Advirtió que si se concreta esa medida, convocará a la movilización y
usará todos los recursos políticos necesarios para defender el derecho a
la huelga, a la autonomía, independencia y democracia sindical, así
como a la contratación colectiva auténtica.
“Demandamos de los legisladores una actitud responsable y congruente
con las necesidades de un país en el que es impostergable la
dignificación del trabajo por medio de empleos de calidad y salarios
bien remunerados. Para ello se requiere fortalecer la contratación
colectiva auténtica, así como el derecho de los trabajadores de
organizarse de manera autónoma utilizando el voto directo y secreto en
todas las decisiones sindicales relevantes”, señala en un desplegado
difundido en redes sociales.
Firmado por los presidentes colegiados Francisco Hernández Juárez,
dirigente del sindicato de telefonistas; Agustín Fuentes, del sindicato
de la UNAM, y Mario Alberto González Aguilera, dirigente de la
Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), el texto destaca que
los gremios agrupados en la UNT no consentirán un nuevo acto de
simulación “para que se perpetúe el corporativismo sindical, como los
contratos de protección que tanto daño han hecho a los trabajadores”.
Por ello, la UNT se pronunció contra la adhesión de la fracción XVIII
de la reforma de justicia laboral cotidiana que se aprobó de último
momento en las comisiones del Senado y que se presume será discutida
este martes ante el pleno.
“En el proyecto de dictamen, la adición de la fracción décima octava
en materia de huelga es un nuevo candado que imposibilita en la práctica
el ejercicio de derecho de huelga para efecto de la firma del Contrato
Colectivo de Trabajo.
“Con esta modificación se obligaría a los trabajadores a solicitar a
los patrones, antes del emplazamiento a huelga, una constancia de
trabajo en la empresa o lugar de trabajo, lo que daría lugar a la
elaboración de listas negras en perjuicio de todos aquellos trabajadores
involucrados en este proceso”, detalla el escrito que circula en redes
sociales.
Y destaca que si la modificación se aprueba, se elevaría a rango
constitucional “un precepto que obstaculizaría la lucha de los
trabajadores para contar con una representación sindical legítima y un
contrato colectivo auténtico, ya que la acreditación de una mayoría
previa al emplazamiento favorecería todo tipo de actos de represión en
contra de los trabajadores”.
No obstante, admite que la reforma enviada por el Ejecutivo federal, a
diferencia de la aprobada en 2012 como preferencial, a petición del
entonces presidente Felipe Calderón –que legalizó el outsourcing
y abarató el despido de los trabajadores, contribuyendo a precarizar
los empleos–, contiene aspectos positivos, como quitar las Juntas de
Conciliación y Arbitraje para sustituirlas por un organismo más
autónomo.
“En caso de que se apruebe la propuesta habrá jueces de lo laboral,
así como la introducción de modalidades de voto directo y secreto para
procesar las principales determinaciones de los sindicatos, además de la
creación de un organismo público federal encargado de los registros de
sindicatos y de contratos colectivos”, indica.
No sólo eso, también se crearía un organismo público federal
encargado de los registros de los sindicatos y contratos colectivos,
añade. Y la supresión de las Juntas de Conciliación y Arbitraje podría
ser el punto de partida de un proceso de transformación más profundo que
en etapas posteriores incluiría, entre otras medidas, la eliminación
del apartado B del Artículo 123 constitucional, así como el
establecimiento de diversos preceptos que favorecerían la libertad de
afiliación sindical, eliminando la injerencia del gobierno y los
patrones en los asuntos internos de las organizaciones de los
trabajadores”.
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