El
Servicio de Administración Tributaria (SAT) suele tratar con un doble
rasero a los contribuyentes. Por ello, a quienes beneficia en forma
discrecional, les protege sus “datos personales”, aún cuando se trata de
personas morales (es decir, empresas) y no de personas físicas. Más
aún, escudado en el secreto fiscal, al reservar los datos, limita el
derecho a la información, consagrado en el Artículo 6 de la Constitución
Mexicana.
Hasta
ahora, los nombres de las empresas, empresarios y personas físicas de
alto perfil a los que se ha beneficiado con el llamado perdón fiscal (la
facultad del secretario de Hacienda de solicitar la conclusión de
juicios por sobreseimiento de las causas penales derivadas de delitos
fiscales) permanecen ocultos.
Este mismo secreto opera para
blindar los datos de aquellas corporaciones y sus dueños que obtienen
otro tipo de beneficios, como la devolución multimillonaria de
impuestos, las compensaciones y las cancelaciones de créditos fiscales.
Y
es ahí cuando el SAT aplica el doble rasero, porque cuando se trata de
quienes –por alguna situación– se retrasan en sus declaraciones de
impuestos y no tienen influencias ni en esa institución ni en Hacienda o
la Presidencia de la República, la autoridad fiscal exhibe los datos
personales sin dudarlo en lo que se conoce popularmente como la lista negra (“Relación de contribuyentes incumplidos”).
Queda
claro que al fisco no le importa salvaguardar los datos personales ni
el secreto fiscal, sino sus propios intereses. Por ello ventila en su
página de internet nombres y registros de quienes no tienen influencia
alguna. Lo que demuestra que existen contribuyentes de primera y de
segunda.
Por esta razón es de suma relevancia que la Auditoría
Superior de la Federación (ASF) haya revelado el registro federal de 14
grandes contribuyentes de la industria manufacturera beneficiados en
2015 con millonarias devoluciones y compensaciones de impuestos.
En
esa lista destacan las empresas de millonarios mexicanos, como Carlos
Slim; trasnacionales, como la General Motors, que no dudó en huir de
México ante las amenazas de Donald Trump; e incluso una socia de
Petróleos Mexicanos (Pemex).
Uno de los magnates más beneficiados a
través de sus empresas es Antonio del Valle, exdueño del banco Bital y
propietario del consorcio Mexichem, pues tres de sus empresas obtuvieron
más de 435 millones de pesos entre devoluciones y compensaciones.
Una
de ellas es Petroquímica Mexicana de Vinilo, propiedad de Mexichem en
sociedad con la estatal Pemex, a la cual el SAT le devolvió impuestos
por 287 millones 809.3 mil pesos. Cabe recordar que en abril del año
pasado, esta empresa estuvo involucrada en uno de los más graves
accidentes de la industria: su planta en Pajaritos, Veracruz, explotó y
mató a 32 trabajadores.
Las otras dos empresas Del Valle
favorecidas en 2015 fueron Mexichem Resinas Vinílicas, con devoluciones
por 90 millones 844.5 mil pesos; y Mexichem Derivados, con devoluciones
por 49 millones 602.9 mil y compensaciones por 10 millones 836.8 mil
pesos.
Otro multimillonario privilegiado es Alberto Bailleres: las
devoluciones de impuestos favorecieron a la minera Peñoles, por 237
millones 964.8 mil pesos. También está Raúl Gutiérrez Muguerza: a
Deacero el SAT le devolvió 143 millones 893 mil pesos, y le compensó 47
millones 202.3 mil pesos. Y quien no podía faltar es Carlos Slim: su
empresa Sinergia Soluciones Integrales –filial del Grupo Carso– obtuvo
devoluciones por 30 millones 558.5 mil pesos.
Otros favorecidos
fueron el Ingenio San Miguel del Naranjo, de José Pinto Mazal, por 27
millones 232.3 mil pesos; Iacna Hermosillo, por 56 millones 953.8 mil; y
Controladora Mabe –que tiene entre sus accionistas a la estadunidense
General Electric–, por 18 millones 339.7 mil pesos. Ésta además recibió
compensaciones fiscales por 3 millones 361.3 mil pesos; Bepensa Bebidas,
embotelladora de Coca Cola, por 43 millones 55.8 mil; e Inoplast
Composites, por 16 millones 451.8 mil pesos.
En la lista también
destacan trasnacionales estadunidenses como la armadora General Motors,
que en enero pasado canceló parte de su producción en México para crear
empleos en el vecino país. A ésta, le compensaron 394 millones 418.6 mil
pesos en 2015.
De acuerdo con la Auditoría Superior, el SAT
destinó en total 13 mil 408 millones 648.7 mil pesos ese año para
compensaciones y devoluciones a contribuyentes de la industria
manufacturera. En el primer rubro fueron 9 mil 457 millones 255 mil
pesos a favor de 472 empresas, y en el segundo, 3 mil 951 millones 393.7
mil en beneficio de 129.
Del gran total, las 14 corporaciones
ventiladas por la ASF hicieron efectivas sus solicitudes por 1 mil 785
millones 369.6 mil pesos, equivalentes al 13 por ciento.
Otra
estadunidense beneficiada fue la solucionadora de aire acondicionado
Carrier que, tras ser presionada por Trump, canceló 2 mil empleos en
México y los trasladó a Indiana. Ésta recibió ambos beneficios fiscales
por 141 millones 784.5 mil pesos: 79 millones 526.2 mil por devolución, y
62 millones 258.3 mil por compensación.
También Avon Cosmetics,
por un total de 86 millones 988.3 mil pesos: 78 millones 475.6 mil por
devolución, y 8 millones 512.7 mil por compensación. Y la corporación
farmacéutica Eli Lilly, a la que le devolvieron 77 millones 107.3 mil
pesos en ese ejercicio fiscal.
En entrevista, la doctora en
economía Luz María Arriaga –investigadora de la Facultad de Economía de
la Universidad Nacional Autónoma de México– señala que el sistema fiscal
de México se caracteriza por ser de muy baja recuperación: “los
capitalistas no pagan la proporción que les corresponde de los
impuestos. Tan es así que [el sistema fiscal] mantiene programas que les
regresan impuestos. Y programas como los créditos fiscales.”
Sanofi
Aventis, de origen franco alemán, es otra farmacéutica beneficiada con
20 millones 964.1 mil pesos por compensaciones. Así, el doble rasero del
SAT.
Nancy Flores
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