Antonio Gershenson
Podemos considerar
que existen varias corrientes principales en los movimientos nacionales
y populares: las encaminadas a combatir los aumentos de precio de la
gasolina y otros combustibles, las orientadas a mejorar los salarios y
otros ingresos del trabajo ante los aumentos de precios y las dirigidas a
superar y democratizar la organización de trabajadores, campesinos y
otros sectores populares. También hay movilizaciones en torno a las
elecciones estatales de este año y con vistas a la elección nacional
presidencial de 2018. Y diversas reuniones y actos con vistas a los 100
años que cumple en Rusia la revolución de octubre (ahora 7 de noviembre)
de 1917.
Considero que todas estas acciones y reuniones deberían ir
confluyendo en una corriente común, sobre la base de objetivos comunes.
Que se debe perseguir un programa común y los modos de alcanzarlo.
El programa común debe incluir un freno tajante a los precios de
combustibles y alimentos básicos, de transportes colectivos y de bienes
necesarios. Debe incluir un aumento a los salarios y, en general, al
ingreso de los sectores populares.
Debe incluir también el derecho de los sectores populares a una
vivienda digna y el derecho a una educación gratuita lo más completa
posible.
Es fundamental el derecho a la salud gratuita. Y todos estos derechos
se deben basar en el gasto público, que debe provenir sobre todo de
impuestos a los propietarios de más bienes y más riqueza.
Las empresas trasnacionales deben también pagar los impuestos debidos. No deben tener privilegios.
Estos son objetivos a lograr.
Este proceso puede incluir discusiones entre los organismos participantes.
Otro elemento es lo que debe ser el sector público, especialmente en las empresas principales.
Pemex debe volver a ser lo que fue a partir de la expropiación
petrolera. Se requiere no sólo la producción de petróleo y gas natural,
sino las refinerías y, en general, la transformación del petróleo y el
gas. Y la producción de petróleo y el gas se debe aumentar nuevamente,
con nuevas perforaciones en nuevas tierras y aguas, no en mayores
profundidades con trasnacionales, sino en tierras y aguas conocidas.
La Comisión Federal de Electricidad debe generar la electricidad nuevamente y
transmitirla, no entregar la industria a compañías extranjeras.
Se debe acabar con la gigantesca y carísima burocracia y volver a las empresas productivas, en éste y en otros sectores.
En el campo se deben respetar la propiedad campesina colectiva y la pequeña propiedad.
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