinera incendiada el 12 de diciembre
de 2011; hasta el chófer Víctor Manuel Lugo Ortiz y el futbolista David
Josué García Evangelista, de 14 años de edad, también Blanca Montiel
Sánchez. Personas que simplemente se encontraron en el lugar incorrecto
y que no causan ni siquiera menciones por parte de las organizaciones
sociales, ellos son victimas aun mas inocentes que los normalistas y ni
los normalistas sobrevivientes se acuerdan de nombrarlas.
Es un
hecho que el gobierno no quiere normales rurales, en realidad no quiere
escuelas a su cargo, sean las que sean. Y los normalistas de la FECSM
no quieren criticas a su dogmatismo, sean las que sean. Pero la
realidad no pide permiso, es la que es. El gobierno tiene que pagar la
educación, no solo es una responsabilidad legal, el dejar de hacerlo
desmoronaria aun mas a la sociedad. Y los normalistas deben recibir
criticas, porque su fe no los exime de ser parte de la realidad social
y toda la realidad puede ser interpretada, observada, criticada. Mas
aun la realidad de la sociedad que se moviliza por una causa.
En
este ambiente de aislamiento y dogmatismo es que practicas que en las
escuelas publicas del Valle de México son reconocidas como actos
porriles en las normales rurales son la "iniciación" y practica
cotidiana de los estudiantes. No hay libertad de pensamiento, hay un
dogma en el discurso de los años 30´s en que se fundamenta el
normalismo y sugerir un cambio o una critica es blasfemar. Hay se tiene
fe, o no se tiene lugar.
Por cierto que no hablamos de un
convento con monjes en votos de castidad y de silencio. Hablamos de una
escuela publica que debería estar abierta a todas las personas que
fuese posible, pero no. De entrada se podrá notar que no hay alumnas.
Las mujeres fueron proscritas en algún momento del pasado, porque el
poder político dentro de la normal no podía controlar algo muy humano:
El amor y el sexo dentro de los muros de la normal. Podrían haber
recurrido a la anticoncepción y a la educación sexual. Lo que ademas
les habría traído una ventaja en su futura vida de maestros, ahí, en
las otras escuelas donde irían, podrían haber educado a las futuras
generaciones en la salud reproductiva. Pero no, su revolución y su
discurso es tan conservador que no quiere saber nada de lo que pase
debajo de las sabanas. Había que hacer algo, y ese algo se hizo. Las
mujeres quedaron proscritas. Para ser normalista, se necesita ser
pobre, se necesita jurar lealtad y sufrir ese lealtad con torturas,
pero ademas, se necesita tener pene.
La noche previa a la masacre
el gobierno ya era la mafia que es, los narcos ya asesinaban tal y como
asesinan,los delincuentes organizados en el gobierno y fuera de el y en
ambos lados. Ya eran los ladrones y asesinos que son. Ya habían matado
gente inocente (por miles, de diferentes nacionalidades), ya la
sociedad había mostrado la indignación que causa el ver morir de forma
terrible a quien no lo merece, Y ya también los partidos que se dicen
de izquierda habían calumniado a esas movilizaciones por no plegarse al
calendario y los fines electorales.
Guerrero es un estado en
pugna permanente, dentro de su limites todos luchan por el reparto
político, de buena y de mala fe. Organizaciones independientes, ong´s.
organizaciones afines a los partidos y a los caciques, caciques del
narcotrafico, pandillas de asesinos,gremios de todo tipo.Y esa multitud
de organizaciones no ha logrado que la pobreza o los otros problemas
regionales desaparezcan o se reduzcan. Guerrero es el caso mas extremo
de persistencia de la miseria pese a las múltiples organizaciones que
operan en el estado, Ni la izquierda con discursos dogmáticos ni la
derecha criminal aliada al narco han logrado mejorar las condiciones de
vida en el estado. Todos se declaran como el centro del universo,
cierran los ojos a la complejidad de su propio estado (ya no digamos
del país o mas allá) y rapiñan por recursos, reconocimiento legal,
territorios o espacios de poder,
2. La noche del horror
En
principio toda parecía común, el discurso de siempre, las practicas de
siempre. Había que ir por unos autobuses, había que botear, había que
llevar a los de primer año a conocer los rigores de la calle con que se
financiaba la organización. Ellos no tenían opción, aquí no había
espacio a dudas, había obligaciones. El no cumplirlas era una vía
rápida a la expulsión de la normal, y de ahí de nuevo a la vida sin
futuro y ademas con el estigma social de haber sido expulsado de
Ayotzinapa. Pero algo no era igual, dos factores estaban fuera de la
mente de todos. Un presidente municipal mafioso y borracho, tan
borracho que el lunes seguía ebrio cuando respondió los
cuestionamientos de la prensa. Y el otro factor, la arrogancia
gansteril de uno de los encargados del grupo, Bernardo Flores Alcaraz,
alias “El cochiloco", un apodo denigrante, algo común entre los
normalistas y entre los porros. Bernardo era obeso, de ahí el apodo.
Pero a diferencia del grupo a su cargo, ya no era nuevo, por eso estaba
a cargo. No obstante la diferencia era su actitud, el tenia la
intención de llegar mas lejos, de ir a los municipios y ciudades que
normalmente no recorrían, Sabia que ahi podrían conseguir mas recursos,
solo había que tomar mas riesgos.
Alguien tenia que
decirle, no es de conocimiento publico quien fue el encargado de pasar
la noticia, pero alguien tuvo que ser. Alguien tuvo que interrumpir la
fiesta, el baile, la borrachera, y decirle a Abarca que los normalistas
de Ayotzinapa estaban en la central de autobuses. Quizás, estando
sobrio, habría limitado su reacción, pero no lo estaba, no solo estaba
borracho, también se enfureció porque le cortaron la fiesta. El ya
tenia planes para la madrugada, planes que ya no llegarían. Se comunico
con el jefe de la policía Francisco Salgado Valladares, quien ya no era
nuevo en esto, había una larga lista de muertos y de desaparecidos a su
paso. Algo que se sabia por todas partes, pero a nadie le importaba en
un país donde el poder político se cubre a si mismo de toda su mierda.
Alrededor de Iguala, decenas de fosas conocidas por los vecinos eran
insignificantes para el gobierno, para las organizaciones sociales y
hasta para las guerrillas. El silencio alrededor del narco se limitaba
a culpar a elementos difusos "el sistema", "el narcoestado". Pero
ademas de que estas consignas carecían de alguna mínima monografia
creada por la sociedad para explicar porque eran o que eran. Nadie
decía ni dice que el crimen organizado son bandas de asesinos y
contrabandistas formadas por sus vecinos, por los compañeros de
primaria de sus hijos, por los amigos de la infancia, por gente de la
misma comunidad. Al parecer la educación guerrerense con maestros que
se jactan de su compromiso con causas sociales no es antídoto a la
persistencia de la criminalidad.
Dice el dicho en el norte del
país "nuevos ricos, viejos narcos". Pero como en todo encubrimiento
nadie veía los negocios que crecían de la nada, nadie indago que Abarca
había pasado de no tener ni local a tener una plaza comercial propia.
Eso no era objeto de debate publico, ni de demandas sociales. Era a lo
mucho un ejemplo didáctico del capitalismo en acción, una respuesta a
la pregunta de como hacerle para no ser pobre. La receta no es
complicada, explotar a los demás, quedarse siempre la parte mas grande
del botín, quitar del camino a quien estorbe y aliarse con quien haga
falta, con el PRD por ejemplo...
Los normalistas no consideraron
que terminarían asesinados por narcotraficantes, sencillamente porque
el narcotrafico estaba fuera de los temas de su interés aun cuando
estuviera alrededor de ellos. Las fosas clandestinas ya eran una
realidad antes de la noche del 26. Los enfrentamientos entre bandas y
la complicidad de la policía en todo el asunto ya eran parte del
problema. Pero ellos tenían una sola prioridad, presionar al gobierno
por recursos para la normal.
Los policías recibieron la
orden con jubilo: tenían luz verde para matar. Para ellos eso era una
fiesta, para eso entraron a la policía, para echar bala impunemente. Y
si había orden de arriba, no había de que preocuparse. No es que fueran
nuevos matando gente, solo que normalmente la mataban en privado y sin
usar uniforme. Cuando el camión salio de la central de autobuses, ya
estaban cortando cartucho.
Al principio creyeron que esto se
saldaría como los tantos enfrentamientos en los que habían participado
o de los que les habían contado. Una refriega con piedras contra los
policías, un juego de guerra que de preferencia debía terminar sin
bajas para su lado. Al principio parecía que si seria así. Pero no
sabían lo que venia. El normalista a cargo probablemente los arengo
tras el primer enfrentamiento y se dirigieron a la central de autobuses
al salir el reten parecía común, pero cuando trataron de hablar con los
policías empezaron los disparos. Y ahí si, nadie supo que hacer. De
pronto los heridos de bala y los primeros muertos cayeron. El pánico se
apodero del grupo, uno de los normalistas trato de huir y corrió solo,
su destino seria terrible. Su cuerpo fue encontrado unas horas después
con el rostro descarnado. Su viuda es una de las pocas personas que ha
hablado públicamente sobre las crueldades que los normalistas vivían
dentro de su bunker ideológico.La policía detuvo a los que pudo, a los
que cupieron, a los que no pudieron correr a tiempo. Dejaron ahí a los
heridos y los muertos. en total cupieron 43 en las camionetas, los
llevaron al cuartel de policía. No sabían muy bien los policías que
seguía ahora, tal vez torturas, algunos cargos inventados y nada mas.
Pero la orden que tenían había sido muy clara y en el cuartel se las
explicaron mas claro aun. Tenían que desaparecer.
Los policías de
Iguala o de Cocula son criminales violentos (como en todo el país se
les recluta de entre los desempleados sin oficio que lo mismo podrían
ser criminales por su cuenta, pero anhelan el poder que dan las
instituciones) pero hay cosas que no hacen por que simplemente no saben
bien como. Son criminales, aliados a mas criminales, así que nunca
falta quien haga el trabajo sucio. El jefe de la policía, sabiendo que
sus hombres no eran confiables para dejarles la misión empezó una serie
de llamadas para contactar a la gente adecuada, para ganar terreno y
dejar la evidencia (si es que quedaba) lejos de Iguala y de el.
Contacto al capo de la región. El accedió a encargarse, pero le
pregunto porque era necesario. "son de los rojos", se le ocurrió decir
como aliciente. El trato estaba hecho. Las llamadas siguieron. Los
normalistas fueron subidos de nuevo a las camionetas en que llegaron.
Ya había pasado la euforia, ahora tenían incertidumbre sobre lo que les
pasaría. Se alejaron de Iguala sin poder hablar mucho. En cierto punto
del camino los bajaron de esas camionetas y los subieron a las otras,
los golpeaban, los mantenían callados bajo amenaza. Las armas de los
policías estaban siempre listas y ya habían visto que estaban
dispuestos a usarlas.
El camino se volvió de terraceria, el frió
empezó a calarles. Entonces la caravana se volvió detener. Escucharon
voces bajas al principio y luego gritos e insultos para que se bajaran
de donde venían. Los bajaban de a uno en uno, los hacian caminar
agachados y los arrojaron como bultos en dos vehículos. Algunos de por
si ya estaban heridos, ya todos habían sido golpeados, pero ahora los
que quedaron abajo en la camioneta la pasaron aun mas mal. Cuarenta y
tres cuerpos apilados vivos en un espacio insuficiente. Si se quejaban
la respuesta era recibir golpes, culatazos, insultos. Ahí empezaron las
preguntas. ¿quien era de los rojos?
El trayecto se volvió aun mas
duro. El camino era solo terraceria, un camión de basura se topo con
los vehiculos y los captores mostraron sus armas a los trabajadores de
limpia para que se largaran. Les hicieron caso, no solo porque estaban
armados, por aquí todos sabían que el poder lo tenían los narcos. Se
fueron tan rápido como pudieron y se encerraron esa noche. En el fondo
del camión apretados por el peso de sus compañeros los infortunados que
fueron arrojados primero se quedaban sin aire. No sirvieron de mucho
los gritos de ayuda, sus compañeros no se podían mover por la amenaza
constante de los captores que les apuntaban. Algunos perdieron la
conciencia, ya no se volverían a despertar nunca.
El basurero
hoyo de papayo no era un sitio nuevo para los asesinos,aquí habían
terminado ya otras personas. Nunca tantas como ahora, pero entre la
basura quedaban huesos calcinados de otras victimas del crimen. No era
el único lugar que conocían, pero si el mas aislado. La dinámica fue
metódica y ágil. A los que seguían vivos los bajaron del camión, un
rápido interrogatorio. Ahí en el miedo y las dudas que se acumularon en
el camino ya todos se preguntaban si de verdad entre ellos había algún
infiltrado de los rojos. Y si lo había ¿quien era?, ¿delatarlo les
salvaría la vida a los demás?. La idea había corrido entre las
murmullos que habían podido tener en el viaje. El que creyeron mas
probable era Bernardo Flores Alcaraz, "el cochiloco". El había decidido
el rumbo, el era el único que sabia a donde iban, el estaba a cargo, si
alguien podía ser era el, esa idea se fortalecía en la mente de José
Luis González Parrales y Miguel Ángel Hernández Martínez. Dos de los
normalistas aun vivos. Y en la desesperación de una situación limite
para la que nunca se prepararon y para la que toda la propaganda de la
normal no los preparo, acusaron a Bernardo de ser el infiltrado. De
nada les serviría, el hecho es que nunca existió tal infiltrado, los
rojos sabían de ellos menos de lo que ellos podían saber de los rojos.
Eran simples estudiantes, tal vez muy doctrinarios, pero del narco
nunca supieron nada. La ejecución fue simple y sus cuerpos rodaron por
la pendiente. Los últimos debieron haber pasado los minutos mas
terribles de su vida al saber que seguían en la fila. Ninguno
sobrevivió.
Gildardo López Astudillo, "el gil" era quien lideraba
toda la operación. Un hampón curtido en el desprecio a la vida de los
demás, dio las ordenes necesarias y empezaron la faena, acomodaron los
cuerpos de los normalistas muertos como leños. Unos recogieron madera y
basura que pudiera quemarse, "el gil" fue por combustible. La pira
ardió toda la noche, los delincuentes atizaron el fuego mecánicamente
sin importarles nada, no es que la vida de nadie les importara. Tenían
el tiempo suficiente en el crimen como para aprender a matar sin
culpas. El sol salio mientras seguían quemando los cuerpos, las llamas
aun durarían muchas horas.
Por la tarde del día siguiente,
cuando el calor de la hoguera bajo lo suficiente, arrimaron todos los
huesos que pudieron, los embolsaron y los llevaron al rió San Juan, en
el camino tiraron los mismos en dos sitios diferentes y al azar para
dispersar aun mas la evidencia.
3. La larga agonía de los muertos en la ultima noche de Ayotzinapa
Los
primeros cuatro días después de la masacre fueron un lapsus de
incertidumbre pero hubo un efecto viral en la preocupación y en la
indignación. al principio como en todos los casos de violencia las
notas se exageraron 67, 90, mas de 90, el numero de normalistas
desaparecidos se mencionaba sin rigor alguno. Las circunstancias del
caso se tropezaban con lo políticamente correcto de decir en un
noticiero.
Cuando el lunes Abarca respondió aun ebrio a la
prensa se quiso desmarcar con un discurso ensayado. La PGR no tenia el
animo para indagar nada y las instituciones de Guerrero eran un mar de
insultos, todos se acusaban entre si por haber permitido que el caso se
saliera de control sin que alguien hubiera previsto un control de
daños. El gobernador se preparo para pasar la papa caliente y acusar
solo a Abarca de todo sin tomar responsabilidad del nivel de violencia
que había en el estado. El ya sabia bien que Abarca era un asesino
conocido y que como la mayor parte de los presidentes municipales tenia
negocios ilegales. Pero no contó con que la presión social superaría
Guerrero y salpicaría a los partidos, mas aun a los partidos que se
dicen de izquierda sin serlo y que eran los que lo habían recogido a el
de las filas del PRI para ponerlo en el poder.
Ese hecho tenia
en pánico al nuevo presidente del PRD, Navarrete, un calco
caricaturizado de Plutarco Elias Calles que acababa de quedarse con la
presidencia del partido por derecho de antigüedad y estar en la tribu
mayoritaria. Pero no solo a el, el ahora transfuga del PRD y eterno
candidato a la presidencia, AMLO sabia que Abarca podía salpicarle de
mierda. Otros mas ingenuos creyeron que la porquería podría no
alcanzarlos por su fama de épocas pasadas. Pero esa impunidad ya no les
duraría mas, por primera vez en la historia Cuauhtémoc Cardenas fue
expulsado de una marcha al grito de "asesino". Al parecer la sociedad
ya no se estaba tragando el anzuelo de los partidos. El miedo empezó a
recorrer a toda la "izquierda partidista". Y Cardenas en una movida de
salvación salto del barco poco tiempo después renunciando al partido
que fundo.
En entrevista en el ahora proscrito espacio de
Aristegui, Navarrete intento dar una explicación. Según dijo, otra
vieja cucaracha del partido: Bejarano. Le había explicado a la plana
mayor del PRD que Abarca era un asesino conocido desde hacia años que
había matado a miembros de su propio partido. Al parecer en esas
"revelaciones" todos fingieron sorpresa. Aunque desde el principio de
la entrevista matizo que "cualquiera puede colaborar con el narco" ya
sea por corrupción o por coacción. Pese al intento vano de salvar la
cara, aun los no muy radicales panelistas del programa lo apabullaron
con reclamos.
Días después la mierda alcanzaría a AMLO, su primer
reacción fue no decir nada, pero luego tuvo que dar señales de vida y
negó conocer a Abarca. La evidencia de la contrario apareció casi de
inmediato, el había apoyado su candidatura e impulsaba a su padrino
político a la gubernatura de Guerrero. Lazaro Mazon era el hombre de
AMLO en el estado y el padrino político de Abarca. Tras la difusión del
vídeo de la campaña en Iguala Lopez Obrador lanzo una declaración
infantil tratando de salvarse: "yo me tomo fotos con cualquiera". Los
costos de todo el episodio van a tener un peso medible en el
abstencionismo de la elección intermedia. Pero por lo menos la idea
ingenua de que en la clase política queda algún espacio de credibilidad
o siquiera de legalidad, es eso, una ingenuidad engañabobos o un buen
negocio para corruptos.
Por su parte en los pinos las
preocupaciones no faltaban, después de una semana dándole vueltas y
tratando que el escándalo se agotara solo, las marchas crecían y
ciudades del país que nunca habían visto una manifestación veían a sus
jóvenes salir a las calles en demanda de una investigación y de
justicia. El viejo Murillo Karam se tendría que enfrentar a un caso de
verdad aun cuando había tomado la PGR como un retiro después de sus
años de servicio en el PRI. Quería una posición de poder, pero algo que
le ofreciera poco trabajo. Algo que no había podido tener, desde el
celebre caso de la explosión en la torre de Pemex había tenido que
regresar a las conferencias de prensa y para tratar de dar la imagen de
"nuevo pri" se tenia que aguantar las preguntas destructivas de la
prensa. Ya desde esa época mostraba que no tenia la fuerza para un
cargo que requiriese dinamismo. Pero era un veterano del partido y uno
de los tutores de Peña. No había mucha gente que pudieran poner en su
lugar.
Cuando finalmente la procuraduria de Guerrero tiro la
toalla por el inminente colapso del gobierno del estado, la PGR tuvo
que dar la cara. La valoración desde el equipo de la presidencia era
sencilla, aunque el gobierno de Guerrero y de Iguala eran del PRD, la
ola de protestas ya no terminaba ahi y ahora la crisis estaba pegando a
la presidencia. De algún modo se tenia que desactivar este conflicto y
no era viable una respuesta de violencia a gran escala porque solo
agitaría mas a la sociedad y acabaría con los logros de la costosa
campaña internacional para atraer inversiones a México. La opcion era
investigar que había pasado, pero tras su impasse de espera Abarca ya
habia huido, las marchas se multiplicaban y había que mandar a alguien
al congelador o cortar cabezas en Guerrero para tratar de calmar las
cosas como en Michoacan. La responsabilidad recaia entonces en Murillo,
quien ademas no podía renunciar ahora, quizás pudo tras el caso de la
torre de Pemex, pero ahora era tarde, primero debía salvar a su ahijado
político.
La respuesta fue poner a trabajar a todos los que hasta
hoy vivían de checar tarjeta en la PGR, el personal de la PGR llego por
miles a Guerrero. La policía federal y el ejercito se hicieron cargo de
los municipios clave y empezó la reconstrucción de hechos. Si bien la
PGR investigaba solo para salvar la cara del gobierno, tenia dos
elementos que la sociedad no pudo obtener: recursos económicos y
profesionales. Ademas del mandato legal para investigar. Por eso obtuvo
algún resultado con el tiempo, la sociedad no paso de denunciar las
fosas que ya conocían. Cuando ya Alejandro Solalinde había adelantado
la información del paradero de los normalistas que había obtenido
gracias a informantes que conocían a los asesinos. La PGR seguía
buscando el momento y el modo de dar a conocer la información. El
anuncia tenia que ayudar a apaciguar a la sociedad. Finalmente lo hizo
tarde, la prensa se había acercado al lugar de la masacre y los gorilas
de la policía federal habían tratado de bloquear al mas puro estilo
priista el paso de los reporteros. Sin embargo la historia empezó a
tomar forma. Poco mas de un mes después de la masacre, las imágenes del
lugar de la incineración se conocía. Los cabos sueltos se reducían.
Abarca
y su lady MacBeth Pineda fueron capturados en el D..F., en la
delegación mas pobre y mas perredista de todas, Iztapalapa. Ya sobrio,
Abarca era incapaz de hablar.
Cuando se empezaron a revelar los
detalles de la masacre, ya corrían los rumores con sesgo político, el
EPR se había adelantado a acusar al ejercito, aun cuando la evidencia
ya se perfilaba en contra del narco. Pero por omisión o complicidad el
EPR nunca habla del narco. El primero en adelantar la verdad fue
Alejandro Solalinde, aunque al no hacerlo con el consenso de todos los
padres y sobrevivientes fue linchado metafóricamente y apartado del
tema. El se disculpo por adelantar información, pero nadie reconoció
que la información que adelanto era verdadera.
Revelar y mas aun
reconocer esa información, era algo fuera del plan político que ya
trazaban los normalistas, los padres de los normalistas muertos y
algunas organizaciones cercanas como la la CETEG. ellos en algún punto
dejaron de ver victimas de la violencia y empezaron a ver capital
político. Este caso les estaba dando algo que nunca tuvieron: apoyo
social amplio.
Era claro el porque nunca habian conseguido ese
apoyo. Discursos dogmáticos, anacronismo político y practicas de
aislamiento. Algo tan literal que para poder hablar con las normales
había que comunicarse con su "comisión de relaciones exteriores.
Para
principios de diciembre, otras fuentes de rumores aparecen. la primera
es una publicación de una captura de pantalla desde un smarthphone,
alguien acababa de descubrir que podía confrontar la realidad con la
información generada en una base de datos por de una app climatología y
se lanzo al negacionismo del incendio. No obstante que las estaciones
meteorológicas estaban a muchos kilómetros del sitio de la masacre. Lo
importante era creer en algo mas, no se podía concebir el mundo con los
normalistas muertos, Eso no era parte del plan ni del mantra en que la
sociedad se había refugiado -"vivos se los llevaron, vivos los
queremos"-.
Cuando se siguió en la búsqueda de culpables a modo
del discurso, se siguió con una mina. Una mina de oro ubicada a un
centenar de kilómetros de la normal. No es que alguien tuviera
evidencia de alguna relación, la evidencia dejo de ser necesaria cuando
todo esto se volvió un acto de fe y un botín político.
No es que
alguna de la entidades culpadas estén libres de culpas, El ejercito es
la cara mas dura de la represión y uno de los mas costosos ejemplos de
violaciones a los derechos humanos, en las calles como parte de la
guerra contra el narco no lograron detener el trasiego de droga en
ninguna parte, pero si dejaron inocentes muertos por todo el país. Las
mineras son el signo mas evidente del capitalismo destruyendo el medio
ambiente para extraer bienes especulativos que son inútiles a la
sociedad y destructivos al ambiente.
En la negación se puede
construir cualquier cosa, y una vez construido un mito, este puede ser
explotado de cualquier modo. Nadie se tomo la molestia de revisar de
manera independiente los dichos del gobierno o de los detractores del
gobierno. La solución fue sencilla, se le cree a quien conviene y se
cree lo que se quiere creer. Con esta estratagema se mantiene la
exigencia de la presentación con vida de personas que a diferencia de
las otras y los otros desaparecidos, sabemos que han muerto, sabemos
quien y como los mato. Y sabemos quien falta por ser presentado ante la
justicia y vive en la impunidad sin ningún tipo de persecución o
rechazo social. Los cabecillas prófugos del pacto mafioso que mato a
los normalistas no son sujetos de ninguna demanda. Incluso las
consignas provenientes del movimiento por la paz de Javier Sicilia que
siguen siendo las únicas que planteaban un reclamo concreto a las
bandas de narcotraficantes han sido olvidadas por completo. La sociedad
se autointoxico de mentiras y perdió de vista a los asesinos. No se ha
oído en Guerrero el reclamo "pinches narcos jueguen limpio".
Cuando
la PGR recopilo la información del caso hasta un punto donde se pudo
tener certezas del destino de los normalistas, como la identificación
por ADN de los restos de Alexander Mora Venancio lograda por el
laboratorio de Innsbruck. Peña Nieto solto un lapidario llamado a
-superar- el asunto. Esto es evidentemente ofensivo, aun cuando la
investigación señala la dinámica de los hechos. El saber eso no
resuelve en ningún grado la criminalidad dentro, fuera y en alianza con
el poder político, Los partidos no pierden ninguna prerrogativa, la
clase política queda intacta y el crimen organizado sigue operando con
libertad.
En este punto dos charlatanes lograron el interés de la
sociedad en sus mentiras el primero de ellos Andrés Eloy Martínez
Rojas, diputado federal, integrante de la LXII Legislatura de la Cámara
de Diputados, por el Partido de la Revolución Democrática PRD . Bajo el
alias de Andreas Eligium @eloycam2012 se presenta en twitter como
“divulgador científico,astrónomo aficionado, candidato para proyecto
Mars One y caballero Jedi en la Tierra defensor de la democracia”
(sic). Este personaje accedió a la información de los mismos satélites
de la NASA disponibles (Aqua y Terra) y mediante el registro del
instrumento MODIS-FIRMS presenta información sobre una fuente de fuego
el día 28 en Chilapa. Lo que el no verifico fue que el lugar donde el
instrumento ubica el incendio es una zona urbana, por ende un fuego
capaz de calcinar a los normalistas hubiera sido detectado de inmediato
por alguna o alguno de los mas de 30 mil pobladores del municipio. Pero
aprovechando el animo social distribuyo esta información como una
confirmación de la no existencia de un incendio en la Cocula e incluso
se lanza a buscar “tigres de papel” al tratar de localizar un supuesto
cuartel militar clandestino en Chilapa. Lo que es evidente es que tomo
información incompleta y la interpreto a su gusto sin reparar en
verificar datos.
El otro charlatán fue un poco mas allá y aun hoy
sigue participando de foros y conferencias con sus engaños, se trata
del Dr. Jose Antonio Montemayor Aldrete acompañado del Maestro en
Ciencias Pablo Ugalde Velez. El dia 11 de Diciembre presentaron el
documento titulado “Científicos desmienten a PGR. Imposible la
cremación de 43 cuerpos en el basurero de Cocula”. La sociedad en este
caso se dejo deslumbrar por varios detalles: los declarantes provenían
de universidades publicas, se presentaban como científicos calificados.
Y lo mas importante, afirmaban un engaño desde el gobierno. Con eso y
con el hecho de nadie leyó su citado documento crearon un engaño que
persiste hasta hoy que iba encaminado a acusar como culpable al
ejercito y promover la agenda de uno de sus amigos: el ex general José
Francisco Gallardo Rodríguez, candidato del partido de AMLO al gobierno
de Colima.
Si alguien se hubiera tomado la molestia de revisar
las dos cuartillas de absurdos que presentan quedaría claro no solo que
mienten, sino que no merecen las cátedras que imparten. Son
efectivamente académicos con grados en ciencias, pero lo que
presentaron como argumento es poco menos que una mala broma que solo
tiene de "científico" una palabra en el titulo. Personas con su nivel
de formación no pudieron haber presentado esa colección de mentiras por
error, necesariamente se trata de una mentira deliberada. Los miles de
personas que les creen aun hoy son la muestra fehaciente de que la
comprensión en ciencias y en lectura de nuestra sociedad esta en la
ruina.
Un gobierno de criminales y explotadores luchando por
salvar la cara en miras a una elección, una seudo izquierda desnudada
por un asesinato colectivo. Bandas de criminales sueltos. Charlatanes
recetando engaños y falsas esperanzas a la sociedad y a los deudos de
una tragedia. Pandillas de post adolescentes viviendo las travesuras de
su infancia hiperprolongada en la quema de una puerta o de un fetiche
gigante como catarsis de ira.
¿Acaso se logro algo?
Tal
vez no. Los padres de los normalistas muertos se dedicaron a negar
todo, nada les satisface porque no saben que buscar, se asesoran en las
mismas organizaciones fallidas que en Guerrero solo han logrado ganar
titulares de tragedias y buscan en muchos lados apoyo, pero no en la
sociedad que les abrió la puerta, buscan en otros países, en
organizaciones internacionales en poder del imperialismo, en la fama de
los medios. Pero no en las otras personas que se solidarizaron con
ellos, no en las otras victimas que han sobrevivido a la violencia.
Los
padres de los muertos de Ayotzinapa se ocultan para justificar sus
acciones en otro mantra, repiten que nadie puede entender lo que se
siente perder un hijo. Y lo dicen como si en este país no contáramos
por miles a los muertos por la violencia del narco y el gobierno. Lo
dicen como si las familias de los miles de migrantes desaparecidos no
tuvieran mas zozobra que ellos porque esos casos no los investiga
nadie. Como si las familias de las miles de mujeres, asesinadas solo
por ser mujeres y vivir en un país de machistas, no sintieran un vacio
terrible por su perdida. Lo dicen como si los padres de los niños de la
guarderia ABC no pudieran comprender la muerte de un hijo que
representa las esperanzas de una familia. Como si las familias de los
jovenes de Villas de Salvarcar no pudieran entender lo que es que a sus
hijos primero se les asesine y luego se les criminalice. Como si la
solidaridad que recibieron no implicara que la humanidad puede sentir
empatia por su dolor y por el clamor de justicia. En su protagonismo
terminaron logrando hacer lo que les había recomendado Peña Nieto,
"superarlo". Y lo superaron con creces. Se intoxicaron con las teorías
absurdas de los charlatanes; se alejaron paulatinamente de las
organizaciones sociales que les tendieron la mano; no se solidarizaron
con otras causas o con quienes habían sido detenidos defendiendo su
causa y finalmente le guiñaron el ojo al crimen organizado. Luego de
una absurda manta colgada en Guerrero respondieron a un capo que les
ofrecía lo que habían buscado por semanas: un nuevo timo sobre el
destino de sus hijos. La mañana siguiente su abogado hacia una maniobra
similar para acercar su movimiento a AMLO, el eterno candidato del
grupo político que creo al asesino de sus hijos. En menos de 48 horas
se habían aliado a los dos grupos criminales que provocaron la muerte
de sus hijos.
Los normalistas sobrevivientes de Ayotzinapa por
su parte habían derrochado su animo en etapas. Al principio en su
alianza con la CETEG se dieron a la quema de edificios, un frenesí que
les duro hasta que la época vacacional les alcanzo y la represión se
hizo presente. En su ingenuidad creyeron que esta vez las condiciones
para las marchas con violencia no se acabarían y que los policías ya no
recibirían ordenes de responderles. Otros tantos se dieron a la tarea
de encumbrar su normal y a ellos mismos como producto mediático.
Presumían el numero de entrevistas que llevaban y la normal se volvió
un hormiguero donde constantemente salían y entraban medios, estaban
tan ocupados en eso que las clases se retomaron hasta febrero y sin
toda la gente, muchos seguían en "comisión" y no les apuraba regresar a
la vida cotidiana o retomar la labor fundamental de la normal. En uno
de sus mas recientes actos se unieron a una protesta de burócratas del
Tribunal Superior Justicia del Estado, no importando que solo unos
meses antes ellos mismos quemaran las instalaciones de esa institución
acusándola de ser parte del estado que mato a sus compañeros. Mientras
tanto en San Quintín, Baja California jornaleros agrícolas explotados
daban la batalla sin el apoyo por lo menos simbólico de los normalistas.
-----
La
herida de Ayotzinapa sigue abierta. El conocer el destino terrible que
tuvieron los 43 no nos ha acercado a la justicia y estamos aun lejos de
poder presentar una alternativa social al estado de terror que sufre el
país. La ductibilidad que la sociedad ha tenido a los engaños y la
persistencia de los mismos habla de una credulidad ciega por parte de
quienes deberían ser las personas mas criticas. Los 43 se suman a la
lista de muertos y muertas inocentes de este país. Si su muerte servirá
de algo o no, lo sabremos en algún punto, a mas de seis meses del hecho
hay pocos logros. El primero es la investigación en si, sin la presión
social este caso se habría enterrado como -no resuelto- para siempre.
El segundo es la respuesta social expresándose en rincones del país
donde nadie la esperaba y el tercero esta a poco de mostrarse, en la
elección intermedia, los ridículos circos de la clase política
convencerán solo a quienes están interesados en participar como
cómplices de la tragedia nacional. Una parte de la población -cuyo
tamaño descubriremos- se tendrá que dar a la tarea de inventarse su
propio destino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario