Napoleón Gómez Urrutia
La economía de muchos países
está en riesgo, no solamente por el impacto del coronavirus al paralizar
una gran cantidad de actividades, sino porque el crecimiento de las
deudas de muchas compañías ha venido incrementándose en los pasados
meses y años, aun antes de la epidemia. Esto es en gran medida como
resultado de la política monetaria de reducir las tasas de interés para
abaratar los créditos y estimular la inversión. Su contraparte ha sido
el aumento de la deuda de muchas empresas que hoy están padeciendo las
consecuencias de la nueva situación.
La pandemia que estamos viviendo en el mundo está afectando la
economía internacional en un momento en que existen niveles sin
precedente de endeudamiento, que exacerba la crisis financiera global,
con una intensidad más alta que la de hace 12 años. Esto es así porque
muchas de las deudas de los bancos y personales se han desplazado más
hacia las corporaciones, al haberse flexibilizado las medidas
regulatorias para solicitar préstamos.
Hay muchas compañías en el mercado a las que se les ha puesto el título de zombies,
las cuales han enfrentado problemas en el pasado reciente para pagar
sus deudas, porque generan utilidades bajas o muy bajas, que no les
alcanzan para pagar incluso las tasas de interés sobre sus préstamos
adquiridos. Entonces recurren al método de emitir nueva deuda para
sobrevivir, porque el sistema financiero se había y se ha vuelto más
flexible.
Con la crisis de salud que estamos viviendo, los negocios, los
mercados financieros, la caída de los precios del petróleo, los centros
de diversión, restaurantes, sistemas de transporte, aviones y
aeropuertos semivacíos, entre muchos otros, están afectando seriamente
la actividad económica. Entre más se prolongue esta situación, los
riesgos serán mayores, pudiendo provocar que compañías zombies entren en suspensión de pagos, tal como les sucedió en la crisis de 2008 a las hipotecas, rentas y otros servicios.
Este es uno de los graves riesgos que pueden complicarse como
consecuencia del virus que ha llegado en un momento en que la economía
global está muy endeudada, por lo cual las consecuencias y la duración
de esta situación todavía son muy inciertas. Las autoridades financieras
y los bancos centrales están ahora muy conscientes de este grave
problema y ya comenzaron a endurecer las medidas y las líneas de
crédito, como lo anunció hace unos días el Banco de la Reserva Federal
de Estados Unidos.
Después de la crisis mundial de 2008, el endeudamiento comenzó a
subir hasta tres veces el tamaño de la economía global, como resultado
de una estrategia diseñada para estimular la recuperación y mantener
activada la situación económica. Para alcanzar esos objetivos y tratar
de salir de la quiebra lo más rápido posible, después de ese año de 2008
las tasas de interés comenzaron a bajar rápidamente y la desregulación
de los mercados también, con lo cual se disparó el crecimiento de las
deudas.
Cuántos empresarios zombies tendremos en México y cuántos más se harán pasar por zombies
para ocultar la situación real de sus empresas y con ello intentar
escaparse de sus compromisos de toda índole, e incluso beneficiarse aún
más de las facilidades o los chantajes que puedan ejercer ante el
gobierno. Éste es un reto y un problema importante que las autoridades
deberán descifrar.
Algunas empresas se han beneficiado de esas políticas de acceso al
dinero fácil, porque esos recursos los utilizaron para comprar acciones,
bonos y créditos baratos para subsidiar a compañías no tan rentables.
Así fue como la flexibilidad del sistema ayudó a muchos negocios con una
situación financiera dudosa a salir adelante, pero también a generar
que la deuda global hoy en día, ante esta nueva crisis, sea una de las
más altas registradas.
Muchas entidades zombies están ahora escondidas en esa deuda
de enormes magnitudes y son el problema potencial real para que la
economía mundial pueda salir de esta nueva crisis.
Con base en la información publicada por el Bank for International
Settlements, que es una especie de banco de los bancos centrales, en
Estados Unidos 16 por ciento de las compañías que cotizan en bolsa son zombies y
más de 10 por ciento en Europa. No tenemos los datos exactos de México,
pero lo que sí está claro es que estas empresas existen en el sector de
actividades extractivas como la minería, el carbón y el petróleo, que
también están muy expuestos ante la caída de sus precios.
Las empresas zombies son una fuente de riesgo, agravado por
los problemas y crisis que estamos experimentando. Se ha detectado que
en Estados Unidos, por ejemplo, y seguramente en México también, el
monto de las deudas de los zombies alcanza hasta seis veces el tamaño de sus utilidades.
Hoy en día el coronavirus está provocando una recesión y ello genera
grandes tensiones mundiales. El impacto en la actividad económica lo
veremos las próximas semanas o meses, porque cuando los mercados se caen
o se reducen, las personas y las empresas se sienten más pobres y
comienzan a gastar menos. La economía se reduce ante esta situación,
porque entre más amplios sean los mercados, el efecto negativo
sicológico es mayor.
Esperemos que lo peor de esta situación pase pronto. No hay que
perder la esperanza ya que en China se comienza a ver una situación con
mayor optimismo. Entre más se prolongue el coronavirus, aumenta la
posibilidad de que mueran las empresas zombies, hundiendo más a los mercados
El esfuerzo para controlar y terminar con el virus en el mundo
confiamos en que tenga éxito, lo cual será fundamental para el
crecimiento del Estado mexicano. Es momento para que el presidente
Andrés Manuel López Obrador relance a su gobierno, defina nuevos
objetivos y estrategias de política económica y social.
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