BRUSELAS (apro).- Cada uno de los 14 eurodiputados que viajó el mes pasado a México para asistir a la vigésima segunda reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, recibió por parte del Secretariado de las Delegaciones Interparlamentarias del Parlamento Europeo un voluminoso paquete con diversos documentos.
Entre esa
documentación había un reporte sobre condiciones de seguridad, emitido
por el funcionario a cargo del tema dentro de la Delegación de la UE en
México, Corvin Robert Vladoianu. En éste se advertía a los eurodiputados
de no salir de noche en la Ciudad de México, en donde se quedaron del
20 al 22 de febrero para luego volar a Mérida, Yucatán:
“La
criminalidad nocturna en la vía pública –particularmente el robo de
bolsos o de carteras y los asaltos– plantea el principal riesgo a los
viajeros de negocios (sic): los visitantes no deben pasearse de noche en
la calle, ni siquiera en las colonias residenciales más acomodadas”,
señala la advertencia, que incluye también el riesgo de ser víctima de
“secuestros exprés” o ser bloqueado por las protestas contra el
gasolinazo que podían ocurrir frente al hotel en el que se hospedarían
(el Marquis Reforma).
Entre los documentos entregados hay también
dos reportes clasificados “para uso interno del Parlamento Europeo”, los
cuales fueron emitidos el 10 de febrero pasado por el Departamento
Político de la Dirección General para Políticas Exteriores, que es el
servicio europarlamentario para estudios e investigaciones.
El
primer reporte es, en estricto sentido, lo que se conoce internamente
como un “informe de país”. Fue elaborado a petición de la Delegación
para México del Parlamento Europeo y se titula México: los desafíos
crecen al entrar el presidente a sus dos últimos años de mandato. El
documento presenta un resumen ejecutivo –exclusivamente informativo y
basado en fuentes periodísticas– sobre la competencia partidista y la
situación política que atraviesa el país con miras a la elección
presidencial de 2018.
“El presidente Enrique Peña Nieto ha
comenzado sus dos últimos años de gobierno en circunstancias difíciles
–escribe el autor, Jesper Tvevad–. Las preocupaciones y las protestas
sobre la persistente violencia criminal, la impunidad y la corrupción,
junto con un flojo crecimiento económico, han erosionado la confianza en
el gobierno desde 2014. Más recientemente, la liberalización de los
precios de la gasolina a principios de 2017 desencadenó una ola de
protestas sociales. Al mismo tiempo hay preocupación de que las
deterioradas relaciones con Estados Unidos bajo la administración del
presidente Donald Trump puedan dañar los intereses vitales de México,
particularmente lo relacionado con el comercio y los migrantes mexicanos
en Estados Unidos”.
El segundo reporte interno –encargado a
Susana Mendonça– lo solicitó el Comité de Comercio Internacional del
Parlamento Europeo, y éste se enfoca en analizar la renegociación,
principalmente la parte comercial, del acuerdo entre México y la UE, que
comenzó en mayo de 2016.
El trabajo de Mendonça aporta datos
interesantes respecto a las dificultades que enfrentará la renegociación
y a ciertos posicionamientos mexicanos desalentadores.
Hasta hoy
han transcurrido dos rondas de negociación: una en Bruselas el 13 y 14
de junio de 2016, y otra en la Ciudad de México entre el 22 y el 25 de
noviembre. Las discusiones, señala el reporte, han tenido lugar en una
“atmósfera positiva y constructiva”, y actualmente los equipos de
negociación están revisando sus respectivas ofertas. La próxima ronda se
celebrará del 3 al 7 de abril en la capital belga y la siguiente del 26
al 29 de junio en la mexicana.
Resulta que las partes acordaron
en principio incorporar al acuerdo un capítulo sobre comercio y
desarrollo sustentable, del cual han hecho mucho alarde los europeos,
que lo consideran un apoyo al respeto de los derechos humanos en el
país.
El reporte menciona que, durante la segunda ronda de
negociaciones, México y la UE examinaron la posibilidad de que tal
capítulo se basara en las directrices de la Organización Internacional
del Trabajo y de los más relevantes acuerdos multilaterales de
protección del medio ambiente. Sin embargo, el reporte refiere que el
intento no prosperó esa ocasión porque el tema “no es una prioridad para
los negociadores mexicanos” y hace falta entrar con ellos en
“explicaciones más detalladas”.
Hay otro aspecto que llama la
atención del reporte, el cual recuerda que en el documento Objetivos de
la política exterior de México, divulgado el 23 de enero último, el
gobierno de Peña Nieto declaró que quiere finalizar la actualización del
acuerdo en 2017, por lo cual ambas partes anunciaron su decisión de
acelerar las negociaciones.
El reporte afirma que, a pesar de que
las negociaciones puedan apresurarse, el mencionado objetivo mexicano
“es quizás excesivamente ambicioso”, ya que éstas “probablemente se
complicarán conforme avancen”. Ese podría ser el caso en torno al acceso
al mercado de servicios y a ciertos productos agrícolas. Como ejemplo
se cita que México sostiene “intereses ofensivos” en servicios
culturales y audiovisuales, así como en la exportación de plátano,
carne, miel y azúcar, que normalmente forman parte de los “sectores
sensibles de la UE”. Del lado contrario, los europeos muestran fuerte
interés en que sus proveedores de servicios ganen acceso y en exportar
leche y productos lácteos, “áreas en las que México es principalmente
defensivo”.
Además, para desventaja del gobierno peñista, la
posición de la UE ha sido que “la sustancia debe prevalecer sobre la
velocidad de las negociaciones”, lo cual es clave para asegurarse el
apoyo interno necesario para la aprobación del acuerdo final,
principalmente del Parlamento Europeo, donde existe cierta presión para
que el nuevo acuerdo sí garantice el respeto a los derechos humanos.
Y en un análisis holandés…
El
pasado 6 de febrero, el prestigiado Instituto Holandés para las
Relaciones Internacionales Clingendael publicó un breve informe en el
que alerta a diplomáticos y empresarios, a los que provee de
información, de una venidera desestabilización económica de México. El
autor de dicho informe es Marcel Baartman, economista principal de ese
instituto y quien fuera analista del banco holandés ABN AMRO y del Royal
Bank of Scotland.
Baartman sostiene en una parte sustancial de su
diagnóstico que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, así como
la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la
probable imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas a
Estados Unidos, tendrán “un gran impacto en la frágil situación
económica” del país.
“Es casi inevitable que con la caída de las
exportaciones a Estados Unidos, el desplome del valor del peso, una
subida inflacionaria, el declive en la confianza del consumidor y de los
inversionistas y una apretada situación financiera, México se dirija
hacia una recesión económica en 2017”.
Más aún: “Esta recesión
–pronostica Baartman– conducirá a un déficit público elevado, el
incremento del desempleo y un decline del poder de compra. Es muy
probable que lo anterior lleve a un fuerte aumento de la agitación
social y política en México. Las elecciones presidenciales de México en
junio del próximo año –y la carrera hacia ellas en 2017– generarán una
mayor polarización política”.
El panorama que describe el experto
holandés es todavía más oscuro: “Con una inminente contracción económica
y una perspectiva creciente de un cambio de gobierno hacia la izquierda
(con una victoria de Andrés Manuel López Obrador), el clima de las
inversiones se deteriorará rápidamente”.
En su informe advierte
igualmente las consecuencias para Estados Unidos de tal derrumbe
mexicano: “A largo plazo, como quiera que sea, también esta política
(migratoria de Trump) y sus consecuencias serán un creciente dolor de
cabeza para los estadunidenses. Después de todo, la recesión y la
polarización política debilitarán mucho al Estado mexicano y sus
instituciones. Un Estado mexicano frágil muy difícilmente podrá contener
a los cárteles del narcotráfico y la violencia y la corrupción
crecerán”.
Baartman redondea su idea: “La presión demográfica
jugará entonces como un factor. Hay 111 millones de mexicanos y la
población sigue creciendo más rápidamente que la de Estados Unidos. La
presión de la migración ilegal de México hacia Estados Unidos será
mayor. Con un muro fronterizo construido, muchos migrantes ilegales
intentarán ingresar a Estados Unidos por mar. Entonces podríamos ver las
mismas imágenes en Estados Unidos que actualmente vemos en el Mar
Mediterráneo (con los refugiados que intentan llegar a Europa)”.
Su
análisis es tajante: “La política de Trump hacia México podría recortar
el número de inmigrantes ilegales a corto plazo. Decenas de miles de
empleos podrían también ser creados en Estados Unidos. Pero esos
beneficios son insignificantes comparados con (las consecuencias) de la
posible desestabilización de un débil y turbulento México en su frontera
sur”. Para Baartman es evidente: “El precio de la política (migratoria)
de Trump (contra México) puede llegar a ser muy alto”.
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